•~Cap 31: Pelea de hermanos~•

41 11 5
                                    

★~~Elena~~★

¿Por qué después de lo que hizo sigo de masoquista? Porque eso es lo que soy una masoquista, sus acciones son bastante cuestionables pero prefiero seguir hundida en mi terquedad.

Disfrútalo y no te enamores Elena interior...

Estuve evitando la conversación día tras día, a veces quería simplemente preguntarle lo que pasó, pero mi falta de valor no me dejaba. Hasta que por fin nos enfrentamos y como siempre nos encontramos en la noche oscura, su imponente figura cubre la mía, la frialdad de su mirada solo me atrae más.

-Bien, ahora quiero que me digas con sinceridad... -me detengo y tomo una bocanada de aire. -¿Qué hice?

Permanece en silencio por unos momentos mirándome fijo, con la misma expresión neutra de siempre, sin emociones a la vista del mundo y en sus ojos algo indescifrable.

-Alúmbrame. -insisto con un poco de desesperación en mi voz. -Refréscame la memoria.

-¿Con acciones? -se cruza de brazos.

-Como sea. -respondo llena de urgencia, la incógnita me está comiendo por dentro, porque últimamente he sentido mi cuerpo extraño.

Me toma de la cintura acercándome más contra él, dejándome sentir su marcado torso, mis manos van de inmediato a su pecho y nuestras respiraciones se mezclan.

«Oh my goodness» «Modo tomate activo»

Sus ojos no se apartan de los míos y siento como un bulto se le forma en el pantalón. «Que demostracion». Cierro los ojos buscando referencias a cerca de "esto". Comienzo a sentir un leve ardor interno, una sensación curiosa. «Válgame Dios» -el vago recuerdo viaja por mi mente haciéndome estremecer.

«Los suaves movimientos encima de él esa noche, mientras nuestros labios seguían unidos en un beso exigente»

-Joder. -susurro, mientras se pone más duro. -abro los ojos encontrándome con los suyos mirando mis labios y el corazón me late a mil por segundos. -suelta una risa corta al ver que ya recordé lo sucedido.

-Tengo una una duda. -mi vista se posa en su boca y vuelve hacia arriba en un intento de disimular. -¿Tuvimos...? ¿Relaciones?.

- - -

★~~Enzo~~★

Siento una punzada de culpabilidad dentro de mí, aunque, son estupideces, los "supuestos sentimientos" las personas solo los usan para esconder su vulnerabilidad. No me enseñaron a sentirme mal o culpable, pero aún soy humano.

No la tocaría sin su permiso y ebria menos, eso no es propio de un verdadero hombre, aunque el maldito mundo de maldad en el que me crié, jugó en mi contra esa vez, el maldito pasado que creí haber superado .

-No. -contesto mirándola fijo nuevamente. -Estabas bastante ebria, no sabías lo que hacías, no te preocupes chiqui-. -me detengo de inmediato cuando me doy cuenta de lo que estaba apunto de hacer.

-Chiquita. -susurra, poniéndose de puntillas dejando un beso suave en mis labios.

Nos separamos al cabo de unos minutos, no sé por dónde empezar, pero es algo necesario, ni siquiera se por qué me importa, pero debo seguir.

- - -

★~~Nicolás~~★

Media hora más tarde

Estoy de pie frente a la habitación del maldito demonio que tengo como hermano, esperando a que llegue, todo lo que vivimos en la niñez lo hizo llevar un pámpano de hielo en vez de un corazón, es un completo hijo de perra, y no puedo dejar que se salga con la suya. -se dispone a caminar hasta adentro de la habitación pero lo detengo dándole un leve empujón en el hombro para que retroceda.

-Creo que se te están subiendo los sumos, "hermanito". -retira el hombro girándose por completo a verme. -¿Qué mierda te pasa?

-Se lo qué estás haciendo. -mi voz sale en un tono amenazante y decidido. -Aléjate de ella. - le advierto.

Nunca había experimentado tal afecto de amistad hacia una mujer, ni en mis propios hombres confío, pero ella ha sabido guardar lealtad, ahora no iba a dejar que estúpido mi hermano le arruinara la vida. Es como una de mis hermanas.

-¿O si no qué? -sonríe maliciosamente. Eso solo hace provocar más mi enojo, quiero saber cuándo este maldito hijo de puta va a crecer en mentalidad. -Tranquilo, solo va a ser hasta que nos vayamos de aquí. —dice el muy cínico.

-¿Ah, si? ¿Por qué no le dices la verdad? ¡Dile la maldita verdad!

-No te metas en mis cosas Nick, mejor ve preparándote para quitarte a Irina de encima, ambas van a estar destrozadas. -sonríe nuevamente.

-No menciones a Irina en tu boca, al menos yo sí tengo el valor de contarle lo que sucede, pero tú... Tu no eres más que un cobarde, tratando de huir de lo que sientes.

-¿Terminaste? -enarca una ceja cruzándose de brazos.

La irritación que siento es palpable, quiero partirle la maldita cara de una vez, mi mandíbula se aprieta de inmediato y mis manos están empuñadas. Finalmente me dejo llevar por el impulso y lo tomo por el cuello de la camisa.

-¡Por una maldita vez en tu vida recapacita! -No cometas el mismo error de papá. -No la hagas sufrir, explicáselo sin que los sentimientos sean rotos. -mis ojos están encendidos y el aliento de ambos sale caliente.

-suelta una carcajada seca claramente divertido por mi intento de hacerlo entrar en razón. -Vete al demonio, a mí nadie me dice qué hacer. -se suelta de mi agarre y me empuja contra la pared.

Este es el detonante para que me abalance contra él, pegándole un puñetazo en la cara, no se inmuta y acto seguido me lo devuelve, el instinto animal de ambos sale a relucir, golpe tras otro, hasta que siento como nos separan a duras penas.

-Vamos, déjenme partirle la cara a este hijo de perra. -suelta llevándose el pulgar a la comisura de los labios y después se relame.

-Este “hijo de perra es tu hermano”, para el colmo son gemelos, compórtense. -dice nuestra nana, frente a ambos, cuatro de los custodios lo mantienen en su lugar, y a mi por igual. —¿Esperan a envejecer para dejar sus peleas.

-Ja, por favor, a Enzo lo encontraron debajo de un puente. -nuestra nana se ríe ante esto y niega con la cabeza.

-Déjense de mierdas y lárguense, si no quieren que les meta una patada en el culo a los dos. -dice esperando a que nos vayamos a nuestras habitaciones. -los hombres no sueltan a cada uno y hacemos caso.

~In Trouble~ ® (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora