¿Y si...? [Drones asesinos]

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Pasaron las semanas, y poco a poco "Refugio Omega" dejó de ser simplemente un agujero donde esconderse del frío y los drones, para convertirse en algo más. A pesar de que el tiempo seguía siendo cruel, con el invierno perpetuo golpeando sin piedad, al menos tenía un lugar donde descansar, recargarme, y si las cosas salían bien, trazar alguna estrategia a largo plazo para sobrevivir. Por más que intentara mantener a Doll fuera de la ecuación, la realidad era que, con cada intento fallido de deshacerme de ella, la sentía más indispensable. Ya fuera por su increíble habilidad para hackear tecnología o simplemente por la compañía en medio de un mundo desolado, Doll se estaba convirtiendo en algo que no podía ignorar.

El búnker comenzó a mejorar a base de nuestros esfuerzos. Encontramos paneles solares que, aunque algo desgastados por el tiempo, todavía podían generar algo de energía. Esto nos permitió activar más sistemas de iluminación y, lo más importante, reactivar algunos sistemas de seguridad obsoletos, lo que ofrecía algo de tranquilidad en medio del caos. Doll siempre encontraba una manera de optimizar cualquier equipo o dispositivo antiguo que encontraba, y Nemo... bueno, él se dedicaba a criticar nuestros progresos con su habitual sarcasmo.

"[Refugio Omega ha aumentado su capacidad de defensa en un 14%, aunque eso sigue siendo insuficiente para repeler una verdadera incursión de drones avanzados]," comentó Nemo una vez mientras Doll ajustaba los sensores de movimiento. "Sugerencia: empezar a rezar o simplemente abandonar el lugar."

Ignoré su comentario, pero en el fondo sabía que tenía razón. Aunque habíamos mejorado las defensas, los drones de exterminio siempre encontraban formas de seguirnos. Y fue durante una de esas incursiones cuando las cosas realmente comenzaron a salirse de control.

Esa mañana, Doll detectó algo inusual en los sistemas de vigilancia. Un drone de exterminio había cruzado nuestras defensas. "No es posible..." murmuré mientras revisaba los monitores. El maldito drone había pasado desapercibido y se movía rápidamente hacia nuestra posición.

Antes de que pudiera reaccionar, el drone atravesó una de las puertas laterales, barriendo todo a su paso. Lo único que sabia es que tenía una W al costado de la cara, Sin pensarlo, tomé lo primero que encontré —una varilla de metal oxidada— y me lancé contra la máquina.

El drone, sin embargo, no estaba solo para cazar. Su primer objetivo no fui yo, sino Doll al ser mayor prioridad que un 'misero humano'. La vi volar hacia atrás con un solo golpe, aterrizando a varios metros de distancia. La ira me nubló la mente. Ya no se trataba solo de sobrevivir; el maldito drone había cruzado una línea que no podía permitir!.

Cargué contra él. No tenía un plan claro, solo la fuerza de la desesperación y un instinto casi suicida. El drone activó sus armas, pero logré esquivarlas en el último segundo pero la varilla rebotó de mí mano por una bala. Estaba desarmando pero no sin opciones! Mis puños impactaron contra su blindaje metálico, una y otra y otra otra ves, pero no tenía mucho efecto. Aun así, seguí golpeando, buscando cualquier debilidad en su estructura.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad y darle un muy fuerte cabezazo, encontré un punto vulnerable: el núcleo de energía del drone casi visible en donde le dejé una abolladura con mis puños. Con un grito de rabia, clavé la varilla de metal recién alcanzado en su núcleo. El drone chisporroteó, sus sistemas colapsaron y cayó al suelo, inerte gracias a dios que no pueden regenera sus núcleos.

Me desplomé junto a él, jadeando. Mi máscara se había roto en la pelea cuando me dio un intercambio de golpes también y cortes por el aguijón, y aunque había logrado ganar, el daño estaba hecho. El aire en la superficie era tóxico, y había respirado demasiado. Tosí violentamente mientras el dolor en mis pulmones aumentaba. El oxígeno contaminado había entrado en mi sistema y, además de eso, tenía varias heridas sangrantes por el cuerpo. Me dolía todo, pero el aire... el aire era lo peor. Sentía como si estuviera quemándome desde adentro.