Sombras Del Pasado

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La tarde estaba cayendo, y la luz del sol, teñida de un tono dorado, se colaba por las ventanas de la casa de Aria. Después de la visita de su abuela Sun Hee, el aire en la casa parecía pesado, cargado de una tensión que no se disipaba. Sentada en el sofá de la sala, Aria observaba en silencio el lugar que había llamado hogar durante tantos años, pero que ahora se sentía extraño, como si fuera parte de un decorado de una vida ajena.

Las palabras de Sun Hee seguían resonando en su mente. "Hay mucho que tu padre no te ha contado." La declaración había abierto una grieta en la seguridad que Aria creía tener en su vida. Su padre siempre le había dicho que solo eran ellos dos, y la existencia de una abuela desconocida rompía esa narrativa en mil pedazos. Se preguntaba cuántos otros secretos podrían haber estado ocultando.

Aria se levantó del sofá, incapaz de quedarse quieta. Su mirada se dirigió hacia el viejo escritorio de su padre, ese que nunca le permitía tocar. Con cada paso que daba hacia él, sentía que estaba entrando en territorio prohibido, un espacio lleno de recuerdos y misterios que hasta ahora le habían sido vedados.

Con manos temblorosas, se acercó al cajón inferior, uno que siempre había visto cerrado con llave. Lo tocó con cuidado, y para su sorpresa, no estaba cerrado. Al abrirlo, encontró una caja de madera oscura, cubierta de polvo. Algo en ella la llamaba, como si estuviera destinada a descubrir su contenido. La abrió con cautela.

Dentro de la caja, encontró una colección de cartas antiguas, viejas fotografías y un diario de cuero desgastado. El primer sobresalto llegó al ver las fotos. Eran imágenes de su madre, pero también de su padre, mucho más joven, junto a personas que Aria no reconocía. En una de las fotografías, vio a una mujer que, tras mirarla con atención, identificó como Sun Hee. La abuela que acababa de conocer.

Su respiración se detuvo por un momento cuando encontró una fotografía de su padre con alguien más: un hombre vestido con ropas formales, pero que tenía una sombra oscura detrás de él, algo no humano. A su lado, su padre sonreía, pero sus ojos parecían tensos, como si estuviera ocultando algo. "¿Quién es este hombre?", se preguntó Aria, incapaz de apartar la mirada de la imagen.

Buscando respuestas, abrió el diario de cuero. Las primeras páginas estaban llenas de la letra de su padre, con fechas que iban desde antes de que ella naciera. Mientras leía, sus ojos se agrandaban con cada frase. Las entradas hablaban de reuniones secretas, de pactos con seres que no pertenecían al mundo humano. Su padre había tenido tratos con demonios.

La revelación fue como una bofetada. El hombre que siempre había conocido como un respetable abogado, el hombre que la había criado y protegido, había estado involucrado en el mundo de los demonios desde antes de su nacimiento. ¿Era eso cierto? Las palabras en el diario parecían tan lejanas, pero el tono desesperado de las notas no dejaba espacio a dudas.

"El precio fue alto... mucho más de lo que esperaba", leyó Aria en una de las páginas. Su corazón se aceleró al comprender que su padre había hecho algún tipo de trato oscuro. "¿Qué precio?", se preguntó, pero ya temía conocer la respuesta.

Continuó leyendo hasta que una palabra la hizo detenerse: sacrificio. El diario hablaba de un sacrificio necesario para mantener el equilibrio entre los mundos, un sacrificio que involucraba a alguien cercano. Aria sintió que su corazón se hundía en el pecho. La muerte de su madre había sido un accidente, o al menos, eso era lo que siempre le habían dicho. Pero, ¿podría haber sido algo más? ¿Podría haber sido parte de este oscuro trato del que su padre hablaba en sus escritos?

Las sombras del pasado comenzaron a rodearla, sofocándola con preguntas que ahora necesitaban respuestas desesperadamente. La cabeza le daba vueltas. Todo lo que creía saber sobre su familia se desmoronaba.

¿De quien me enamore?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora