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Página seis: Es ingeniero en sistema

Al principio no le creí a mi tío, hasta que él se acercó a la mesa con tan tolo tocarla se abrió un mundo de posibilidades en ella. Estaba intrigado por lo que me acerqué presionando el botón de mi silla de ruedas y acercándome.

Habían muchas cosas como que fuera un teléfono celular para un gigante, de fondo de pantalla una foto de ambos.

—Se activa por mi huella... — me dijo A-Cheng con la cabeza gacha. Era lógico, yo toqué esa mañana y nunca pasó nada.

—¿Por qué no funciona con mis dedos?

—Te lo repito, no sueles traer los trabajos en casa... — mi tío que de la intriga se me había olvidado que estaba presente.

—Ven no muerde... — A-Cheng tomó mi mano y me deje guiar por él, tocando la mesa, a la galería de fotografías nuestras, no sabía cuáles eran sus intenciones, quizás que éramos felices y que yo solo tenía que recordar, o si era el lugar más apropiado para recordar todo.

El toque de sus manos sobre las mías eran familiares, yo no lo recuerdo, pero mi cuerpo si, el entrelazó mis dedos con los míos, si lo hacía de manera voluntaria o no ya no tenía importancia, porque mi piel recordaba el toque, nuestras manos entrelazaban de manera perfecta, como siendo destinadas a estar juntas.

—Aquí puedes buscar lo que quieras... — tocó el icono de la lupa para después salir. — Y aquí cualquier información de la empresa que desees leer...

—Me dijiste que no entraba a tu oficina ¿Por qué tienes todo eso? — volteé a verlo y no supe lo cerca que estábamos, nuestras respiraciones se mezclaban, el no olía desagradable, no sé si era algún champo o alguna especie de perfume, pero el olía bien.

Mi cuerpo lo recuerda perfectamente. Como cuando quieres algo sin saberlo.

—Suelo ayudarte de vez en cuando... — el me vio y yo lo miré a los labios. Dándome cuenta que no era tan desagradable como pensaba. Él es más de lo que aparenta ser.

—Puedes dejar que A-Huan juegue con eso un rato, déjame contarte sobre esos socios... — el dejó de prestarme atención, quitando sus manos inmediatamente y dejándome con gran desolación. Recordaba ese contacto, era agradable.

Quizás podría recordar poco a poco si continúa tocandome.

Comenzó a tocar todo lo que podía, literalmente estaba todo lo que he logrado en estos 6 años, quizás la intuición de ese... de A-Cheng no era tan malo después de todo.

Si antes me gustaba aquella oficina, ahora me encantaba más.

El tiempo se me fue rápido, recuerdo que hablaron sobre esos asuntos, y como A-Cheng daba su propio punto de vista y el motivo de la desconfianza de mi tío.

—¿Qué quieres para cenar? —me preguntó A-Cheng, ya que mi tío había hablado por horas.

—¿Qué solía comer comúnmente? ¿continúo siendo vegetariano?

—Eso se soluciona... — A-Cheng se puso de pie y mi tío lo siguió. Intenté ponerle total atención a lo que leía sobre los contratos de la empresa, pero comenzaron a hacer mucho ruido.

No pude concentrarme hasta que bajé a cenar con ellos. Me dio una especie de carne, pero al final no era carne, y de hecho sabía muy bien.

Mi hermano, mi tío y mi cuñado tuvieron que irse esa noche y acepté que A-Cheng me ayudara a darme un baño, después de todo no tenía ningún sentido, seguramente ya me había visto hasta el alma.

—¿Tienes 9 títulos de medicina, eres chef; campeón de ajedrez, ¿e...? ¿ingeniero en sistema? —lo deduje por esa extraña computadora que tiene en la oficina.

Él me sonrió mientras me terminaba de quitar todo.

—¡No! ¡no me digas voy a descubrirlo por mi cuenta! Pero la pregunta es... ¿Por qué eres tantas cosas?

—Pueda que escuches esto como una verdadera tontería. Pero... — me ayudó a llevarme a la bañera, ya había probado el agua cuando me sumergió en ella, estaba tibia, era agradable al contacto. — A-Ying es mi hermano adoptivo... mi padre lo acogió cuando sus padres murieron... pero mi padre siempre mostró favoritismo por A-Ying en cuando llegó. Incluso comenzaron a decir que posiblemente sea su hijo biológico. — comenzó a tallarme la espalda con sus propias manos enjabonadas. — cualquier cosa que yo hiciera estaba mal y la de él estaba bien... mi madre solía regañarme porque él era mejor que yo en todo... entonces lo decidí... — se detuvo, pero yo continué enjabonándome mientras lo escuchaba — iba a ganarle no importa en que tontería fuera. Así que comencé a perseguirlo, él quería entrar en el club de ajedrez pues yo sería el campeón, él quería ser fisioterapeuta, pues yo sería el mejor y pues...

—Tu padre tuvo que estar orgulloso de ti después de eso... — tenía que estarlo todo esto era una locura, después de haberme bañado, el me ayudó con el agua, volvió a cargarme y me llevó hasta la cama.

—Me dijo que lo estaba... un mes antes de nuestra boda... — eso era bueno, sonreí ante esa idea. — Pero ya no significaba nada para mí. Te tenia a ti era lo único que importaba, no era importante la opinión de los demás, solo la tuya.

Sentí mi corazón calentarse, es mejor que no me viera porque mis ojos tenían lagrimas por su sinceridad.

—No importa ya, convivo con ellos gracias a ti, me diste la fortaleza para volver a tener contacto con el aunque sea meramente profesional... — comenzó a secarme con la toalla, no tallaba solo hacía movimientos delicados, y logró hacer el objetivo, intentó no ser incomodo cuando continuó vistiéndome con ropa para dormir. 

Me observó como que quería hacer algo, y de hecho a mi también me dio la sensación que quería hacer algo, como esperando un beso en la frente talvez, como que había sucedido mucho, pero el simplemente me tapó.

—Si necesitas algo solo háblame estaré... — lo tomé de la camisa.

—Quédate esta noche... — no le diría que extraño algo que no recuerdo, posiblemente su calor durante la noche, el asintió siendo mas fácil de lo que creí.

se alistó, se acostó a la par y simplemente me recosté para dormir, quedando dormido al instante, si; definitivamente eso es lo que necesitaba.

¡¡Su Currículo solo tiene 100 páginas!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora