capítulo 19. - la necesidad

4.2K 317 141
                                    

A las once y media de la mañana se despertó. A penas tres horas más tarde desde que consiguió alcanzar el sueño. No había conseguido dormir mucho. El murmuro de las emociones nuevas eclipsó su descanso. Cerraba los ojos y los abría otra vez solo para mirar a Martin de nuevo.

Bajo la oscuridad aún lo podía ver y mucho más sentir. Fue abrumador. Sintió como si fuera la primera vez que dormía junto a alguien, examinando la sensación de sus pieles desnudas en conjunto, cada suspiro y ruido que escapaba de los labios de Martin, la imagen de sus pestañas moldeándose a sus mejillas. Era todo aquello que había besado lo que no le dejaba dormir.

El corazón le latía muy fuerte, una y otra vez. Podía hasta escucharlo desde su interior. Si cerraba los ojos sentía calor en los párpados, como si ansiaran estar cerrados pero fuera incompatible con la intensidad de sus latidos.

Había escuchado a los padres de Martin irse hacía tiempo y eso también participó en sus horas de sueño robadas. No los había conocido nunca y se imaginó tontamente haciéndolo en un futuro. Descartó el pensamiento a los minutos.

El calor se colaba por los pequeños huecos de las persianas haciéndole sudar. Tenía la piel pegajosa y le estorbaba la fina sábana con la que los había cubierto Martin antes de dormir. Necesitaba esa ducha más que nunca.

Supo que era hora de irse cuando habían pasado veinte minutos desde la última vez que cerró los ojos. No quería perturbar el sueño del chico que descansaba sobre su pecho. Y de nuevo, necesitaba ducharse.

En un primer momento pensó irse sin despedirse, enviarle un mensaje diciéndole que ya estaba en casa y que estaba muy guapo dormido. También podría añadir que se había ido sin decir nada por eso mismo, que le habría dado mucha pena romper aquella imagen.

Sin embargo, no tuvo mucha opción ante la reacción impulsiva de su cuerpo ante el pensamiento de irse. Rodeó su cintura y lo atrajo más a él, abrazándole fuerte para desperezar también así sus músculos agarrotados por la postura. Hundió la nariz en su pelo solo para embriagarse una última vez del jazmín y el coco antes de marcharse.

Martin comenzó a soltar pequeños ruiditos mientras se enredaba aún más entre sus piernas cruzadas. Repartió besos perezosos ahí donde alcanzaba la piel haciendo que esta se erizase. En medio del abrazo se subió por completo encima suya.

- Martin... me voy a ir ya, ¿vale?

- No. - alargó la o, quejándose. Su voz sonaba ronca en el murmullo y sus labios aún estaban en medio de un beso en su mandíbula. - Un rato más.

Como siempre que se trataba de Martin, se dejó hacer y que este continuara con el camino irregular de sus besos mientras se acurrucaba más a él. Le respondió con caricias con las palmas abiertas por toda su espalda, terminando el recorrido en su cintura donde las dejó de manera definitiva.

Pasaron cinco minutos entre el final de los besos hasta que volvió la respiración calmada sobre su cuello. Aprovechó el abrazo para darles la vuelta sobre el colchón y poder levantarse.

Martin envolvió los brazos en la almohada, quizás buscando la sensación anterior del cuerpo de Juanjo. Parecía enfurruñado, con el ceño fruncido y los ojos cerrados. Entendió que fue consciente del engaño, pero estaba lo suficientemente cansado como para seguir protestando.

Guardó la risa en sus labios mordidos, totalmente enternecido con la escena frente a él. No paró de observarle mientras se vestía con sumo cuidado.

Se acercó hasta él para agacharse a los pies de su cama. Le dio dos besos en la mejilla y uno en los labios. Recorrió su rostro tres veces más antes de volver a levantarse. Como consecuencia directa, Martin se despejó brevemente para agarrarle el brazo aún medio dormido y tirar por última vez de él cuando se apartó, pidiendo otro beso.



café lilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora