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— No dejaste que su conexión con el Éter se desarrollará en su lugar le diste tu poder como un “regalo”— hablo el de aspecto mas joven—el cual sabias que no usaría seguido por las repercusiones que traería sobre su cuerpo—

— Todo lo que hice fue por su bien— replicó el Regente de aspecto mayor y el

Otro negó con una sonrisa en su rostro.

— Si lo que digas amigo mío—  se burlo.

— Es cierto para evitar que Maia recorra el mismo camino que yo era necesario sacar la pieza principal, el poder— dijo y antes de continuar la puerta de la habitación fue abierta dejando ver a la castaña de la que hablaban.

Maia detuvo su andar en la puerta mientras examinaba el lugar y como era de esperar solo estaba el, la chica se veía exhausta por la falta de descanso de esa pelea y eso que el había detenido la actividad de la mansión para evitar que ella se preocupara por la seguridad de sus compañeros pero como era de esperarse ella los seguía cuidando.

— Hablabas con alguien— pregunto mientras terminaba de ingresar al lugar.

— Solo pensaba en vos alta— respondió el anciano— se te ofrece algo.

— Solo venia a informar que los chicos se van en unas horas—

— Perfecto— dijo aliviado, estaba agradecido con los cazadores pero no le agradaba tener a tantos bajo su techo— algo más niña—

— De echo. Si, quería saber si podía quedarme unos días tengo algunos pendientes por terminar—

— ¿Tiene que ver con tu familia? Sabes que va contra las reglas—

— Ya lo se, es algo personal abuelo no tiene que ver con ellos—

— Bien— accedió— pero no te metas en problemas—

Al llegar la mañana los chicos dejaron la mansión para regresar a su hogar y así descansar mas a gusto por su lado Maia se permitió descansar al fin sin los chicos en la mansión sus pendientes podían esperar hasta el anochecer y la verdad la noche era crucial para lo que pensaba hacer, buscar a la madre de Sáhara en la oscuridad.

La oscuridad era una entidad sin forma, una espesa niebla que se paseaba por los lugares menos transitados del segundo plano debido que los habitantes solían evitarla ya que si tenías la mala suerte de adentrarte en ella podías perderte en ella para siempre.

Cuando Maia era una niña tuvo una mala experiencia con ella y desde entonces la evitaba ahora resulta que tenía que entrar en ella por voluntad propia para hallar lo que buscaba.

Por la noche Maia ya había dejado su habitación lista para salir encontrándose con el Regente en la sala principal.

— Uno de tus amigos espera  fuera de mis dominios desde hace horas— dijo extrañando a la cazadora, se supone que todos habían vuelto a su casa— uno de ellos volvió poco después de irse pero como es obvio ya no pueden entrar—

— Yo me encargo— respondió dirigiéndose a la salida.

— Niña— llamó el Regente— no te metas en problemas—

— Ya no soy una niña abuelo — le respondió desde la puerta— por qué todos piensan así —

Fuera de los dominios del Regente un hombre vestido de manera similar a Maia esperaba a por ella, podía espiarla como acostumbraba hacer Oliver para obtener información pero así no funcionaba las cosas entre ellos el la conocía bien por algo fue el primero en confiar en ella la primera vez que se vieron a pesar de que el era conocido por ser muy desconfiado.

— Emir— dijo sonriente la castaña— que haces aquí—

— Una corazonada, ¿tengo razón?—

— Nunca fuiste fácil de engañar—

— Entonces si tengo razón, que piensas hacer Maia— preguntó el con un poco de temor su amiga era peor que sus tres hermanos.

— Entraré en la oscuridad— confeso ella.

— Debes estar bromeando—

Emir sabía que Maia no se atrevería a llevar acabo una idea tan loca si no hubiera algo grande en medio y enserió esperaba que la castaña tuviera un plan y no lanzarse a ciegas, solo unas pocas entidades podían moverse con libertad dentro de oscuridad  por lo que el sabía tenias suerte si al perderte en ella una de esas entidades se apiadaba de ti y te guiaba hasta la salida.

Ya sobre el tejado de una vieja casa del submundo ambos esperaban pacientes la aparición de la Entidad. Oscuridad era una de las pocas entidades que podía recorrer todo el submundo en cuestión de días a si que su próxima aparición por aquel lugar era un misterio.

— Entonces que es lo que buscas de oscuridad exactamente— preguntó aún no muy convencido de lo que la castaña estaba por hacer.

— Es más bien un quien— dijo confundiendo más al chico que aún esperaba una respuesta sólida para no detener sus acciones— oscuridad guarda la puerta de olvido el lugar donde terminan todos los expulsados del submundo—

— ¿ y planeas traer a un expulsado de regreso?— Dijo cerio esta ves convencido de detener a la chica.

— Crees que estoy tan loca, por supuesto que no sólo quiero verificar algo que me dijo una fuente— confeso la castaña viendo como su amigo relajaba sus facciones.

— Y esa fuente es con fiable, oscuridad no es una entidad fácil de controlar ni los cazadores más experimentados se sumergen en ella por miedo a perderse—

— No lo es— respondió ella sorprendiendo a Emir— es por eso que tengo que investigar por mi cuenta—

— Espero que tengas un plan—

— Lo tengo—

Las horas pasaron y ambos vieron como el sol asomaba sus primeros rayos trayendo con el su amanecer, esa noche oscuridad no se paseo por ahí entonces tendrían que esperar  a la siguiente noche con la esperanza de que pasara por que si algo sabían era que oscuridad no era fácil de rastrear.

— Quieres comer algo— pregunto ella levantándose del tejado— tu cenas yo desayuno  te parece—

— Me parece buena idea—

— Conozco el lugar perfecto—

🌗🌗🌗

— ¿Otro?, no creí que fuera de esas— dice la entidad que los recibió en la caja para molestarla.

— No te confundas anciana son mis amigos— Maia respondió a la broma con el apodo que menos le gustaba a la Entidad, sabía que no le gustaba que le recordaran sus largos años de existencia aunque en apariencia se viera como una mujer joven.

Ya en su mesa ambos se dedicaron solo a comer, el silencio entre ellos no era extraño pero no era incómodo desde siempre había sido así  y de algún modo llegaron a congeniar hasta llegar a ese punto donde solo bastaba la compañía.

— Y como esta Beneditk—  pregunto ella tomando su último sorbo de café.

— Papá, Maia— corrigió el moreno— el te ve como a una hija y nosotros te vemos como una hermana—

— Emir, sabes que los amo a todos pero mi situación es distinta— dijo la castaña en tono dulce— aprecio mucho a Beneditk pero a todos los que alguna vez llamé padre me terminaron decepcionado —

— Sabes que el no sería capa de eso— justifico el.

— Lo se— respondió tranquila sin ganas de debatir ese tema— por otro lado todos ustedes crecieron juntos— le recordó  ella— además, tu no tendrías sexo con tus hermanos— termino recordando su pasada relación con Oliver haciendo que Emir se ahogara con su té.

— Okey tienes razón— cedió recuperando el aire, esa no se la esperaba— respondiendo a tu pregunta, si papá esta bien—

Éter: Cazadores De Lo Oculto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora