¿Estás bien?

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Clara observa a sus hijos por breve momento para luego voltea a mirar la puerta de la habitación de su hijo mayor. Con manos temblorosas que desconocía y que descubrió en ese instante al extender su mano al abrir la puerta.

─Mami ¿Michael no está bien? ─ menciona Evan más como afirmación que duda, mientras va bajando sus manos de sus oídos.

La madre voltea ligeramente a mirarlo, mientras William termina ingresando al ver que su esposa duda, pensando en que quiere termina con esto.

Se le hace extraño no escuchar un reclamo de parte del padre, lo que hace que el resto de la familia ingrese encontrando una situación de la más rara.

Un Michael tendido en su cama, durmiendo plácidamente.

Un tic nervioso de la ceja del mayor se produce, además de la creciente molestia lo que provoca que se lance hacia el primogénito, siendo detenido por el reclamo y metida de su esposa.

─William ¿por favor?

─El imbécil hace todo este escándalo para que se quede dormido.

─Está estresado, ...déjalo por favor.

─Lo estás mimando Clara....no ves que solo quiere llamar la atención.

Luego de ver que su esposa no tenía más que decir ─No pienso gasta mi tiempo en bobería─ finalmente se retira de la habitación.

Aunque quería averiguar el extraño comportamiento de su hijo, el simple hecho de ver esta acción lo saca de quicio y le confirma que solo desea llamar la atención de ambos adultos y parece que su esposa está cayendo en su trampa y él no piensa ser partícipe de eso.

─¿Ese grito no pudo ser de Michael? ─ cuestiono la menor.

─¿por qué lo dice, Elizabeth? ─ cuestiona su hermano mayor.

─Porque Mike estaba en el suelo y ahora está durmiendo.

─Puede ser fanta....sma─ comenta con temor creciente.

─No hijos, no fue un fantasma.

─¡Fantasma hicieron la voz de Michael! ─ grita la niña antes de salir corriendo, ignorando el comentario de su madre.

Mientras Evan sudaba frio mirando a los alrededores de la habitación en busca del supuesto fantasma, durando poco tiempo la búsqueda debido que salió corriendo detrás de su hermana.

Las horas siguieron hasta la 6 de la tarde que el adolescente se despierta. Al abrir los ojos ve borroso y oscuro lo que hace que parpadee recuperando la nitidez de los objetos; no se había percatado que sus ojos cambiaron de negros a la normalidad en milésimas de segundos.

Observa la hora del despertador.

─¡LAS 6! ─ grita mientras baja de la cama con la mayor rapidez.

En segundo ya estaba descalzo corriendo en el pasillo, bajando la escalera y llegando a la cocina, encontrando a su mamá asombrada mientras le daba de comer al pequeño Gregory.

─¿Qué pasa hijo?

─Ahh...nada...venía a ver si...─ estaba avergonzado.

─¿Si Gregory había comido?

─Sí....

Se acerca a acaríciales el cabello, le causaba ternura la actitud que tiene con su nieto. ─Yo lo estoy cuidando muy bien hijo....─ sonrió satisfactoriamente, por momento recuerda lo anterior, pero desiste en preguntar, decidió que lo mejor era dejarlo en el olvido y cambiar el tema ─¿no tenía tarea que terminar?

Hasta el cambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora