🔞B'Day Sex •Hong x Tay•🔞

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Era una mañana tranquila en la casa de Hong y Tay, dos policías dedicados que compartían más que solo el uniforme - también eran esposos. El día empezaba despacio, pero para Tay, los nervios estaban a flor de piel. Hoy era un día especial, el cumpleaños de Hong, y había planeado una sorpresa para el final del turno. Sin embargo, para que eso sucediera, necesitaba que ambos llegaran al trabajo a tiempo, y Hong no estaba cooperando.

- Amor, ¡tenemos que irnos ya o llegaremos tarde! - decía Tay, mirando el reloj por tercera vez en menos de cinco minutos, mientras terminaba de amarrarse las botas.

- ¿Tarde? Relájate, aún tenemos tiempo - respondió Hong, con una sonrisa despreocupada en el rostro, mientras ajustaba su corbata frente al espejo con toda la calma del mundo.

Tay bufó. Sabía que Hong lo estaba haciendo a propósito. A su marido le encantaba provocarlo, y sabía que Tay se ponía tenso cuando las cosas se salían de control.

- En serio, Hong... Tenemos un turno importante hoy. - Tay intentaba disimular su nerviosismo, pero estaba claro que algo no andaba bien.

Hong, notando la creciente tensión, decidió divertirse un poco. Se acercó lentamente a Tay, que revisaba su celular por enésima vez. Con un suave toque, Hong rodeó la cintura de Tay con los brazos y lo atrajo hacia él, rozando sus labios en el cuello de Tay.

- Tal vez debería ayudarte a relajarte antes de que salgamos, ¿qué dices? - murmuró Hong, su voz baja y ronca, cargada de malicia.

Tay se congeló por un segundo. Conocía bien esa táctica, y sabía que si dejaba que Hong continuara, el retraso sería inevitable. Aun así, una parte de él quería ceder, especialmente con la forma en que Hong lo envolvía.

- Hong... - Intentó reprenderlo, pero su voz salió más débil de lo que pretendía.

Hong sonrió, satisfecho, besando lentamente el cuello de Tay, mientras sus manos se deslizaban suavemente por la cintura de su marido, apretándolo levemente. Sabía exactamente cómo jugar con Tay, y le encantaba hacerlo, especialmente cuando su esposo estaba nervioso y tratando de mantener la compostura.

- Estás muy tenso, Tay... Deberías dejarme encargarme de eso. - La mano de Hong bajó aún más, trazando un camino provocador por la espalda de Tay.

Tay se apartó, riendo nerviosamente, con las mejillas sonrojadas. - ¡No tenemos tiempo para esto, Hong! - Intentó sonar firme, pero Hong seguía sonriendo como si tuviera el control total de la situación.

- Claro que sí, dijiste que estaba tardando... Así que no hay nada de malo en aprovechar el tiempo, ¿no? - Hong dio un paso más hacia Tay, claramente queriendo continuar con las provocaciones.

- Está bien, está bien... - Tay levantó las manos, riendo. - Prometo que me relajaré más tarde, ¡pero ahora tenemos que irnos!

Hong suspiró dramáticamente, pero con un brillo travieso en los ojos, le dio un rápido beso en los labios a Tay y finalmente tomó su chaqueta. - Está bien, solo porque hoy tienes suerte...

Tay sonrió aliviado, sabiendo que finalmente podrían salir de casa. No podía permitir que Hong arruinara la sorpresa que había preparado, pero tampoco podía negar cuánto amaba esas bromas maliciosas de su marido.

Con ambos listos, finalmente salieron hacia el trabajo, donde Tay esperaba terminar el día con la sorpresa que tanto había planeado.

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A la mañana siguiente, Tay se despertó con una leve sonrisa en el rostro. El cumpleaños de Hong se acercaba, y había comprado un regalo especial que había estado planeando durante semanas. Era algo personal, algo que reflejaba lo mucho que conocía a Hong: un reloj personalizado, con una discreta inscripción en la parte de atrás: "Para siempre tuyo, Tay." Cada vez que Hong lo usara, sería un recordatorio del vínculo inquebrantable entre ellos.

One-Shots YeosMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora