🍓 Paperhat mini stories 🍓

~Clothes~

Cuando 5.0.5 terminaba de lavar la ropa, Flug le ayudaba a doblarla para que la labor acabará más rápido y el oso se pudiese desocupar. Mínimo de una a dos vez en la semana se hacía aquella tarea y solo la ropa de los 3 esbirros del sombrerero era la que entraba y salía de la lavandería al mismo tiempo. Las prendas de Black Hat se lavaban aparte, ya que tenían un procedimiento especificado por el dueño de la mansión para poder portar y lucirlas a su gusto. No iba a permitir que su fina colección de camisas tejidas por los más caros hilos del planeta, los chalecos de seda egipcia hechos a su medida y pantalones tan obscuros como su mirar se estropearan junto a las batas sudorosas de Flug, las medias sucias de Demencia y los trajes de servicio del oso que tanto repudiaba.

Por ende, ni Flug ni 505 esperaron que en ese día una camisa de Black Hat apareciera entre el montón de ropa limpia. De inmediato el osito se alteró, no debía de haber nada de Black Hat dentro de la lavadora en ese día. Si se enterara, lo más probable es que sería despedazado, mutilado y probablemente incinerado sin cesar hasta haber cumplido con el castigo por tal osadía.

.- Tranquilo 505, probablemente sea de otro día donde Black Hat te entrego sus prendas. Estoy seguro que no meterías su ropa con la nuestra mi niño, no pasa nada.
Flug empezó a acariciar el lomo y espalda de 505 para calmarlo, no quería que tuviera algún ataque de pánico debido a un error.

El 5.0.5 de a poco cambio su seño de miedo y tristeza a uno más serio y temeroso, miro a Flug con sus ojitos tan grandes y soñadores temiendo que está noche no pudiera dormir por estar viviendo en una pesadilla.

.- Ya ya... Yo le llevaré la camisa más al rato, y si tiene que desquitarse con alguien será conmigo mi bebé, no te preocupes.
Flug estaba más que dispuesto a sacrificar su integridad física con tal de que su retoño genéticamente alterado no sufriera otra vez por la mano de su jefe. De todas maneras estaba acostumbrado a los golpes de Black Hat, y tampoco era como si le molestará sentirlos unas cuantas veces si eso le permitía tener de su contacto.

Una vez terminaron de doblar la ropa la dividieron y dejaron en las respectivas habitaciones de cada quien. Desde hace unos meses 505 pudo tener su propia habitación (Un viejo almacén que Flug no ocupaba en lo absoluto) que quedaba cerca de la jaula de Demencia. 5.0.5 quería ser un niño grande y por ende, Flug ahora dormía solo. Extrañaba a su pachoncito algunas veces, pero también agradecía algo de privacidad después de tantos años.

Flug colgaba y acomodaba sus camisetas de avión en el perchero de su clóset, y doblaba los pantalones en un cajón en específico. Cada cosa tenía su lugar y estaba ordenando de cierta manera que le otorgaba paz mental. Aprecio su propio orden antes de cerrar la puerta del clóset y ver la camisa de su jefe en una silla.
Había olvidado entregársela, tendría que hacerlo mañana ya que era cerca de la media noche.

.- Mmh. Un baño no estaría mal.
Procedió a estirarse a la par que suspiraba con cansancio.

Entro a su baño sin mucho pensar, cuando cerró la puerta se quitó la bolsa y la dejo en un estante cercano para cuando saliera de la regadera.

El agua tibia le ayudaba a relajarse después de un arduo día de trabajo como el de todos los días. Estaba saboreando la comodidad de su cama criogénica y las dulces 5 horas de sueño que para el eran suficientes antes de iniciar otro día más siendo un esclavo con mal sueldo.

Una vez salió secándose el cabello, volvió a divisar la camisa de Black Hat en esa silla.
Iba a ignorarla, pero, pensándolo bien ¿Que talla usaba Black Hat?. Black Hat era alguien delgado, su forma física lo mostraba así pero, ¿Acaso sería más grande de lo que aparentaba?.

.- No creo que pase nada si... Me la pongo...
Dijo en un susurro considerable, pero para tener más libertad de aquello cerró las ventanas del avión y trabo la puerta de su habitación.
Busco si acaso Demencia coloco alguna cámara en su ausencia o algo así, una vez lo había hecho para plantarle una broma de mal gusto como siempre y lo que menos quería era otra.