"Oh Draco, eras tan tierno, no sabes para nada disimular bien," pensaba la peli rosa, mientras observaba a su amigo inquieto en una de las mesas del lugar.
Habían vuelto al lugar donde se presentaba el mariachi.
Podía sentir su nerviosismo; literalmente lo hacía.
Draco movía su pie inquieto cuando lo veía tocar o cantar , chillando y apoyándolo con su entusiasmo.
- Ya, Draco, sé que estás emocionado - dijo Melody, dándole un pequeño golpecito en la pierna para intentar calmarlo.
- ¿Qué dices? Solo quiero disfrutar el show. Además, hoy pelea El Primo, por eso estoy emocionado - respondió Draco, moviendo sus manos con nerviosismo.
- Sí, como digas - replicó Melody coquetamente, esbozando una sonrisa mientras bebía un refresco.
Después de unos minutos, el mariachi apareció, nuevamente, en el escenario, siendo animado por Draco y por una extraña jovencita que se acercó a la plataforma.
"¿Y esta qué?" pensó Melody, alzando una ceja al ver cómo la chica se acercaba y pedía una foto con el mismo nivel de entusiasmo que Draco.
Melody miró a Draco, que estaba claramente confundido por la acción de la chica.
- ¿Por qué hizo eso? - cuestionó Draco, frunciendo el ceño.
- Admiradora, supongo. Ya sabes cómo son estas cosas. No te pongas celoso, tú tienes miles - bromeó Melody, viendo cómo la confusión en la cara de Draco se mezclaba con un ligero sonrojo.
Dirigió su mirada de nuevo al escenario, viendo cómo la chica se tomaba una foto con Poco.
La chica besaba a Poco en la mejilla mientras él solo posaba para la fotografía.
De repente, sintió un golpe en la mesa.
Era Draco, que había golpeado su frente contra ella y repetía la acción varias veces, haciendo sonar su casco con cada impacto.
Melody se dio cuenta de su estado y no pudo evitar sentir una mezcla de ternura y preocupación.
- Vaya... tiene novia, un poco triste, ¿no? - dijo Melody con un toque de broma en su voz.
- No sé de qué hablas. Solo vine a disfrutar el show... - dijo Draco, posando su mano contra su mandíbula y mirando al escenario con una expresión malhumorada.
- Lo que tú digas, pero oye, cuidado que la fulminas con tu mirada - dijo Melody, sonriendo mientras veía cómo Draco, aún molesto, giraba su rostro hacia otro lado, intentando disimular su evidente frustración.
Melody se acercó un poco más y le dio un pequeño empujón con el hombro, tratando de animarlo.
La chica ya se había retirado, lo que hizo suspirar a Melody con alivio.
Draco ahora solo miraba al mariachi embobado, tarareando algunas de las canciones que pedía el público.
Mientras comía unos tacos, Melody no pudo evitar notar la expresión de admiración en el rostro de Draco cada vez que miraba al escenario.
Había un destello en sus ojos, un brillo que no pasaba desapercibido. Aunque apoyaba a su amigo en todo, se sentía preocupada.
Su amigo no debía enamorarse, no de él. Melody veía infinitas posibilidades de un rechazo si Draco se le declarara.
Además, era demasiado pronto para que él hubiera sido flechado de esa manera.
Un enamoramiento toma tiempo, pero Draco parecía haber caído con solo una interacción.
