Cuando el doctor regresó con un pequeño tazón de líquido rojo, pude ver la vacilación del Príncipe. La mezcla de 5 flores venenosas haría dudar a cualquiera.
—Duque Haijin. Este súbdito está dispuesto a perder su vida si esto no alivia el dolor de la señora.
Solo entonces el Príncipe tomó el tazón. Su expresión era dura mientras miraba el tazón. Esperé en silencio hasta que el Príncipe finalmente tomó el líquido rojo oscuro y llevó la cuchara a mis labios. Bebí el líquido lentamente. El sabor amargo y ácido hizo que fuera difícil de tragar.
—¿Te sientes mejor?
Después de terminar la medicina, me sentí mejor. El dolor en mi estómago se había entumecido y el dolor de cabeza estaba desapareciendo. Respirando lentamente, pronto noté que los brazos del Príncipe me rodeaban.
—Sí —no pude evitar buscar calor en sus brazos.
—Gracias —me giré para sonreír suavemente al doctor.
—No piensas en agradecerle —el Príncipe tomo bruscamente mi barbilla y me obligó a girar la cara hacia él—. Tienes que agradecerme a mí.
Se inclinó para darme un beso, pero rápidamente cubrí sus labios con una mano. El ceño fruncido en su rostro me puso nerviosa.
—Duque Haijin, aunque la medicina no tiene ningún efecto negativo en la dama, es venenoso para los demás —explicó rápidamente el médico—. Te aconsejo que esperes unas horas.
El Príncipe escuchó al médico y su ceño fruncido se convirtió instantáneamente en una sonrisa.
—Estás preocupada por mí —sostuvo mi mejilla y rozó mis labios con su pulgar.
Simplemente no quería que se enfermara. Después de todo, me había ayudado.
—Descansa —presionó un beso en mi frente y susurró—. Volveré y cenaremos juntos cuando despiertes.
El Príncipe me ayudó a volver a la cama. Antes de irse, el Príncipe ordenó a las sirvientas que me cuidaran. Solo cuando el Príncipe salió de la habitación cerré los ojos. Esta vez, dormí pacíficamente sin dolor.
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