La Luna llegó a su punto más alto en el cielo. Towa se levantó del suelo de la cabaña y gritó: "¡Ya es medianoche!", a todo pulmón. Setsuna despertó con el ruido y frunció el ceño.
—¿Ahora qué diablos te pasa? — preguntó en voz baja.
—¡Es medianoche!, ¿Sabes lo que significa?, ¡Es nuestro cumpleaños!
—Ajá, muy bonito, ¿Y esas son razones para gritar?
—¿No te emociona?
Por la expresión desganada de su gemela, supo intuir la respuesta. Mamá Lin también se despertó, al escuchar la conversación mostró una sonrisa dulce. Se acercó a un rincón de la habitación. Levantó una cacerola volteada boca abajo, y adentro habían ocultos dos kimonos doblados.
Tomó cada uno y los colocó en manos de sus hijas, deseándoles feliz cumpleaños.
– Hoy es una fiesta para mí también. En una noche como esta me volví madre de ustedes. – dijo Lin, abrazándose a sí misma.
Setsuna sólo dió las gracias y se volvió a dormir.
– ¡Es muy insensible! – se quejó Towa.
– Es normal, estuvo un montón de años sin dormir. Ahora no le puedes interrumpir su sueño.
La albina se encogió de hombros, y regresó a acostarse en la sábana del suelo.Al día siguiente, nada más el Sol se había asomado por el horizonte, Setsuna se fue con el pretexto de ayudar en una misión de los exterminadores. Al rato Towa y Lin supieron que era una mentira, pues minutos después llegó Hisui a la cabaña. Traía un ramo de tulipanes, y una expresión nerviosa. Towa sintió en su olor que se había rociado una especie de perfume.
– Setsuna no está, aparentemente se había ido con ustedes los exterminadores.
– Pues no, hoy destinamos el día para afilar armas y esas cosas...
– ¡Ah, bueno! – Towa ignoró a Hisui, salió de la cabaña y gritó con todas sus fuerzas "¡Setsuna!". El grito se escuchó hasta Hokkaido. El exterminador se tapó los oídos. Moroha llegó corriendo.
– ¿La volvieron a matar? – preguntó, mientras buscaba algún cadáver con los ojos.
– ¡No, tonta!, ¡Desapareció!
– Pues, si yo tuviera una hermana que diera esos gritos, también buscaría desaparecerme.
– Chicas, seguro regresará pronto. – agregó Hisui, tratando de calmarlas. – No se desesperen, mientras tanto... ¿Puedo preguntarles algo?, ¿Qué le gusta a Setsuna?
Ambas lo miraron, comenzaron a interrogarlo para averiguar por qué él quería esa información. El chico se puso muy nervioso, hasta que por fin confesó.
– ¡Le quiero hacer un regalo!, Recogí estás flores, pero no sé si serán suficientes.
– Ah, ¿Y tienes un regalo para mí? – preguntó Towa, sin pensar en nada más.
– Lo siento, no hice.
– ¡Pero también es mi cumpleaños!
Moroha se rió a carcajadas. Cuando por fin pudo respirar, propuso dejar las tonterías e ir a buscar a Setsuna. Los tres se despidieron de la señorita Lin. Se internaron en el bosque cercano.
– Por cierto, Towa. Está lindo tu nuevo kimono. – comentó Moroha.
– ¿Enserio?, Mamá Lin me lo regaló ayer.
– Sí, ya era hora. El otro kimono estaba feo, con él parecías un esqueleto de pescado.
– ¿Ah, sí?, ¡Con el que te dió tu mamá pareces piñata!
Ambas comenzaron a pelearse. Hisui se apartó, cansado de aquello. Ellas al parecer no le dieron mucha importancia a su desvío. Pensó dónde podría estar Setsuna y más o menos tuvo una idea. Se dirigió hacia allí, y pudo confirmar sus sospechas. La princesa mediodemonio observaba hacia al bosque, pero no parecía que estuviera viendo algo en específico. Los puños agarraban con fuerza la naginata. Hisui se quedó un rato mirándola sin decir nada. El rostro de ella era tan serio, pero a la vez tan hermoso. Sus ojos eran violetas, como un cielo nocturno. El mechón rojo de su cabello parecía un hilo de sangre que se extendía desde su cabeza. También se veía bien con el nuevo kimono que le había regalado Lin, resaltaba su figura atlética, su porte de guerrera. Era tan diferente de su gemela o de su prima, era silenciosa pero veloz como una ráfaga de viento.
Setsuna se volteó un poco hacia él.
– No te escondas más, siento tu olor.
Se avergonzó como nunca. Trató de ponerse a la vista de ella.
– No estaba...
– Ya, ya, ¿Estabas probando a ver si con ese perfume que te echaste no lograba identificarte?, Pues déjame decirte que no es así.
Él se acercó más. Se pasó una mano por el cuello, no soportaba más los nervios. Levantó el ramo de tulipanes a la altura de los ojos violetas de aquella.
– Son para ti. Feliz cumpleaños.
Ella los tomó, algo sorprendida e incrédula.
– Gracias, ¿Le regalaste lo mismo a Towa?
– No, es que para ser sincero, ella es muy latosa.
Setsuna se rió un poco. Hisui también sonrió, le pareció un logro enorme lograr que una risa apareciera en el rostro frío de la hija de Sesshomaru. Setsuna confesó que había ido a ese lugar a vigilar que no entraran demonios al escondite de Shiori.
El exterminador conocía esa historia de antes, se la habían contado. Shiori fue la señorita que cuidó de Setsuna cuando era niña.
– Le debo mucho, cuando es mi cumpleaños no puedo evitar pensar en ella y en el resto de mediodemonios que habitan este lugar. No quería decirle a Towa, prefería estar sola.
– Bueno, si es así, supongo que quieres que me vaya. – agregó Hisui, sintiéndose fuera de lugar.
– No, si quieres quédate. Tú no me molestas.
La respuesta le pareció un sueño, y Hisui casi no se la creyó. Se felicitó para sus adentros, aquel era solo uno de un millón de pasos para poder acercarse a la chica que le gustaba.
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Amores singulares - FluffTober 2024
FanfictionUna serie de historias de distintas franquicias y shipps, con un tema en común: el amor. Esta es mi participación del FluffTober2024 de la página de Facebook "Es De Fanfics". Franquicias: Aikatsu, Coco, El extraño mundo de Jack, El Gato con Botas, E...