El eco de los pasos de Aria resonaba por los pasillos vacíos de la universidad. Aunque intentaba concentrarse en las clases, las palabras de Liliana seguían dando vueltas en su mente, mezclándose con la reciente revelación sobre su familia. Algo estaba a punto de cambiar en su vida, lo sentía en los huesos. Y no podía quedarse quieta, esperando a que el peligro la alcanzara.
Tras el encuentro con su abuela Sun Hee, y después de descubrir los secretos que su padre había guardado tan celosamente, Aria entendía que no era solo una simple estudiante universitaria a punto de graduarse. Era parte de algo mucho más grande y oscuro, un legado que no había pedido pero que ahora debía cargar. Sabía que ignorarlo sería un error. Y aunque sentía miedo, también había una chispa de determinación encendiéndose dentro de ella.
No puedo quedarme de brazos cruzados mientras el peligro se cierne sobre mí y sobre mi familia, pensaba mientras caminaba con decisión hacia la biblioteca de la universidad. Era el lugar más lógico para empezar. Si quería comprender mejor el mundo en el que su familia estaba involucrada, necesitaba información.
Entró en la biblioteca, un lugar silencioso y acogedor, donde el olor a libros antiguos y el leve zumbido de las luces la envolvieron en una sensación de calma temporal. Sin embargo, su mente no se relajaba. El corazón de Aria latía con fuerza mientras recorría las estanterías. Sabía que no podía pedir abiertamente libros sobre ángeles, demonios o portales, pero había algo en la vasta colección de textos que podría serle útil.
Decidió buscar en la sección de historia, en particular en los tomos que hablaban sobre leyendas locales y antiguas creencias. Sabía que los mitos solían ocultar verdades detrás de metáforas, y quizás encontraría alguna pista entre esos textos polvorientos. Mientras sus dedos pasaban por los lomos de los libros, se topó con uno que la hizo detenerse: "Relatos prohibidos: Conexiones entre los mundos". El título era intrigante, y su intuición le decía que podría contener respuestas.
Tomó el libro y se dirigió a una de las mesas en la esquina de la biblioteca, donde podría leer sin ser molestada. Se sentó, abrió el pesado volumen, y comenzó a pasar las páginas con ansiedad, buscando algo que la ayudara a entender mejor el papel que jugaba su familia en todo esto. A medida que avanzaba en la lectura, encontró varios capítulos dedicados a portales entre mundos, cómo ciertas familias antiguas habían sido elegidas para proteger esos umbrales, y cómo esos portales podían ser sellados o abiertos mediante pactos y rituales.
El corazón de Aria latía cada vez más rápido a medida que leía sobre pactos entre humanos, ángeles y demonios, similares a los que su padre había mencionado en la carta que encontró. Según el libro, algunos portales habían sido sellados por generaciones, pero cuando las barreras entre los mundos comenzaban a debilitarse, era solo cuestión de tiempo antes de que las entidades que habitaban en esos otros planos intentaran atravesarlos.
—Esto no puede ser una coincidencia —murmuró para sí misma, mordiéndose el labio.
El libro también mencionaba cómo ciertos lugares, como su ciudad, se ubicaban sobre "puntos de convergencia", sitios donde las barreras entre los mundos eran más débiles. Era exactamente lo que había visto en los documentos de su padre, los mapas que marcaban esos puntos críticos. Lo que la inquietaba aún más era la mención de "familias protectoras", aquellas que, generación tras generación, habían sido designadas para vigilar los portales. Las coincidencias eran demasiado claras: su familia estaba implicada profundamente en este antiguo deber.
Pero había más. Un pasaje particular captó su atención:
"Cuando el equilibrio se rompe, los descendientes de las familias vinculadas a los pactos serán llamados a enfrentarse a las sombras de su pasado. Ninguno podrá escapar de su destino."
Aria sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Esa frase resonaba en lo más profundo de su ser, como si estuviera hablando directamente sobre ella. El legado de su familia no era solo un asunto del pasado; era un conflicto que estaba despertando nuevamente, y ella era parte de ese destino.
Mi padre sabía que esto ocurriría, pensó, cerrando el libro de golpe. Había encontrado algunas respuestas, pero todavía tenía más preguntas. Sabía que no podía hacer esto sola. Si su vida y la de su familia estaban en peligro, necesitaba ayuda. Pero, ¿de quién podría fiarse?
En ese momento, recordó la mención de la Agencia de Detectives de Casos Especiales, la que había escuchado en rumores entre sus compañeros de clase y en los susurros que se hacían eco por las calles. Era una agencia secreta, dirigida por ángeles y demonios, que se encargaba de mantener el equilibrio entre los mundos. Aunque su existencia era apenas un mito para la mayoría de los humanos, Aria sabía que había algo de verdad en esos rumores.
Quizá allí pueda encontrar las respuestas que busco, pensó.
Sin perder más tiempo, Aria se levantó de la mesa, guardó el libro de nuevo en la estantería y salió de la biblioteca. Ya no podía permitirse la duda. Su vida estaba en juego, y aunque el camino hacia la verdad estuviera lleno de peligros, no podía quedarse sin hacer nada mientras la oscuridad avanzaba.
Mientras caminaba rápidamente hacia la salida del campus, sacó su teléfono y marcó el número de su abuela. Necesitaba hablar con ella, contarle lo que había encontrado y decidir los siguientes pasos. Pero, justo cuando estaba a punto de pulsar "llamar", se detuvo.
No es el momento, pensó. Había cosas que aún no podía revelar, ni siquiera a su abuela. No sabía hasta qué punto ella estaba involucrada en todo esto o cuánto sabía realmente. Por ahora, la prioridad era encontrar esa agencia y averiguar más sobre su rol en el conflicto que se avecinaba.
Cerró los ojos un segundo, respiró hondo y se llenó de determinación. Había tomado una decisión: investigaría hasta el fondo, sin importar lo que descubriera. Aria ya no era una simple estudiante tratando de vivir una vida normal. Ahora, estaba en el centro de una lucha entre mundos, una lucha que no podía permitirse perder.
Con su cuaderno en el bolso, donde siempre anotaba sus pensamientos y esperanzas, y con la creciente determinación de descubrir la verdad, Aria emprendió su camino hacia lo desconocido. Sabía que cada paso que daba la acercaba más al peligro, pero también a las respuestas que tanto necesitaba. Y, sobre todo, al legado que había jurado nunca aceptar, pero que ahora estaba lista para enfrentar.
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¿De quien me enamore?
FantasyEn un mundo donde ángeles, demonios y humanos comparten el poder, cada uno con su propio reino y normas, Aria vive una vida aparentemente normal en la ciudad humana. Su padre es el abogado más influyente de la región, un hombre admirado por todos, p...