✿C16 - No duele✿

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Estaba perdiendo y recuperando la conciencia cuando alguien me tocó la muñeca, los ojos y los labios. No podía hablar, pero podía oír a alguien diciendo que me habían envenenado. He estado envenenada durante años. La voz tembló mientras explicaba que el veneno ya estaba corrido por mis venas. No había forma de que pudiera curarlo. No estaba seguro de si podría sobrevivir a la noche. Si lo hacía, no había forma de saber cuánto tiempo viviría.

La temperatura de mi cuerpo estaba bajando peligrosamente y mi corazón latía dolorosamente lento. Lo último que escuché antes de perder la conciencia de nuevo fueron los gritos furiosos del Príncipe.

—No duele...

Me desperté rodeada de calor y fuerza. Apenas abrí los ojos, me pregunté si estaba soñando. Nunca nadie me había abrazado así.

—No duele... —repetí débilmente.

La persona que me sostenía se sentía como un horno caliente, pero yo todavía sentía mucho frío. Esta era la parte más dolorosa del veneno: el frío insoportable que quemaba desde dentro. Incluso en la noche más calurosa de verano, sin importar cuánto lo intentara, mi sangre se congelaba y me quemaba desde adentro.

—No duele —me dije a mí misma para aliviar el dolor—. No duele...

Una mano grande y fuerte sostenía mi cuerpo mientras la otra sostenía mi mejilla. Mi cuerpo helado estaba sujeto contra uno caliente.

—¿Quién se atreve a envenenarte?

Escuché la pregunta y me pregunté quién me estaba hablando. ¿Era Dios?

—Madre...

—¿Tu madre? —la voz estaba llena de incredulidad—. ¿Por qué tu madre te envenenaría?

Sentí pena porque ni siquiera Dios me creía.

—Respóndeme

—Por el Marqués...

Sentí unos labios suaves contra mi frente y temblé ante el tierno toque.

—¿No se supone que eres la más amada?

—No... Ruyi nunca será amada...

El cálido abrazo hizo que fuera difícil contener las lágrimas.

—¿Duele?

—No duele

Sabía que estaba mintiendo y me frotó la espalda para aliviar el dolor.

—¿Te llevarás a Ruyi? —le pregunté a Dios mientras envolvía mis brazos temblorosos alrededor de su espalda—. ¿Puede Ruyi finalmente irse?

—¿A dónde quieres ir?

No sabía que tenía otra opción.

—A las montañas... —respondí—. Al mar... al valle...

—Cuando estés bien, te llevaré... Ponte bien, Ruyi —dijo suavemente cuando una mano cálida volvió a mi mejilla—. Una vez que estés bien, te llevaré a donde quieras ir.

—¿Por qué no me llevas contigo?

Ni siquiera Dios me quería.

—Ruyi

Sentí que sus brazos se apretaban a mi alrededor, pero ya no podía aguantar más.

Sentí que sus brazos se apretaban a mi alrededor, pero ya no podía aguantar más

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RUYI 「ℰ𝓈𝓅𝒶𝓃̃ℴ𝓁」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora