Agosto comenzó entretenido.
La sensación de aferrarse a las últimas semanas de verano era un sentimiento común en el grupo de amigos. Había que salir, reír más fuerte, follar más, bañarse en el mar cada día, estar y hablar. Hablar mucho y no dejar nada por decir por lo que pudiera pasar.
Hasta Ruslana había vuelto a liarse con Chiara. Lo había comentado en medio de la cena hace unos días, y también puso como excusa Agosto.
Para los días que quedan de verano... Dijo mientras Álvaro le echaba ketchup a las patatas, el cual acabó sobre la mejilla de Martin al dejar caer el bote cuando la pelirroja soltó la noticia.
Todo encadenó a una espiral de reproches que terminó en un Bueno, dejadla ya. Haz lo que tú veas mejor, Rusli, si solo quedan tres semanas. De parte de Violeta. La afectada se encogió de hombros, sin darle mayor importancia.
Mientras Martin contaba cada día que le quedaba con Juanjo.
Eran las ocho de la tarde de un tres de Agosto. El calor asfixiante del octavo mes del año no se sofocaba con el ventilador de techo de su habitación, por lo que había improvisado con Almudena y Álvaro unos abanicos de papel que tampoco hicieron mucho. Lo supieron en cuanto comenzaron a doblar los folios blancos entre risas.
Álvaro estaba probándose distintas camisetas del armario de Martin. Sacaba una, otra y las tiraba sobre la cama creando una pequeña montaña de tela fruto de su característica indecisión.
Más tarde iban al pueblo de Chiara, el de al lado, para ir a una fiesta que había montado no sé quién pero que Ruslana les había prometido que sería increíble. Venga, va... Estamos en Agosto ya, después en Septiembre os arrepentiréis de haberme dicho que no. Y aceptaron, qué iban a hacer si no.
- No sabéis de lo que me enteré el otro día. - comentó Almudena mientras jugaba con un mechón de su pelo, estirada sobre su cama con los zapatos por fuera.
- Que el rubio se pone verde con el cloro de la piscina. Te iba a mandar el vídeo ayer pero después lo vi una tontería. Mi piscina no lleva cloro, Almu. Ni te rayes.
- ¿Y cómo coño lavas la piscina? Que asco, Álvaro. - puso una mueca de desagrado desde la silla del escritorio. Su amigo se giró hacia él con otra camiseta suya entre sus manos y un gesto ofendido en su rostro.
- Es de agua salada, gilipollas.
- Que no es eso. - interrumpió. - Ni sabía eso del cloro que me estás contando.
- ¿Entonces? - preguntó Martin.
La rubia se incorporó sobre sus codos en la cama, como un acto necesario para darle importancia a lo que estaba a punto de decir.
- Mi primo está liado con alguien del pueblo.
- ¿Qué primo? - preguntó Álvaro solo para asegurarse de lo que estaba afirmando Almudena. Para ganar tiempo de alguna forma.
En un acto reflejo, los dos chicos de la habitación cruzaron una mirada momentánea que ninguno de ellos supo bien cómo interpretar, o más bien, qué era lo que sabía el otro.
- Juanjo, hostia, quién va a ser.
Martin salió del paso con un gesto de sorpresa, abriendo mucho los ojos y tapándose la boca. Se mantuvo callado esperando que fuese su amigo quien contestara.
Hasta mirar a Almudena en esos momentos se le antojaba traicionero. Sobretodo cuando hacia a penas horas, en la misma cama que estaba tumbada, había estado el chico por el que preguntaba. O porque al lado suya, en la mesita de noche, estaba guardada una tira de fotos donde lo besaba.
![](https://img.wattpad.com/cover/361323163-288-k611731.jpg)
ESTÁS LEYENDO
café lily
FanfictionJuanjo se instala un verano en un pueblo costero para trabajar en la cafetería de su tía. Martin está enfadado porque el sobrino de su jefa le ha provocado una bajada de sueldo. O donde Juanjo y Martin se conocen entre cafés, arena, amigas y olas.