La serpiente: —Lleven a la chica habitación del jefe. —Y hagan lo que les dijo. Se da la vuelta para ir a un lugar más apartado y fumar y se aleja de la casa más y más.
Comienzan a caminar hasta dentro de la casa, dos detrás y uno con ella en brazos delante, en caso de que el efecto acabara y intentará algo, ya que sabían lo terca y valiente que era y no podían arriesgarse.
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★~~Irina~~★Siento que me mueven como si fuera una muñeca de trapo, estoy presionada a un torso duro y abro los ojos tratando de ver a dónde voy y con quién.
Un hombre de traje negro y gafas oscuras me lleva en brazos, a pesar de estar mareada se nota que es atractivo, no se percata de que ya estoy despierta, puedo ver que estamos entrando a una casa enorme y muy bonita, pero para mala suerte recuerdo la razón por la que estoy metida aquí.
Tengo que crear una distracción para poder escapar o esta será mi perdición.
Ya sé, ojalá funcione o este será mi fin.
Sacudo el cuerpo de una manera muy brusca, haciendo parecer que me duele algo o me está dando un fuerte ataque. Muecas de un intenso dolor se forman en mi rostro y me llevo las dos manos al pecho.
—A-ayu.. Ayúdenme por favor. El custodio me baja ligeramente hasta el suelo con una expresión de miedo y preocupación.
—¡Vayan por una doctora! ¡Ahora, maldita sea! Ordena a los dos custodios de atrás, mientras yo sigo fingiendo en el piso y el trata de ayudarme como puede.
—Vamos respira y no cierres los ojos. Me sienta aún en el suelo. Mira hacia todos los rincones desesperado y en busca de más ayuda.
Perdóname por esto, tu solo cumples órdenes.
Me levanto en un descuido y cuando se gira a verme ya es demasiado tarde, le doy un fuerte puñetazo en la cara y en un movimiento rápido le quito el arma. No se esperaba aquel impacto, gruñe de dolor y frustración y se cubre el rostro mientras le sangra la nariz.
No voy a matar a nadie, solo me estoy defendiendo. Es lo único en lo que puedo pensar.
—¡Maldita perra mal nacida! Me gruñe.
Corro hasta afuera lo más rápido que puedo con el arma en la mano, cuando creo que no pasará más nada, uno de los hombres comienza a disparar como loco, me escondo por varios rincones, sé que no durará mucho y me volarán los sesos en cualquier momento, pero era él o yo.
1, 2, 3. Cuento en mi interior.
Me asomo rápidamente disparándole en el costado. Dispara en mi dirección sin detenerse. —Voy a matarte maldita mocosa hija de perra. La sangre sale de su boca como si no hubiera un mañana, es una escena bastante horrible de ver. Sigue disparando frenéticamente como un maldito sicópata, vuelvo a asomarme, le apunto a la cabeza y apretó el gatillo, la sangre salpica por todos lados manchando el césped y parte de la casa.
Salgo de mi escondite y corro tratando de llegar a la salida pero dos de los hombres se me atraviesan en el camino ambos apuntándome con sus armas.
—¡Deténgase! ¡Ahora! Amenaza uno de los hombres. Hago caso a su mandato y levantó el arma en el aire. Caminan en mi dirección y estamos a una distancia bastante larga.
No bebés otra vez no, no voy a quedarme aver cómo un maldito maniático me vuelve mierda en su maldito infierno.
En un movimiento rápido pero firme levanto el arma otra vez. —¡Baja el arma o no respondo! Amenaza un custodio en un tono irritado mientras se prepara para apretar el gatillo.
Uno de los custodios se pone frente a mi cubriéndome por completo debido a su altura. —¡Maldita sea no pueden dispararle! ¡El jefe la quiere viva! Les grita.
—¡Deja que acabe con esa maldita zorra ya me tiene harto!… —Mueve el maldito culo de mi vista si no quieres que te mate a ti también.
Me inclino hacia el lado izquierdo tratando de ubicar sus posiciones y no están prestando nada de atención a mis acciones, apunto por debajo poniendo la pistola al lado de sus costillas sin que lo sienta, apretó el gatillo y les disparo a ambos repetidas veces. Se escuchan sus gritos de dolor hasta el cielo.
El hombre enfrente de mí también recibe varios impactos por parte de los otros, antes de que caigan al suelo agonizando y muriendo casi al instante. Me quedo en estado de shock al ver el mierdero que se armó por mi culpa.
Solo por querer mi libertad...
Maldición Irina muévete y corre. Envío señales a mi cerebro que claramente son todas en vano. Me obligó a volver al estado normal y cuando intento correr alguien tira bruscamente de mi cabello hacia atrás. —Ya creaste suficientes problemas pequeña perra. Siento un pinchazo en un hombro.
La debilidad de mi cuerpo no me permite luchar, esto me está golpeando más fuerte de lo que se puede ver o creer. Las lágrimas se me salen debido a la frustración, cierro los ojos mientras me arrastran hasta adentro y finalmente la oscuridad me envuelve.
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~In Trouble~ ® (+18)
Krótkie OpowiadaniaSoy Elena Collins, alguien que nunca pensó hacer todo lo que hizo y si mi pasado fue oscuro imaginate el presente.