La adaptación a LaLiga no fue tan complicada como esperaba, aunque las primeras interacciones con algunos jugadores me tomaron por sorpresa. El ambiente en el vestuario era completamente distinto al de la Fórmula 1; aquí las bromas volaban sin filtro y, a veces, rozaban lo que en otro contexto habría sido considerado inapropiado. Pero en ese mundo, parecía ser parte del juego.
Jude Bellingham fue uno de los primeros en hacerme sentir... notada. Cada vez que me veía caminando por el campo o en los pasillos del estadio, siempre soltaba algún comentario cargado de picardía. "¿Sabes que las reporteras como tú solo vienen a distraernos?", me dijo un día, sonriendo con ese acento ingles que lo delataba mientras se ajustaba el uniforme con una mirada que decía más de lo que debería. "Con esa sonrisa, Tatiana, sería difícil concentrarse en cualquier cosa, ¿no crees?". Lo decía en tono de broma, claro, pero el doble sentido era innegable.
Fermín López no se quedaba atrás. Durante una entrevista tras un entrenamiento, hizo una pausa dramática para mirarme de arriba abajo, mordiéndose el labio de manera exagerada antes de soltar un: "Si te cansas de la F1, siempre puedo enseñarte más de fútbol... entre otras cosas". Yo me reí, acostumbrada a lidiar con comentarios así, pero la sonrisa de Fermín me dejaba claro que disfrutaba de ver mis reacciones, probando los límites con su humor descarado.
Pedri, por otro lado, tenía un estilo más sutil pero no menos directo. En una de nuestras primeras interacciones, se acercó después de un entrenamiento, sudoroso y sonriente, y me dijo: "Te apuesto que no has visto habilidades como las mías ni en los pits de la F1. Puedo hacer cosas que te dejarían sin aliento". Claro, podía estar hablando del fútbol... o no. Su mirada y el tono que usaba sugerían que la apuesta iba mucho más allá del campo.
Con el tiempo, me di cuenta de que estas interacciones eran parte de su manera de bromear y socializar, un juego constante de insinuaciones y comentarios en doble sentido. A pesar de la sorpresa inicial, aprendí a navegar estas situaciones con astucia, respondiendo con sonrisas y comentarios inteligentes que les hacían saber que no me intimidaban. Aunque, debo admitir, había momentos en los que me dejaban pensando más de la cuenta.
Adaptarme a LaLiga fue una mezcla de ingenio y confianza. Me gané el respeto con mi trabajo y también con mi capacidad de manejar esas bromas sin perder la compostura, demostrando que, aunque venía de un mundo diferente, podía mantenerme firme en cualquier escenario... aunque algunos de esos comentarios se quedaban en mi mente más tiempo del que quería.
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Chocando con el destino | Lando Norris
FanficEres una periodista brasileña reconocida en el mundo de la Fórmula 1, querida y respetada por todos, especialmente en la Scuderia Mercedes. Desde tus inicios, tu amabilidad, carisma y profesionalismo te han hecho ganar no solo la admiración de los p...