Capítulo 27: Entre Vampiros

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Después de la breve charla que Seulgi y Minjeong habían tenido, la joven cazadora se alejó un poco y le pidió a Seulgi que le siguiera la corriente.

De manera inesperada, Minjeong comenzó a quejarse de una forma un tanto exagerada, mientras sus manos se posaban sobre su estómago. El resto del equipo volteó de inmediato hacia ella, alerta ante lo que parecía un problema.

—Ugh... No me siento bien... Creo que las heridas no han sanado del todo —, Minjeong fingía con una actuación bastante mediocre. Todos en la biblioteca se miraron entre sí, preocupados por el repentino malestar de la joven rubia.

—Tal vez debería volver a casa… Seulgi, ¿Puedes llevarme? No creo que pueda hacerlo sola —. Minjeong habló mientras sus ojos hacían señas desesperadas a Seulgi, quien por dentro luchaba por no soltar una carcajada.

Seulgi mantuvo una expresión seria mientras asintió con la cabeza. —Sí, claro. Te llevaré —, respondió, ocultando la risa mientras los demás cazadores las miraban con preocupación.

Se acercó a Minjeong para sostenerla como si realmente estuviera débil. Antes de salir, Seulgi se dirigió hacia Joohyun, que la observaba con el ceño ligeramente fruncido.

—No tardaré mucho. Solo llevaré a Minjeong con sus madres para que descanse y regresaré enseguida —, dijo Seulgi en voz baja. Joohyun, aunque preocupada, asintió lentamente y le acarició la mejilla.

—Ten cuidado —, le susurró antes de darle un beso suave.

Al salir de la biblioteca y asegurarse de que nadie las seguía, Seulgi soltó una carcajada que resonó por el pasillo. —¡Por Dios, Minjeong! ¡Fue la peor actuación que he visto en mi vida!

Minjeong, visiblemente aliviada de no estar frente a los demás, también soltó una pequeña risa. —¡Oye! No soy buena para estas cosas. Solo quería salir rápido de allí.

Seulgi siguió bromeando mientras ambas cazadoras se dirigían hacia la parte trasera de las instalaciones para preparar los caballos. En pocos minutos, montaron y salieron galopando a toda velocidad, sintiendo el viento en sus rostros mientras avanzaban por los campos y los caminos solitarios.

El trayecto fue breve, pero intenso. Los cascos de los caballos resonaban con fuerza, creando un eco que parecía expandirse por los alrededores. A pesar de la rapidez del viaje, Seulgi no podía evitar disfrutar de la sensación de libertad que sentía al galopar. Minjeong, a su lado, se mantenía en silencio, enfocada en llegar lo más pronto posible.

Finalmente, la joven rubia señaló una gran mansión a lo lejos. El hogar de Minjeong y sus madres era impresionante. La enorme casa se alzaba con una imponente belleza, rodeada de un frondoso jardín bien cuidado, como si se tratara de una reliquia de tiempos antiguos.

—Vaya… Nunca imaginé que vivieras en un lugar como este —, comentó Seulgi, impresionada pero sin sorprenderse del todo, considerando la nobleza vampírica de Taeyeon.

Ambas cazadoras bajaron de sus caballos y los aseguraron bajo la sombra de un árbol cercano. Sin decir mucho, comenzaron a caminar hacia la entrada de la mansión. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, una ráfaga de viento pasó velozmente frente a ellas, tan rápida que apenas pudieron notarla.

Joohyun apareció de repente, con la velocidad de un rayo, y sin pensarlo dos veces, agarró a Minjeong por el cuello de su chaqueta, inmovilizándola contra el tronco de un árbol cercano.

—¡Joohyun! —, exclamó Seulgi, completamente sorprendida por la acción de la vampira.

Los ojos de Joohyun brillaban de un profundo tono oscuro, y sus colmillos se asomaban apenas por su labio inferior. —Es una trampa, gruñó Joohyun, apretando su agarre. —Esta niña nos está llevando a una emboscada.

Cenizas de un viejo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora