capítulo 15!

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Bibi se agachó entre las rocas, algo llamó su atención. Al apartar un par de piedras, sus ojos se iluminaron al encontrar una gema grande, de un brillante color púrpura que resplandecía incluso en la oscuridad de la cueva. La sostuvo con ambas manos, admirando su fulgor.

— ¡Ohhh... miren esto! —exclamó, emocionada, levantando la gema para que la luz escasa la atravesara, proyectando reflejos en las paredes.

Bull, siempre atraído por cualquier cosa que brille, se acercó con rapidez, sus ojos fijos en el objeto como un cazador tras su presa.

— ¿Qué tienes ahí? —preguntó, su tono codicioso mientras estiraba una mano para arrebatársela.

PBibi, reaccionó rápido, alejando la gema de su alcance. Sus ojos se afilaron y su sonrisa burlona se transformó en una mueca de frustración.

— ¡Hey! ¡Es mía! —protestó, empujando a Bull, con el codo, mientras él intentaba alcanzar la gema. Sus gritos resonaban en la cueva, aumentando la tensión del ambiente.

El sonido de la discusión rebotaba en las paredes de piedra, haciendo eco en la vasta oscuridad que los rodeaba. A unos metros de distancia, Crow, que había estado caminando en silencio, observando a sus compañeros pelear, sintió una vibra extraña. Algo no andaba bien, y su instinto le decía que debía estar en alerta.

Con una mirada fría y calculada, Crow dejó a  Bull y Bibi pelear por la gema y se adentró más abajo en la cueva, con pasos sigilosos y su mirada siempre en movimiento. No confiaba en aquel lugar. Mientras avanzaba, vio a lo lejos la entrada a varias minas, y más adelante, un casco cubierto de polvo y tierra, abandonado, probablemente por uno de los mineros.

Se inclinó un poco para examinar el casco. Parecía viejo, como si hubiera estado allí durante años. Pero justo cuando estaba a punto de tocar uno de los minerales que relucían en la oscuridad, un fuerte grito lo sacó de su concentración.

— ¡Ya me cansé! —era Bibi. Su voz cargada de enojo reverberaba en las paredes de la cueva, interrumpiendo el tenso silencio.

Crow giró rápidamente, sus ojos se entrecerraron al observar lo que estaba ocurriendo. Frente a él, Jacky y un anciano, cuyo rostro apenas podía distinguirse en la penumbra, estaban forcejeando con Bull por la posesión de la gema. Bibi, mientras tanto, había desenvainado su bate y lo blandía con furia contra Carl, el robot minero que reía burlonamente mientras esquivaba los golpes.

— ¡Silencio! —rugió Crow, avanzando con rapidez hacia ellos, aunque sus palabras parecían perderse en el caos del enfrentamiento.

El ruido de los golpes y las risas mecánicas de Carl llenaban la cueva. El eco amplificaba el caos, haciendo que pareciera que más de un robot estuviera allí. Bibi seguía arremetiendo con su bate, pero Carl simplemente se movía de un lado a otro, esquivando con facilidad sus ataques.

— ¡Maldito chatarra! —gritaba Bibi, frustrada.

En un movimiento rápido, Bibi agarró a Crow, del brazo y lo jaló hacia la salida, obligándolo a seguirla. Corrían a toda velocidad, dejando a Bull detrás, quien seguía atrapado en medio de la pelea con Jacky y el anciano. Crow, miró hacia atrás, viendo cómo Bull luchaba por mantener la gema en su poder, pero el trío de cascos estaba claramente ganando terreno.

— ¡Corre! —gritó Bibi, sin voltear, sus pasos apresurados resonando contra la piedra mientras ambos huían de la escena.

Una vez que estuvieron lejos del caos, Crow finalmente se detuvo, con el pecho agitado y el ceño fruncido.

— ¿Qué demonios pasó ahí? —exclamó, claramente molesto, sus ojos oscuros buscando alguna explicación en el rostro de Bibi.

Bibi,  aún con el rostro enrojecido por la adrenalina, intentaba recuperar el aliento. Sus ojos se encontraban llenos de temor, pero también con una chispa de satisfacción.

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⏰ Última actualización: Sep 22, 2024 ⏰

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