En esta parte del bar hay menos luz, pero nos podemos identificar, el ambiente es más íntimo y alocado, y sin restricciones, no se quién a carajos se le ocurrió pedir Need to Know de Doja Cat, pero se lo agradezco en el alma.
Con permiso que las niñas de casa y yo vamos a cantar.
Irina es la primera en empezar a cantar la música, despertando aún más interés en hombres que pueden ser nuestros padres o incluso nuestros abuelos, me muevo un poco al ritmo y entre la multitud noto como un par de ojos grises se clavan como dagas sobre mi, pero trato de evadir su mirada.
¿Qué coño hace él aquí?
Tiene la camisa entre abierta, sostengo su mirada un par de veces y luego la evado, mientras canto, sabiendo que no podré aguantar sus ojos encima mío por mucho tiempo.
Siento que el calor vuelve a apoderarse de mí otra vez, no tengo vergüenza alguna, algo que es bastante raro entre nosotras.
Él tiene un vaso de Whisky en una mano y en la otra un puro, el cual se lleva a la boca y le da una calada, llama a dos de sus hombres y les murmura algo al oído sin apartar la mirada de mí, al otro lado veo a Nicolás también con un puro en la boca, observando con atención cada acción de Irina, podria jurar saber con exactitud lo que esperan ambos.
Los dos hombres le susurran a los demás y vuelven a ponerse detrás de él.
Ningún hombre se atreve a acercarse, a ninguna de las 5, y así estamos bien, tiene una expresión neutral en el rostro.
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Olivia
15 minuts después
Enzo se levanta de donde esta sentado y camina hasta nosotras deteniéndose frente a ella.
Elena le sonríe tontamente. -¿Y él? ¿Es nuevo? -lo mira con coquetería. —me llevo una mano al rostro para evitar reírme. No me imagino si huele una "Presidente" o "Brugal XV" Y ni mencionar el "Vino La Fuerza".
Él la mira con una expresión seria y se mantiene en total silencio.
-Loca este tiguere está buenísimo. -me dice mientras arrastra la lengua al hablar. -Diablo papi y todo eso es tuyo? -sus ojos viajan de su camisa desabotonada, hasta sus ojos y labios.
Cubro su boca con una de mis manos, pero no se deja y sigue diciéndole cosas, solo ruego porque él no la entienda.
-¿No lo ves Olivia? -lo señala y luego da dos pasos hacia él, envolviendo una mano en su cuello y la otra descansa en su torso, está tranquilo pero hay tensión mientras la mira peligrosamente.
-Vestido de negro, cara de malo y huele riquísimo. -lo describe. -Si te falta una chica... para secuestrar... aquí estoy yo. -termina, soltándolo y intentando recogerse el pelo otra vez pero no puede, debido a lo ebria que está.
-Rómpeme hasta el alma. -le susurra. -el suelta una tarjeta dorada en la mesa, el barista se cobra y la devuelve.
-¡Elena! -la tomo de un brazo lista para llevármela a casa pero se niega, sigue con la terquedad de quedarse con Enzo, él la levanta y la sube a su hombro izquierdo, baja su vestido con la mano libre y la cubre.
Salimos todos por las puertas de atrás y nos encaminamos hasta el estacionamiento.
-Lleven el auto de Olivia, no va a conducir así. -ordena eso a sus hombres.
Entrego las llaves y los hombres se van, Irina y Isa se suben al auto de Nicolás mientras que Mariel y yo nos quedamos en el auto de Enzo, Elena está en el asiento del copiloto, cierra los ojos y recuesta la cabeza en el asiento, como siempre los chicos conducen dejándonos a todas en casa.
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★~~Elena~~★
No sé ni quién soy pero caigo en cuenta de que estoy en un auto y miro a mi izquierda.
Mmm, el papi chulo de hace un rato.
Mariel abre la puerta cuando el auto se detiene y corre a vomitar a una esquina, después abre las puertas y entra a la casa.
Me subo a horcajadas en su regazo, lo miro como si me lo quisiera comer, tengo el vestido hasta la cintura pero no me importa, el intenta bajarlo y hago un leve movimiento para que lo suelte.
Suelta un suspiro pesado y acerca su rostro a mi cuello rozándome la nariz, y su aliento caliente me golpea. -lo agarro del cuello para que me mire y lo beso, llena de urgencia y vehemencia, sus manos envuelven mi cintura presionándome hasta abajo contra él.
El maldito calor no se va, y menos ahora que siento como se le abulta algo en el pantalón, los pequeños movimientos de mis caderas son de adelante hacia atrás y hacen que su respiración salga entrecortada. Cuando finalmente nos separamos jadeando, me mira tomándome por el cuello y acercando su boca a mi oreja.
-No juegues con fuego chiquita. -me susurra al oído, eso solo me provoca más ya que amo jugar con fuego.
-Shhh. -llevo mi dedo índice a sus labios, volviendo a besarlo, dejando leves mordidas en su labio inferior, mientras mi feminidad se humedece.
Maldita tentación andante...
Me baja de su regazo en un intento de controlarse. -No sabes lo que estás haciendo, estás demasiada ebria. -sonrío mientras intento recuperarme.
-Si una persona hace algo estando ebria es porque estando sobria le cuesta. -abro la puerta y salgo entrando a mi casa y cerrando la puerta de atrás de mí.
Escucho cómo se va y subo a mi habitación, me baño y me cepillo los dientes a duras penas, recojo mi cabello y lo envuelvo en un moño.
Me tiro en la cama cayendo en un profundo sueño.
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La cerveza presidente para los que no son dominicanos.
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