No sueles tener la mejor memoria del mundo, pero recuerdas eso como que fue ayer, tu tenías 5 años y Wei Ying tenía 6.
—Vamo a dibuja y a pinta y veremos quién es mejol... — dijiste, el solo llevaba una semana allí, solo querías demostrarle que eras mejor que él, pero ni siquiera hablabas bien.
—Pero tiene que haber alguien más que nos diga cual es mejor porque no sería objetivo. — Dijo el con la misma diversión de siempre.
—Entonche digámole a papá. — El aceptó. Y ambos se pusieron a dibujar, te esmeraste, querías que Wei Ying notara que eras mejor, ninguno de los 2 podía ver que hacia el otro.
Tu terminaste primero y Wei Ying quedó dibujando los últimos retoques mientras sacaba la lengua, antes de enseñarle el dichoso dibujo a tu padre.
Le diste el dibujo a tu padre, mientras Wei Ying le daba el suyo y fue allí donde te sentiste superado.
El tuyo era más colorido que el de él, pero el del tenía más detalle, pensaste que tu padre iba a alabarte a ti porque eras su hijo y te quería.
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—A-Ying ganó... — dijo, pensando que quizás lo dijo para contentarlo. — Mira qué bonito el dibujo.
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—...mientras tu pintaste todo de manera desordenada... pero podrías aprender de A-Ying...
No dijiste nada, te quedaste de brazos cruzados, observándolo, esperando a que terminara, diciendo que es una broma, o dándote algún consejo, eras su hijo ¿no? Pero no sucedió.
Hiciste un puchero, tomaste ese dibujo, viéndolo con intenciones de grabarlo en tu mente, y así sucedió antes de finalmente romperlo, y decidir así finalmente que le ganarías a Wei Ying a partir de ahora. Que no dejarías jamás que volviera a ganarte. Aunque tu seas el que persiga.
