Seulgi no podía apartar la vista de Joohyun. La figura de la vampira, recostada en el sillón de su departamento, parecía increíblemente serena, como si la tormenta que había destruido su hogar no tuviera impacto alguno sobre ella. Pero Seulgi sabía que bajo esa calma aparente se escondía un mar de emociones. Ella también lo sentía. Después de todo lo que habían pasado, tener a Joohyun allí con ella, a salvo, parecía un sueño.
La cazadora se acercó lentamente, la madera del suelo crujiendo bajo sus pies. A medida que la luz del sol se filtraba por las ventanas destrozadas, iluminando a Joohyun, la escena le pareció surrealista. Sin embargo, no tenía tiempo para dejarse llevar por emociones. Su mente estaba repleta de preguntas.
-¿Estás bien? -preguntó Seulgi en voz baja, arrodillándose a su lado.
Joohyun abrió los ojos lentamente, su mirada profunda y llena de un cansancio que iba más allá de lo físico.
-Sí... Ahora que estoy aquí contigo, sí -respondió suavemente.
Seulgi sintió un nudo en la garganta. Saber que Joohyun había dejado todo atrás por ella la llenaba de una mezcla de gratitud y culpa. Por un momento, su instinto de cazadora la empujaba a estar alerta, a pensar en los próximos pasos, pero otra parte de ella solo quería disfrutar de la tranquilidad momentánea, de la presencia de la mujer que amaba.
-Lo que hiciste... -Seulgi tomó aire, tratando de organizar sus pensamientos-. Abandonar tu clan, dejar todo atrás... ¿Estás segura de lo que significa?
Joohyun se incorporó, sentándose junto a ella. La cercanía de su cuerpo hizo que Seulgi sintiera su calor, un calor que parecía imposible en alguien que ya no estaba viva en el sentido humano.
-Sé exactamente lo que significa -respondió Joohyun con firmeza-. Y sí, me costó... más de lo que te imaginas. Pero estar lejos de ti era peor. No podía seguir en ese lugar sabiendo que tú estabas aquí, luchando por algo que creo que también es mío. No solo elegí dejar mi hogar... Te elegí a ti, Seulgi.
El corazón de Seulgi dio un vuelco. Quería decir algo, quería corresponder esas palabras, pero lo único que salió de sus labios fue el reflejo de lo que sentía. Se inclinó y la besó.
Esta vez, el beso fue lento, profundo, como si ambas quisieran absorber cada segundo de la intimidad que tanto habían anhelado. El caos a su alrededor quedó en segundo plano mientras se sumergían en la calidez de su conexión. Cada toque era una promesa, cada suspiro, una confesión que no necesitaba palabras.
Cuando finalmente se separaron, sus respiraciones estaban entrecortadas, y sus frentes permanecieron juntas por un instante.
-¿Y ahora? -preguntó Seulgi, su voz apenas un susurro.
Joohyun la miró a los ojos, con una expresión que mezclaba decisión y vulnerabilidad. Sabía que la paz que sentían ahora era temporal, una breve pausa antes de que el peligro los alcanzara de nuevo.
-Ahora, te protejo -dijo Joohyun, con la determinación que había visto en ella cuando se enfrentaron por primera vez, pero esta vez su lucha no era contra Seulgi, sino por ella.
-¿De qué se trata todo esto? -insistió Seulgi, mientras apartaba un mechón de cabello del rostro de Joohyun-. Ya sabía que tu clan estaba detrás de mí, pero ¿por qué? ¿Qué es lo que Yunho pretende?
Joohyun suspiró, preparándose para lo que estaba a punto de revelar.
-No solo van por ti, Seulgi... Sino por todo tu equipo. Han sido una piedra en su zapato por mucho tiempo, quieren deshacerse de ustedes para evitar tener un enemigo que pueda detenerlos.
Seulgi frunció el ceño, sintiendo cómo la tensión volvía a instalarse en su pecho.
-¿Quieres decir que todos ellos corren peligro?
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Cenizas de un viejo amor
VampireTras escapar de los conflictos sociales y económicos de su país, una familia originaria de Asia Occidental encuentra refugio en el Reino Unido, buscando un futuro más próspero. Durante quince años, disfrutan de una vida tranquila, hasta que un fatíd...