La realidad es dura...

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Mientras me adentro en la aglomerada avenida que lleva a la academia, miro a través de la ventana del auto y me esfuerzo por concentrarme en el paisaje urbano en lugar de en mi creciente ansiedad.

La realidad se ha vuelto una especie de cruel broma desde que reencarné en esta novela. ¡Un mes ha pasado ya y, sinceramente, no estoy en absoluto acostumbrada a mi nueva vida!

El auto avanza despacio, atascado en el tráfico matutino, y mi mente divaga hacia los protagonistas de esta historia.

Los malditos protagonistas, esos personajes que deberían ser carismáticos y encantadores, pero que en realidad son la causa de todos mis problemas.

Me irritan profundamente, como si estuvieran diseñados para hacerme la vida imposible. No puedo evitar sentir que su perfección inalcanzable solo sirve para recordarme lo patética que Ellen llego a ser en comparación.

Y lo que más me esta estresando son los muy exámenes, aunque a veces me pongo a pensar que mi situación es, por decirlo menos, única.

Como ya había dicho antes, la Ellen original era por decirlo así, una estudiante mediocre, con calificaciones que apenas pasaban el mínimo aceptable.

En el fondo, su rendimiento académico no era más que una nota al pie de página en su vida, y por suerte para mí, esas calificaciones malas no se han arrastrado a mi nueva vida.

Ya que su padre no se preocupada por ello, aunque muy en el fondo quería que su hija no fuera vaga y supiera aprovechar las oportunidades que tenia, pero aun así aceptaba cualquier cosa que Ellen hiciera con su vida, menos el hecho de estar enamorada de Rayan.

¡Que alcahuetería!

Mientras voy en el auto tomo uno de los libros de estudio y empiezo a hojearlo, con un leve sentido de curiosidad más que de obligación.

El contenido de estos textos no es particularmente complicado para mí, yo era la más inteligente en mi carrera de ingeniería que era algo pesado, ahora imagina algo de funciones eso no es nada...

La verdadera cuestión es que, si bien tengo acceso a esta información, el interés en sobresalir no es algo que comparta con la versión anterior de este cuerpo.

Ella no se preocupaba por sus notas, y yo, sinceramente, tampoco lo haré, todo será a pura suerte en esos exámenes.

¡Examen cristiano! dijo mi hermana...

—¿Por qué debería estresarme? —Pregunto en voz alta, mientras hojeo una sección sobre teorías matemáticas que son bastante simples de entender. Ya he pasado por esto antes, en otra vida, en otro contexto.

Aunque soy demasiado floja, cuando algo me interesa es inevitable no saberlo o aprenderlo. Las fórmulas y conceptos se ensamblan en mi mente con una facilidad casi juguetona, y no veo razón para dejar que un par de exámenes arruinen mi tranquilidad...

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Hace como unas dos horas que ya habían iniciado las clases y ya era hora del descanso, el cual era bastante largo.

¡Necesito tomar aire limpio! el estar en este lugar me esta asfixiando todos son tan entrometidos que me molesta en extremo, me dispuse a ir a la plaza deportiva de la academia, por lo que dicen es un lugar solitario y solo se llena en multitud cuando hay partidos.

Mientras caminaba por el pasillo de la academia, revisaba distraídamente los mensajes de amistades de Ellen en el teléfono.

Estaba tan concentrada en lo que leía que no me di cuenta que Miral estaba acercándose, con una pila de libros en las manos. Y antes de que pudiera reaccionar, chocamos de frente, más que de frente fue de lado, osea solo le roce le hombro.

REENCARNAR EN LA VILLANA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora