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Sentí un fuerte golpe. Ya tocamos el puerto.

Baje del barco antes de ser descubierta en la bodega. Camine en las calles desoladas y llenas de melancolía, el frío viento me estremecía. A lo lejos ví la casa del gobernador. La casa de ese imbécil

Me adentre con sumo cuidado, estaba siendo buscada y no creo que tenga una linda bienvenida. Mate a los guardias que estaban al cuidado de la puerta principal, tomé un cuchillo algo afilado antes de continuar con mi camino.
Había muchos guardias en toda la casa, desde los pasillos hasta los cuartos, todos custodiados por lo menos 5 guardias.

—Mierda— Susurré.

Entre en uno de los cuartos con cuidado de ser escuchada, los guardias no podían ser más idiotas, solo dormían. Derretir el cerebro de cada uno para una muerte más tranquila y rápida pero no contaba con la entrada de uno de los guardias del pasillo.

—Oigan, ya durmieron bastante es hora de— freno sus palabras y grito fuertemente.

—¡SURIE IRRUMPIÓ EN LA CASA, VENGAN A LA HABITACION 6 AHORA!—

No tuve tiempo de callarlo así que una avalancha de personas se vino a mí. Salte a la cabeza del tipo que acababa de gritar y empuje su cuerpo al piso rompiendole la columna de la fuerza que hice. El siguiente lanzo un golpe a mi cara pero lo devolví con un poco de brusquedad a él después de dejarle un agujero en el estómago a él y a otros 7 más, saque los ojos de un maldito pervertido que ya odiaba desde antes y dejé en un estado grave a un maldito violador.

Me enfurecí en el momento que recordé a mi padre morir en frente mío así que hice lo mismo con todos esos idiotas.
Saque sus ojos, parti sus brazos a otros se los arranque, pedían piedad pero ¿Cuando mi padre lo hacía ellos daban esa piedad?

—Por favor... Ten piedad de unos simples siervos como nosotros—

Tomé su cabello y lo levante hasta la altura de mi cara. — Vete al maldito infierno— escupí en su cara para después tomarlo del cuello y jalar su cabeza hacia arriba.

Camine hasta la habitación principal. Gamna debería estar ahí. Si un fuerte portazo para entrar y ahí lo ví sentado mirando el pueblo que a duras penas y podía distinguirse pues este no tenía ni siquiera luz.

— Hasta que por fin llegas. Hija mía—

—¿Por cuanto tiempo más ibas a ocultarlo?— dije con rabia en mis palabras.

—No lo sé, pero deberías estar agradecida— volteo su mirada hacia mi mientras se acercaba al pequeño bar que tenia a un costado.

—¿Disculpa?—

— Gracias a qué eres de mi sangre. No te moleste tanto como a los demás aldeanos de esta isla— dijo mientras servía un poco de whisky en su vaso. Tomé un trozo de la puerta que había destruido momentos atrás y lance ese trozo contra el vaso justo antes de que esté tomara algo del contenido.

—Esa alfombra en la que estás parada, cuesta una fortuna— me quedé callada —Y ahora tú estás pasándola mientras escurres sangre de mis malditos siervos—

Rei un poco y me acerque a él. —Voy a matarte maldito idiota— tomé su cuello fuertemente mientras introducía mi mano en su pecho. Podía escuchar sus gritos de dolor pero por alguna razón el no hacía nada. Solo me observaba.

—Estuve esperando 12 años para ver cómo mi hija me mata. Es fascinante como te dejas dominar de Senko—

No me detuve. Tomé su corazón y lo aplaste mientras dejaba que su sangre salpicara.

— Ya estuve una vez en el infierno, ese maldito día que mataste a mi padre fue mi infierno. Espero que tu ardas en ese maldito lugar por toda la puta eternidad—

~° Un rayo de esperanza ~° HXH (Killua x TU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora