¿Y si...? [Drones asesinos]

××× 9 ×××

Ahora, lejos de Uzi, me di cuenta de lo peligrosa que había sido esa situación y que aún no estaba a salvo del todo. Aunque, si algo me quedó claro durante esas semanas, es que la próxima vez, si es que había una próxima vez, no me dejaría atrapar tan fácilmente.

Cuando finalmente logré salir del bosque y vi aquella luz en la distancia, sentí una oleada de alivio. Pensé que había encontrado algún tipo de refugio o tal vez incluso un asentamiento que me brindaría protección. Pero vaya error cometí. Resulta que correr hacia esa luz fue una de las decisiones más estúpidas que he tomado en toda mi vida.

En lugar de encontrar ayuda, me topé con un grupo de Drones de Desmontaje. Su aspecto metálico y amenazante no dejaba lugar a dudas sobre sus intenciones. Apenas me vieron, no dudaron ni un segundo. Uno de ellos alzó su brazo, y lo siguiente que escuché fue el zumbido agudo de un misil siendo disparado directamente hacia mí.

¡Boom! El impacto fue brutal. Sentí el calor y la onda expansiva detrás de mí mientras el misil explotaba a solo unos metros. Logré saltar a un lado justo a tiempo, pero el suelo bajo mis pies tembló violentamente, lanzándome por los aires. Caí rodando por el suelo, sintiendo cómo el humo y la tierra cubrían mi ropa y rostro.

“¿En qué demonios estaba pensando?” Me pregunté mientras me levantaba como podía, con el corazón acelerado y los oídos zumbando por la explosión. No había tiempo para maldecirme por mi pésima decisión. Tenía que seguir corriendo, y esta vez no solo de una niña-drone... sino de algo mucho peor.

Ellos me siguieron como si estuvieran jugando al gato y al ratón. Cada vez que creía que había escapado, los oía acercarse de nuevo, sus pasos metálicos resonando por el bosque, casi disfrutando de la persecución. Después de un rato largo, sin embargo, parecía que hasta ellos se estaban aburriendo del juego.

De repente, sentí una mano fría y metálica agarrándome por el cuello de la camisa, levantándome del suelo como si no pesara nada. Me quedé colgando, observando esos ojos brillantes y fríos que me miraban sin ningún atisbo de emoción. Era evidente que podrían acabar conmigo en cualquier momento. Sin embargo, en lugar de hacerlo, los Drones de Desmontaje se miraron entre sí, como si estuvieran debatiendo qué hacer conmigo.

Uno de ellos alzó su brazo y comenzó a hablar en un tono monótono, claramente usando algún tipo de comunicador interno.

— “Equipo Bravo, hemos capturado un espécimen humano... pero no tenemos instrucciones claras. ¿Alguno de ustedes tiene alguna idea de qué hacer con él?” —dijo el drone con una voz desinteresada, como si capturarme fuera una mera tarea más en su lista.

El silencio momentáneo que siguió me dio un extraño sentimiento de alivio y preocupación. Por un lado, no me habían eliminado de inmediato. Pero por otro... si estaban pidiendo consejo a otros drones, las cosas podían ponerse aún más complicadas. Solo podía esperar que, en medio de la confusión, encontraran una razón para dejarme escapar... o al menos no matarme en ese instante.

Lo mejor que pude hacer en ese momento fue esperar, porque cualquier intento de resistencia habría sido inútil. Mientras los drones se comunicaban entre ellos, supe que lo único que me quedaba era mantenerme quieto y esperar a ver qué decidían hacer conmigo.

No pasó mucho tiempo antes de que tomaran una decisión: me levantaron con sus garras metálicas y, de un momento a otro, estaba siendo arrastrado al cielo. El viento frío me golpeaba la cara mientras me llevaban volando, y no pude evitar notar la precisión casi militar con la que se movían. A pesar de la situación, no pude evitar pensar que la vista habría sido impresionante, si no fuera por qué ahora no era momento.

Finalmente, aterrizamos en lo que parecía ser una especie de instalación, aunque no era exactamente lo que imaginaba. Estaba rodeada de drones de desmontaje, que se movían en filas ordenadas, atendiendo sus tareas con precisión implacable. El lugar, oscuro y metálico, parecía más una fábrica gigante que una base militar.