QUE HACER

116 19 6
                                        

Sipnosis:

La muerte es igual para todos, lo que nos diferencia a cada uno es como haviamos vivimos asta el último momento.
Ya que nuestras vidas son un pestañeo buscamos inmortalizarnos, no con pastillas mágicas, o duraznos de la inmortalidad, nos inmortalizamos dejando nuestra huella, haciendo algo grande para ser siempre recordados por las demás generaciones y cuando habrán un libro de historia, digan: el fue la mejor leyenda.
Pero, para inmortalizarnos, devemos vivir y Macaque no la dejo vivir lo suficiente como para que se inmortalize, el tiene la culpa, se hace cargo, se pregunta si aún merece vivir.

.

.

.

El olor a incienso penetraba su nariz, todas las miradas han sido dirigidas a el, todos murmullan de forma vacilante a sus espaldas.
Y el no sabía que hacer.

Ya no havia lágrimas como el día de ayer, que fluían a cántaros, ya no havia sangre en sus manos, todo havia sido lavado. Pero aún así, todavía se sentía como basura.

Desvío la mirada, se encontro con la pequeña niña que havia considerado parte de su familia, una familia que el mismo acabó con sus manos y que aún no tenía el valor de decirle a la niña, que fue el quien acabó con su abuela, el fue, toda la culpa lo tiene el, por ser egoísta y desear ser feliz sin importar que el mundo se apague.

La pequeña Bai He se aferraba a su brazo sollozando bajo, pero fuerte para Macaque. Sollozando entre pequeños espasmos y agarrando su brazo con si fuera la última cosa en el mundo, ella le quería y el era lo único que tenia.

Ahora los dos estaban solos, uno que siempre estuvo solo desde el principio y otra que le quitaron lo que tenía, aun asi se tenían mutuamente, apesar de que reine la culpa y la tristeza.

Havia pasado un día desde la muerte de la señora Jun, cuando llegó Bai He el día de ayer y lloro con fuerza, fueron escuchados por los vecinos, quien fueron corriendo a ayudar, cuando llegaron no sabían que hacer, pero pronto empezaron a actuar, llamaron a una ambulancia, cremaron el cuerpo de la señora Jun y consolarnos a Bai He.

Cuando empezó la ceremonia funeraria, cuando prendieron los inciensos y cuando empezar a orar por la alma de señora Jun, Macaque siempre fue el centro de atención, todos murmuraban y cada murmuro fue escuchado por el.

En todo el pueblo corrió la noticia de la misteriosa muerte de la señora Jun, unos decían que le havia atacado unos demonios y otros que la asaltaron, sin embargo, la teoría que más se repetía fue que la asesino el mismo demonio que la pequeña Bai He se aferraba a su brazo. Pero nada aún se confirmaba, después de todo, se veía que la pequeña Bai He conocia de ante mano a aquel demonio, por lo cual descartaron esa idea.

(...)

Cuando la ceremonia terminó y todos se havian ido, unos desconfiados por dejar a la niña con el demonio. Quedaron solo Bai He y Macaque.

Macaque se encontraba mirando el cuadro de la señora Jun donde havian puesto incienso acada lado. Se sentía tan culpable, pero de que le servía eso, no traería a la señora Jun a la vida, ya nada lo haría.

Ya nada podría retroceder el tiempo, o talves si, pero el no tenía las fuerzas para hacerlo. Todo havia salido mal, todo por su culpa, se odia a sí mismo, odiaba tener ese rostro, odiaba tener aquellas manos, odiaba tener aquel cuerpo, odiaba tener aquellos poderes, el se odiaba.

Toda la desgracia que le havia pasado a la niña fue por su culpa y pensar que todo comenzó por un plato de comida, tan solo por querer esa ves ir por el bien, pedir, envés de robar, condenó a una niña inocente. y la dejaría, la dejaría como a otro cualquier humano que se hunda solo, que el no tiene la culpa. Pero el ya se ha acostumbrado a su presencia, porque ya no son simples humanos, ahora son su familia, o almenos havia conseguido una.

"RIVER OF SHADOWS" - LMKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora