Capítulo 12.

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Capítulo 12.

Comenzamos a andar nuevamente. La única diferencia es que esta vez no tenía ni idea de a donde nos dirigíamos.

-¿A donde vamos?- le pregunté.

-Ya te lo he dicho, lo mejor será seguir buscando la bandera.

- Vale, solo preguntaba. Puede que tengamos suerte y haya allí alguien- murmuré lo último.

(...)

-No puede ser- dije riendo otra vez.

-Que si, luego llegó e interrumpió en mitad de la clase llorando porque alguien había pinchado las ruedas de su coche- dijo uniéndose a mis risas.

Cameron estaba contándome como le pincharon las ruedas del coche al director solo para divertirse un poco.

La conversación había empezado al preguntar como había llegado a este campamento, yo ya lo sabía pero quería oírlo de él.

-¿Y tu que haces aquí?- preguntó.

Puse mi mejor cara de arrogante- Pues... tienes en frente a la chica que a superado el record escolar en retrasos.

-¿Es broma?- preguntó.

Negué con la cabeza.

-Por eso te castigan a la mínima de llegar tarde- me señaló y empezó a reír.

-Yo por lo menos no voy por ahí pinchando ruedas.

-No soy yo el que tropieza y se da con una taquilla en el instituto vecino- dijo mirándome divertido.

¿Qué?

-¿Como sabes eso?- pregunté desconcertada.

El rio aun más- Lo vi con mis propios ojos, preciosa.

Oh dios mío.

Aun recuerdo ese día. Mi madre me había obligado a ir en busca de mi primo, él es un año menor que yo. Va al instituto que Cameron y los demás, ese día iba con prisa y no me di cuenta de que había una mochila tirada en el suelo, tropecé y aterricé chocando con una taquilla.

Creo que tuve dolor de nariz durante una semana. Fue horrible.

-No es gracioso, ¿que culpa tengo yo de que un idiota dejara la mochila tirada en el suelo?

-Oye tampoco te pases- dijo él.

Achiné los ojos mirándolo y luego los abrí- Fue por tu culpa- lo apunté con un dedo- la maldita mochila era tuya.

Él rio más fuerte.

-Te voy a matar- grité. Empecé a correr detrás suyo, él también empezó a correr para que no le pillara pero de repente paró, haciendo que chocara con su espalda.

-¿Qué pas...?- hice lo mismo que él, mirar hacia el frente.

Finalmente habíamos llegado al lago que había dentro del bosque. Cameron se dio la vuelta y me miró divertido, al principio no sabía a que venía su sonrisa pero cuando segundos después noté que estaba en uno de sus hombros me di cuenta- Suéltame puto- grité a su espalda.

Empezó a caminar cuesta abajo mientras yo iba pegándole y gritándole que me bajara.

-ESTOY EMPEZANDO A VER ESTRELLAS- grité con voz ahogada. El rio y me bajó. Al tocar el suelo me mareé levemente haciendo que perdiera el equilibrio.

Cameron puso sus manos en mi cadera y yo las mías en su pecho. Cerré los ojos por un momento para estabilizarme y cuando los abrí encontré a Cam a centímetros de mi.

Nos separamos rápidamente. El dejó todo su peso en una pierna y se llevó una mano a la nuca, mientras que yo bajé la mirada a mis pies y dejé que el pelo tapara mi cara.

Demasiados momentos incomodos para un solo día.

Él empezó a caminar en dirección al lago y yo lo seguí por detrás.

Saqué el mapa de la mochila y lo puse bien, miré nuestra posición: estábamos justo al lado del lago y según el mapa teníamos que encontrar la bandera después de seguir recto unos cien metros, girar a la derecha, seguir unos quinientos metros más y finalmente girar a la izquierda.

Levanté mi mirada y vi a Cameron. Él iba en la dirección equivocada.

-Cameron- le llamé. Giró al escuchar mi voz- es por allí- apunté hacia la dirección.

El enarcó una ceja y caminó hasta estar a unos pasos de mi- ¿Como estas tan segura? Dame eso- me quitó el mapa de las manos y lo miró.

-¿No confías en mi?- pregunté indignada.

-No es que no confíe en ti, cariño, el problema es que eres pésima orientándote- fruncí el ceño y lo asesiné con la mirada- pero veo que esta vez no te has equivocado.

-Pues claro que no.

Caminé sola hacia la dirección correcta durante unos minutos, luego llegó Cameron y se puso a mi lado.

-No te enfades, Kels- dijo divertido.

-No estoy enfadada.

-Si lo estas.

-No, no lo estoy.

Todo pasó muy rápido pero a la vez en cámara lenta, lo se muy raro, pero ese no es el caso.

Fue totalmente inesperado.

Cameron se paró en frente de mi. Dio unos pasos haciendo que el espacio que nos separaba desapareciera y puso sus dos manos en mis mejillas mientras presionaba sus labios con los míos. Me quedé quieta de la impresión pero cuando él empezó a mover sus labios los míos los siguieron rápidamente. Su lengua tocó la mía e hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.

-Mira a tu derecha- susurró sobre mis labios- ya hemos llegado.

Dio un corto beso y se alejó dejándome todavía más aturdida.

¿Acaba de pasar lo que creo que acaba de pasar?

Miré a mi derecha y tal y como había dicho hay estaba. Y no solo estaba la famosa bandera si no que también habían algunos profesores andando de un lugar a otro totalmente nerviosos.

-Aquí están- gritó uno de ellos.

Al instante estaban todos rodeándonos. Unos suspiraban aliviados mientras que otros se horrorizaban al ver nuestra ropa rota y el brazo vendado de Cameron.

Yo no podía dejar de pensar en lo que acababa de pasar.

(...)

-No me puedo creer que os hayáis perdido- dijo Matt divertido.

Estábamos con Skyler, Lily, Matt y Cameron en la habitación de los últimos nombrados hablando sobre lo que nos había pasado.

-Venga ya, no hemos sido los únicos que nos hemos perdido- dije recordando lo que nos había dicho Helen, la organizadora del campamento.

-Si pero precisamente vosotros dos que no os lleváis bien- repitió de nuevo el rubio mientras reía con las chicas.

Cameron me miró con una sonrisa y yo bajé mi mirada al suelo mientras mis mejillas se teñían de rojo.

-Oye ya esta bien de reíros de nosotros- repliqué intentando que no lo notaran. Cameron también empezó a reír- ¿tu también?

-¿No habéis intentado mataros el uno al otro?- preguntó Sky.

-No exactamente- dijo Cameron mojando sus labios a la vez que dejaba su mirada sobre mi.

Sky me miró-Solo cuando se pasaba de listo- respondí intentando ignorar lo que acababa de hacer.

-¿De qué hablas? Yo nunca me he pasado de listo.

-¿Estas seguro?- pregunté entrecerrando los ojos.

-Vale, puede que una o dos veces- declaró- pero tampoco es para tanto- replicó subiendo sus brazos en modo inocente.

Negué divertida.

Supongo que no fue para tanto.

El Campamento (Cameron Dallas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora