Capítulo 10: Promesas

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El silencio en la habitación era casi abrumador. Después de la conversación intensa que compartió con Joohyun, Seulgi finalmente sucumbió al sueño, sintiendo una extraña paz después de tantos días de incertidumbre y enfrentamientos. Las palabras de Joohyun, prometiendo quedarse a su lado, fueron lo último que escuchó antes de que el sueño la envolviera por completo.

No supo cuánto tiempo había pasado cuando un par de golpes fuertes en la puerta interrumpieron su descanso. Aturdida, Seulgi entreabrió los ojos, su mente aún enredada en los recuerdos de la noche anterior. Al escuchar la voz firme y preocupada de Sunmi, su cuerpo se tensó de inmediato. Joohyun seguía allí, ¿verdad? La última vez que la vio estaba justo a su lado.

Seulgi se levantó apresuradamente, pero la decepción la golpeó con fuerza cuando se dio cuenta de que el lugar donde Joohyun había estado estaba ahora vacío. —No…—, murmuró con frustración. ¿Acaso todo había sido un sueño? Trató de recomponerse rápidamente antes de abrir la puerta. Sunmi la miraba con una expresión endurecida, claramente molesta por haber pasado veinte minutos tocando como una "maldita loca", según sus propias palabras.

—¡Finalmente! —exclamó Sunmi, entrando sin esperar una invitación—. Traje algo de comida para que te recuperes rápido. Tienes que ponerte en forma, Seulgi, te necesitamos lo más rápido posible en la Orden—.

—Hola a ti también, Sunmi—. Respondió Seulgi sarcásticamente.

Sunmi dejó la bolsa con la comida en la mesa y se giró para mirarla con seriedad.

—¿Cómo les fue ayer?—, pregunto Seulgi sacando la comida que su amiga había llevado para ella

—Ayer fue intenso. —Su tono era grave—. No hubo ningún niño raptado, gracias a Dios, pero... —hizo una pausa, viendo la tensión crecer en los ojos de Seulgi—. Wendy fue atacada por una vampira. No fue grave, está bien, pero debes saberlo.

El alivio que inundó a Seulgi fue inmediato, aunque mezclado con un rastro de preocupación por Wendy. Agradeció a Sunmi por haberle traído el alimento y las noticias, sabiendo que su amiga estaba siendo más que comprensiva con ella. Cuando Sunmi salió por la puerta del departamento, dejando a Seulgi nuevamente sola, un susurro detrás de ella casi le provoca un infarto.

—¿Esa es tu novia? —la voz de Joohyun resonó suavemente desde la penumbra de su habitación.

Seulgi se giró rápidamente, su corazón latiendo con fuerza mientras veía la silueta estoica de Joohyun, parada en el marco de la puerta de su habitación. Tras recuperar el aliento, Seulgi negó con una sonrisa torpe.

—No, Joohyun. Sunmi es solo una amiga —respondió, sintiendo un leve calor subir a sus mejillas.

Joohyun no dijo nada más, solo se mantuvo observando, como si tratara de descifrar cada palabra y gesto de Seulgi. Una vez que la cazadora terminó de comer, la conversación retomó su tono más íntimo. Seulgi comenzó a relatar detalles sobre la vida de Joohyun antes de ser convertida, incluyendo algo que ella sabía que sería difícil de escuchar.

—Tus padres... —Seulgi tomó aire, preparándose para lo que vendría—. Ellos no sobrevivieron al incendio. Murieron ese día.

La expresión de Joohyun cambió de inmediato. A pesar de no tener recuerdos de su vida antes de ser vampira, la noticia la afectó profundamente. No saber que había tenido una familia, y ahora descubrir que ya no existían, la llenó de una tristeza vacía. Seulgi lo percibió de inmediato y, como si pudiera leerle la mente, tomó la mano fría de Joohyun entre las suyas.

—No te preocupes —dijo en voz baja, acercándose aún más—. Sé que no puedes recordarlos, pero no estás sola. Yo he sido tu familia todos estos años, y no dejaré que nada nos separe de nuevo.

Cenizas de un viejo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora