XVIII

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Página nueve; es músico y cantante

Ya me había cansado de todas estas locuras, había comenzado a caminar, como que fuera un bebe, sostenido del techo y sosteniéndome de unas barras de metal.

Habían pasado 3 meses, y mi confianza con A-Cheng se había vuelto quizás como era antes. No caminaba si él no estaba presente, pero últimamente no se aparecía.

—¡No me sueltes! — solía gritarle.

—Nunca te soltaré, aunque tu si me sueltes... — me decía y eso hacía que mi pecho se calentara y mi corazón se sobresalta. Parecía un adolescente enamorado, pero últimamente ya no solía ayudarme en cosas pesadas. Exigí que apareciera si él no llegaba no iba a volver a intentar caminar, aunque no me ayude pero que este aquí conmigo.

—Te portas como niño caprichoso... — me dijo mi tío, pero no iba a dar mi brazo a torcer, hasta que el finalmente aceptó, entrando a la habitación y dándome cuenta que tenía el vientre abultado.

—Eres un caso perdido... — me dijo como que no mirara su vientre. Lo tomé de las manos y lo acerqué.

—¿Estas esperando un bebe? — no sabía que sentir en esos momentos.

—No estás en posición de preocuparte por otra cosa...

—¡A-Cheng! Es nuestro bebe... — estaba seguro que tenía más de 3 meses. El no respondió.

—No sabía lo que ibas a decir... realmente al comienzo no te agradaba...

—¡Por supuesto que no eres insoportable! — le dije y él me sonrió sentándose en la camilla, limpiándome las lágrimas que ni siquiera sabía que derramaba, me tomó de las manos, entre lanzando nuestros dedos, el también comenzó a limpiarse las lágrimas.

—Siempre me imaginé que íbamos a estar juntos siempre... — me dijo.

—Podemos estar juntos... mira... lo siento... — comencé a besar sus nudillos, era extraño, él era bastante fuerte, y jamás pensé que mi omega me superara en eso. Aun así, me gustaba, no tenía nada de malo.

—Te amo mucho... no quiero que...

—Yo igual... ahora sé porque me casé contigo... — le di indicios de que quería un beso, y él no lo captó a la primera.

—Vamos a vivir siempre juntos, vamos a ponerle a nuestro hijo o hija...

—Por favor no comiences con un nombre raro solo porque A-Ying le va a poner a su hijo un nombre con un significado romántico...

—En realidad...

—¡No digas nada!

—Pensaba en Yí... significa regalo... — eso me conmovió más de lo que debería.

—A-Yí será entonces... — ahora por fin se acercó para darme un beso tierno.

—Por favor ponte a caminar que ya no te puedo llevar a ninguna parte... — eso me hizo sonreír y ahora si comenzar a ponerle más ganas a la terapia. El a pesar de su condición siempre estuvo conmigo todo el tiempo.

—¿Me cargaste estando embarazado? — le reclamé.

—No...

—Voy a morderte... al menos que me digas que no lo sabias... — no me respondió. — ¿Qué hubiera pasado si perdías a nuestras hijo?

—Eso no iba a suceder soy un superhéroe...

—Dime que eso no es cierto... — a estas alturas le creía cualquier tontería.

Ambos sonreímos y volvimos a besarnos. Por un momento pensé en todo esto y en las posibilidades que tenía mi mundo, quizás si hubiera sido en otro momento pensaría que al no poder caminar era nada más que un estorbo para él, ya que siendo un millón de cosas era imposible conformarse con alguien roto.

Pero por algún motivo decía que me amaba sin importar que, y yo le creía, no lo decía por lastima quizás después de tanto tiempo si comenzó a sentir algo por mí. Aunque las cosas comenzaran solo porque Wei Ying quería ser novio del segundo hombre más codiciado y por consiguiente él tendría el primero.

Fuimos a una cena familiar, y el comenzó a tocar el piano para comenzar a cantar una canción, me acerqué aun necesitando de un bastón.

—¿Puedes tocar el piano y encima cantar?

—A-Ying quería tocar el dizi para hacer un dueto con A-Zhan...

—Deja de exhibirme... A-Ying quería esto... A-Ying quería lo otro... — dijo el atrás de nosotros.

—Pero es cierto... — le respondió, yo sonreí, continuó tocando una canción sin cantar, solo utilizaba el piano, y allí fue donde recordé el accidente y del porque había salido huyendo, el notó que estaba mareado y de repente se detuvo para ayudarme a sentarme.

No volví a decir nada en toda la noche.

—¿Estas bien? — me dieron agua y yo no respondí, la cena terminó y ambos regresamos a la casa, me senté intentando digerir todo.

—¿Enserio estas bien? — necesitábamos hablar, lo tomé de la mano y lo senté en mis piernas.

—Ese rumor que circuló no es 100% mentira ¿verdad? — el se aferró a mi cuello.

—¿Qué rumor?

—Acerca de que tenias que tener un esposo superior a A-Ying.

—Recordaste... — sus hermosos ojos violeta se abrieron grandes, tomando mis mejillas.

—Yo me enamoré de ti antes de que A-Ying conociera a tu hermano... lo sabes ¿Cómo puedes pensar eso de mi? — intentó quitarse, pero se lo impedí, rodeé su torso con mis brazos lo más fuerte que podía.

—Es por la silla de ruedas... ya no sería el ideal para...

—Yo te amo a ti, y si te hubieras quedado invalido, incapacitado, arrugado o quemado, yo siempre estaré contigo... ¿Por qué tienes que dudar así de mi? — ambos nos miramos a los ojos, y le di un tierno beso que el correspondió con gusto.

—Solo tenía mucho miedo, es todo... miedo de perderte... mi tío tiene razón, eres lo mejor que me pasó... — lo acerqué a mi cuerpo con posesión. — Especialmente cuando HuaiSang apareció.

—No debes preocuparte por él.

Toqué su estómago ya tenía 4 meses y se notaba poco.

—Si A-Ying hubiera querido ser mi esposo ¿tu si me hubieras arrebatado de su lado?

—¿A ti te gusta A-Ying? — de hecho, él no sabe los problemas que mi hermano tiene con él, ha mejorado, pero hay cosas que nunca cambian.

—No... — respondí con sinceridad, me sorprendí cuando se acercó para darme un beso en la frente.

—Entonces la pregunta es irrelevante, yo te amo a ti, en ese caso no me importa lo que Wei Ying quiere...

¡¡Su Currículo solo tiene 100 páginas!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora