•~Cap 8: Las muñecas~•

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Nos perdemos de vista cada una buscando un punto ciego donde no nos detecten a ninguna, Mariel, Olivia y Isabel se van juntas mientras que yo me quedo sola en una parte del bosque entre la oscuridad tirada en el suelo.

Apunto al cuello de uno de los hombres pero aún no aprieto el gatillo esperando el momento perfecto para matar a uno de esos hijos de puta que se quiera llevar a Irina.

Sabrina camina en dirección a Irina como si fuera un tigre cazando a su presa, pero a Irina claramente no parece importarle nada y tampoco le tiene miedo, los hombres permanecen detrás de Sabrina mientras sigue caminando.

Irina lleva un pequeño micrófono en su top muy difícil de ver y su reloj llamado fitbit, el cual le permitirá comunicarse con nosotras.

—Antes de que Sabrina de la orden a sus custodios de llevársela tenemos que dispararles en lugares donde no peligre su vida. —susurro en la bocina del walkie-talkie.

—De acuerdo. —responde Olivia por todas.

Sabrina se para enfrente de Irina finalmente y comienza a hablar.

—Así que tú eres la pequeña perra, que quiere quedarse con mi marido. —hace una pausa y la mira de arriba a abajo como si la despreciara.

—Así que tú eres la maldita perra, frustrada y dolida, que no entiende que tu marido y tú no me interesan, ni en lo más mínimo, frustrados de mierda.

Sabrina levanta una mano para abofetear a Irina pero ella no se lo permite, en cambio en un movimiento rápido la toma del cabello con furia.

Los hombres caminan rápidamente hacia ella tratando de quitársela, pero nos levantamos y salimos de la oscuridad apuntándole a los cuatro cada una con dos armas en las manos.

—Ni se les ocurra acercárseles si no quieren que les vuele los malditos sesos. —dice Isabel apuntándole a uno en la nuca.

Cada una se posiciona detrás de los hombres.

—Y tampoco se atrevan a mirar para atrás o esto va a terminar bastante feo. —amenaza Mariel llena de ira.

—¡Este no es su asunto nío de mocosas! —dice Sabrina tratando de zafarse del agarre de Irina pero no puede.

Uno de los custodios: —No nos hagan tener que matar a cuatro nenitas por favor.

—¡Hagan algo rápido maldita sea y dejen de quedarse como unos estúpidos! —les ruge...

Intentan moverse pero las balas salen de inmediato, no nos percatamos ni siquiera dónde disparamos simplemente salen y ya. Se escuchan gritos de dolor por doquier y ni siquiera me detengo a mirar la escena.

Los cuatro caen abatidos en el piso heridos y sangrando bastante, las balas le cayeron a uno en el pecho a uno en una pierna, uno en el abdomen y al otro directamente en el corazón, agoniza por unos pocos segundos y muere... Con mis guantes de cuero les quitó las armas a cada uno.

—Revisen que en el auto no haya más custodios o testigos de lo que acaba de pasar. —digo a Olivia, Isabel y Mariel, van de inmediato, solo está el conductor y una bala lo alcanzó en la frente, lo que le da un aspecto fatal a la camioneta la sangre está esparcida por los vidrios y los asientos.

Sabrina se suelta del agarre de Irina saca su arma y le apunta en la cien tomándola del cabello, nos mira a las 4 y comienza a soltar su veneno.

—Si se atreven a moverse la mato. 
—Ustedes deciden. —nos quedamos en silencio hasta tomar una decisión.

Nicolás llega silenciosamente por detrás y le da un fuerte golpe que la deja  inconsciente, continua como si nada hubiese pasado hace minutos atrás.

Los hombres que están en el piso aún se quejan de dolor agarrándose en donde fueron heridos, recogemos los casquillos y toda prueba que nos perjudique, A los alrededores no hay guardias de seguridad ni nada por el estilo, llegan dos hombres más que son custodios de Nicolás y él les hace señas para que levanten a Sabrina y la lleven a su Bugatti Chiron que esta parqueado en la esquina.

—¿¡En qué demonios estaban pensando!? —pregunta furioso dirigiendo su mirada a mí.

—Solo estábamos jugando con las muñecas, como dijiste, aquella tarde que fui a tu casa. —¿Recuerdas? Te dije que no me cuestiones...

—Les vale una mierda lo que va a pasar a continuación ¿Verdad? no piensan ninguna, ¿Van a dejar vivos a estos hombres para que después las andén cazando.

Después de esa noche Irina no nos volvió a hablar más ni a mí ni a Nicolás y yo por mi parte continuaba tratando de explicarle, pero nunca me dio la oportunidad.

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~In Trouble~ ® (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora