El príncipe elfo

especial

Día de muertos

El día de muertos es un día hermoso en muchos sentidos, un día en el que los muertos pueden visitar a los vivos por unas horas en las que podemos convivir con aquellos que perdimos, una tradición hermosa, más que nada festejada en México, otros celebran "Halloween" una festividad retorcida y algo divertida, sin embargo muy alejada de los principios de esta festividad.

Puesto que en México "El día de muertos" se celebra en casa, algunos piden dulces por la noche otros se divierten con fiestas o otros más rinden culto a los ante pasados. Pero en Estados Unidos donde se celebra el "Halloween" es más fiesta, dulces y alcohol, lo cual no tiene que ver con las grandes tradiciones.

Harry sabía bien esto... Ese día había ordenado hacer algo especial en todo el palacio, las puertas de todo el palacio lucían el color naranja, morado, negro, blanco y rosa mexicano, la flor de cempasuchil era una de las protagonistas, ramos y ramos decorados de está hermosa flor, en pequeñas líneas guiando el caminó de los difuntos.

Cortinas con la misma flor, las calabazas también eran protagonistas, cada lugar del palacio tenía estás, todas con una decoración hermosa y diferente.

En uno de los grandes salones había una ofrenda para todos los habitantes, donde se encontraban deliciosos platillos de los mejores chefs del palacio, dulces, velas, frutas, vino y postres, a los pies del altar se encontraban velas donde podía leerse el nombre de quién era el dueño al que honraban con ella, también había varias pinturas, pues este día se abrirían las puertas a todos los que desearan celebrar "Día de muertos" sin importar el rango o edad.

Esa mañana del 1 de Noviembre, Harry se levanto temprano, protegido por una capa blanca y una túnica de color blanco con detalles naranjas se acercó a la ventana desde donde podía ver con gran alegría su Reyno, solo para después alzar la mirada al cielo, cerro los ojos y dejo que una pequeña lágrima solitaria saliera de sus ojos.

Adoraba el día de muertos, pues era un día en el que podía gozar de la presencia de aquellos que perdió, si cerraba los ojos podía escuchar aún la voz de todos ellos y eso lo hacía sonreír, a pesar de todo.

Cómo el rey ahora tenía mucho que hacer, después de todo Thranduil su amado abuelo hace ya 4 años se unió con su esposa e hijo en el sueño infinito e infinito descanso.

Harry limpio la lagrima derramada con el dorso de su mano y sonrió, sabía bien que su abuelo lo había amado con todo su corazón, lo extrañaba, claro que lo hacía pero sabía que el estaba bien, después de todo ahora estaba con su esposa y su hijo.

Con un suspiro entro a su alcoba una vez más, limpio su cuerpo con cuidado en el baño y se vistió con calma, tomo su corona y la coloco en su cabeza antes de salir de su cuarto, más pronto que tarde se encontró con sus hijos en las escaleras, Thorin, Thranduil ll, Arwen ll y Elron, sus cuatro jóvenes hijos de apenas 8 años y 6 años respectivamente.

Sonrió a sus cuatro hijos, los cuales habían demostrado haber heredado más de su abuelo James que del mismo Thranduil, las travesuras y algo de rebeldía eran tan normales en los cuatro que a veces ni Tom, Aragón o el mismo podían con ellos.

Había travesuras por doquier, desde pequeñas cosas hasta grandes y elaboradas, había lamentado tanto el haberlos presentado a Sirius.

Pero ahora ya nada podía hacer, el día comenzaba y los pequeños tramaban más travesuras para su día, negando mando a los niños al comedor, normalmente un niño elfo tenía una educación increíble al comer, pero sus hijos no.

Gracias al cielo ese día no habría guerra de comida entre los cuatro, pero qué podía hacer Harry? Ya los había reprendido y de más pero los niños no hacían más que seguir siendo ellos.