Cap:59

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• ROSÉ

A eso de las tres de la mañana aprete un poco los ojos y senti algo removerse a mi lado. Cuando abrí los ojos, Jisoo tenía una mano en la frente y estaba apoyada en el cabecero de la cama.

Rosé: Cariño - Susurré con los ojos cerrados, poniendo una mano en su brazo para intentar calmarla. Estaba sudando, y estábamos a principios de noviembre. Abrí los ojos y Jisoo me miro, tragando un poco de saliva -¿ Pesadilla ? - Ella asintió levemente y tire de su brazo para tumbarla en mi pecho, acariciando su pelo suavemente - Todo está bien,¿ Vale? - Ella asintió contra mi pecho, y mi mano acarició su mejilla lo más tiernamente posible. Tenía la respiración algo agitada, y se me hacía extraño porque nunca había visto a Jisoo tener pesadillas, pero debía tranquilizarla. Acaricie su pelo lentamente sintiendo como Jisoo volvía a respirar normal, mientras daba pequeños besos en su frente ,Y se quedó dormida .

A la mañana siguiente al abrir los ojos, Jisll estaba sentada contra el cabecero de la cama a mi lado, mirando al frente.

Rosé: Cariño - Dije con voz ronca, viendo como ella giraba la mirada hacia mi - No puedes seguir con esas pesadillas - Le dije mientras ella se echaba encima de mi a abrazarme, y yo acariciaba su espalda.

Jisoo: No puedo controlarlo, Rosé - Susurro élla, y acaricie su nuca suavemente con los dedos.

Rosé: Haré que pare - Susurré en su oido y ella no se movió - Te lo prometo, pero tienes que ayudarme.

Nos levantamos de la cama y Jisoo parecía cansada, había dormido muy poco aquella noche y suponía que así debería haber estado antes de conocerme, cuando no tenía pesadillas. Tenía que parar por un momento y dejar de lamentarme Jisoo, tenía que dejar de ser su novia en aquel instante y ser su doctora.

Bajamos al salón y se echó una taza de café que había hecho yo, sólo que era descafeinado. No quería que Jisoo fuese como un zombie, así que nada de cafeína.

Rosé: Jisoo - Me acerqué a ella en la cocina, que estaba de pie mirando la taza en la mano - ¿Cuánto hacia que no te ocurría

Jisoo: Desde que te conocí - Respondió dándole un sorbo a la taza, y yo asentí levemente

Rosé: ¿Cuánto hace que no coges la moto? - A Jisoo se le cambió el semblante a un pálido casi gris y negó agachando la cabeza, retirándose de mi lado.

Jisoo: ¿Porque me preguntas eso? ¿Porque ? - Preguntaba frontadose la sien con la mano y los ojos cerrados.

Rosé: No puedo tratarte como mi novia ahora mismo. Quiero saber que te pasa, quiero que estés bien. Y para eso soy médico,

Rosé - Ella me miró de nuevo, había dado la vuelta a la encimera de la cocina -¿Cuánto hace que no coges la moto? - Volví a preguntar con un tono más autoritario, y ahora si que no estaba siendo su novia. Élla negó girando la mirada.

Jisoo: Desde el accidente - Respondió en bajo, dejando la taza de café en la mesa.

Rosé:¿ Desde cuándo empezaste a tener de nuevo pesadillas ? - Pregunté de nuevo, y Jisoo agachó la cabeza, y yo daba la vuelta por la encimera.

Jisoo: Desde que ... Creí que me habías dejado - Desencaje un poco la mandíbula y me acerqué a ella . Sabía que lo que le iba a pedir ahora a Jisoo era más parecido a una tortura que intentar curarla, pero tenía que hacerlo.

Rosé: Jisoo ... Necesito que veas la moto, o la toques - Jisoo levantó la cabeza y negó, mientras yo intentaba coger sus manos que retiró rápidamente.

Jisoo: No, no - Negó mirándome casi con lágrimas en los ojos - No, Rosé. No puedo, no puedo bajar ahí- Camine hacia ella intentando cogerla del brazo para acercarla a mi pero se retiraba - No, por favor.

Rosé: Sólo serán dos minutos, ni eso, cariño. De verdad - Dije cuando ella me permitió que la cogiese de la mano. Bajamos al garaje y Jisoo apretaba el brazo, mirando al frente para no caerse por las escaleras, incluso podía sentir su pulso de sus dedos en mi brazo. Me giré hacia Jisoo y la miré un momento, antes de encender la luz y dejar ver la moto que estaba aparcada en mitad del garaje.

Cogí su mano y, la lleve hasta la moto aunque se resistía, pero no podía hacer unacosa. Sus manos tocaron el manillar y me alejé un poco para ver su reacción. Aquello me estaba partiendo el alma. Jisoo se separó de la moto rápidocon la respiración agitada, negando y sin saber para donde ir porque estabadesorientada. Apague la luz y la abracé contra mi, negando.

Rosé: Lo siento, lo siento - Susurré en bajo contra su oído, y apreté losojos intentando no llorar al notar el cuerpo tembloroso de Jisoo entre mis brazos.













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