—Listo...
—Me encantó...
Isabella de la emoción me dió un abrazo. Ambos al darnos cuenta de lo que sucedía nos separamos y nos giramos para no ver lo rojos que nos pusimos.
Me desperté por los fuertes sonidos que provocaban las lluvias cuando se estrellaban contra las ventanas.
El reloj comenzó a pitar, Stephen saco una mano de el interior de las cobijas y presionó el botón de apagado, se quitó las cobijas de la cara y también abrió los ojos. Todo aún se encontraba oscuro.
Me levanté, abrí las cortinas y saludé a Vincent, entre al baño y me bañe; cerre mis ojos, ahí estaba ella, ambos estamos abrazados desnudos con el agua bajando por nuestros poros mientras nos miramos silenciosamente.
—llámame cliché o cómo quieras, pero sé que algún día nuestras miradas apagadas reflejaran una brillante vida juntos...
Ja, que estoy diciendo, tal vez mañana no despierte y yo haciendo planes.
—¿Y si yo soy la que no despierta?
—No digas eso...
—Tendrás que dejarme ir.
—Oye...
—Si.
—Sabes que logro ver...
—¿Que?
—Logro ver lo que Van Gogh vio en las estrellas.
Ambos en ese momento hablamos en voz baja y al unísono: "—Toda una obra de arte—".
Abri los ojos y ese recuerdo tan real se desvanece y se escurre junto a las gotas de agua que bajan por el desagüe.
Salí del baño y de mi closet saque un pantalón negro un poco suelto, una camisa negra de cuello, junto a un gaban de cuero negro.
Fui a la cocina y deje preparando un capuchino mientras estuve en mi cuarto mirando mi última obra.Las lluvias ya habían cesado y todo estaba sumido en silencio.
—Estoy seguro de que ésto lo remediará todo.
—¿Por que lo dices?
—Isabella y yo en nuestra juventud escribimos mucho, entre eso salieron varias obras importantes. También, muchas nunca salieron por su fallecimiento.
—¿Esa es una de esas obras?
—Este es el recuerdo vivo de ella... Todo lo que la ame está en estás páginas.
—Ven necesitamos hablar.
—Ahora no, Vincent. Voy por mi capuchino.
Vincent se quedó en silencio mientras yo salí de la habitación y fui a la cocina.
Subí y me dirigí al balcon para ver el amanecer de las 6:00 A.M.
—Se que no quieres escucharme, pero en serio necesitamos hablar.
—¿Que quieres?
—No me queda mucho tiempo.
—¿Que dices? Eres una pintura.
—Stephen, hablamos nuestros ojos y contemplemos la belleza que nos rodea. Tu vida no puede ser solo subida, debes caer para vivir un poco.
—Ya no quiero vivir si en la caída los voy a perder a todos.
—El problema es que tú no has terminado de caer.
—Ya no quiero más de esto...
—No me queda mucho tiempo...
—No te vayas tú también, eres el único loco que me mantienen cuerdo.
—Sin mi, lograste todo, una vida con tu amada, una carrera exitosa, también tocaste fondo y te recuperaste.
—Pero, antes estaba ella...
—Te preguntaré una cosa.
—¿Que?
—¿Sabes desde cuándo hablamos?
—No, y eso no importa. Solo se que no quiero perderte.
—La realidad es más hermosa que los sueños.
—Si la sueño no la pierdo...
—Oye, no pintamos con los colores, pintamos con los sentimientos y ahora tu tienes el pincel para pintar tu vida.
—No... Por favor.
—Sabes que en algún momento diríamos adiós.
—Es muy pronto.
—¿Cuando sería el momento indicado?
—Cuando estuviera a punto de morir, nose, cosas así para variar.
—Este es el momento, ya es tarde. Me perdiste... Despertaste.
—La mejor obra es...
La de Isabella y Stephen: Vino Tinto.
Todos los estudiantes aplaudieron mientras el profesor colocaba el cuadro en la pared.
—Las lineas y los colores tienen gran profundidad, los tonos y el espacio oscuro dieron esa sensacion de intriga, pero esos tonos para la copa dieron las luces perfectas para la pintura.
Felicidades.
—Gracias.
—Gracias...
Yo me acerqué y le di un beso en la mejilla a Isabella...
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VINO TINTO
Romance-Tú conoces mucho la soledad, pero estos son tiempos distintos, y lo que necesito ahora es con quién reír, festejar, necesito hacer cosas nuevas, no sé, como tomar una copa de vino en París de noche, cosas así para variar...