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Mi corazón se detuvo por un segundo. ¿Cómo lo sabía? respiré profundo, no podía flaquear, tenía que ser más astuta que nunca.
Su voz, llena de ese tono burlón que siempre usaba cuando quería provocar, me hizo tensar el cuerpo al instante.
Me quedé quieta, mi mente corriendo rápidamente. ¿Había sido tan obvia? ¿Había cambiado tanto?
Volví a tragar saliva y me obligué a reaccionar de la manera más despreocupada posible, no podía dejar que se diera cuenta de lo que estaba sucediendo.
No podia dejar que este tipo viera miedo en mí...Cualquiera menos los protagonistas.
—¿Qué estás diciendo? —respondí con la frialdad de Ellen, sin vacilar.— Estás completamente loco, ¿sabías?
Lo miré sin un atisbo de miedo, obligándome a mantener la compostura. Kayler no era estúpido, pero tampoco era tan perspicaz como para descubrir algo tan complicado.
—¿Qué no soy Ellen? —le di una sonrisa cortante. —¿Qué tontería estás diciendo? No sé en qué mundo vives, pero yo soy Ellen Maddox. Y tú... eres un ridículo.
Por un segundo, vi un destello de sorpresa en su rostro, pero desapareció rápidamente.
¿Aah qué fue eso?
Kayler siempre era así, le gustaba mantener esa fachada de chico calculador, pero bajo esa máscara había algo que lo hacía peligroso, algo que no podía entender del todo.
Después de todo seguía siendo el villano de la historia...
Pero entonces, vi cómo su actitud cambiaba, en lugar de seguir presionando, como habría hecho cualquier otra persona que sospechara algo, se cruzó de brazos y se apoyó contra la pared con una sonrisa despreocupada.
¡Gracias a San Pedro que este tipo dejo de meter sus narices donde no le llamaban!
—Hm, claro, claro, lo que tú digas —su tono se volvió más juguetón, como si no hubiera notado nada raro en mis palabras. —Y la verdad... —hizo una pausa, evaluándome con los ojos brillando de ¿diversión? — ... me empieza a dar igual, qué ridículo como dices tú, seguir insistiendo.
Dejó escapar una pequeña risa y se acercó un paso más, ahora ya no parecía tan interesado en descubrir mi secreto, en lugar de eso, se limitó a disfrutar del momento, como si se hubiera resignado a que no habría respuestas satisfactorias de mi parte.
¡¿Pero qué?! Tan de repente.
—Pero, ¿sabes? —dijo, mientras su mirada se volvía más desafiante, casi como si quisiera burlarse de mí sin dejar de mantener esa sonrisa divertida. —Desde aquella vez en la clase de esgrima, cuando te enfrentaste a mí con esa mirada tan diferente, tan desafiante, noté que me despreciabas tanto como yo a ti, y eso es interesante.
Me quedé quieta, observándolo con una ceja alzada, mientras él continuaba.
¡Que masoquista resultó ser este tipo!
—Es curioso, porque antes no te tomaba en cuenta, eras solo la molesta Ellen, la chica de la que todos se querían deshacer. Pero luego... —hizo un gesto vago, como si buscara la palabra adecuada.— ... empecé a observarte, y me di cuenta que actuabas diferente... actuabas muy calmadamente, algo que no era muy normal en ti.
¿Aah era eso? Pero la pregunta aquí es ¿Cómo llegó a la conclusion de que no era Ellen?
En parte me sorprendió cuando dijo que me observaba... ¿El villano tenia este pasatiempo? pasar la privacidad de las personas por donde el quiera, como si fuera un simple juego.
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REENCARNAR EN LA VILLANA...
Viễn tưởng¿Qué es lo más tonto que puede pasarme? Pues según mi suerte reencarnar en la novela que había leído. Reencarne en la villana, Ellen Maddox, la prometida del protagonista masculino, la cual era odiada por todos por molestar y acosar a la protagonist...