Nacimiento del pequeño Oti - Otto x Tit

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Tit estaba acostado en la cama del hospital, respirando profundamente mientras las contracciones se intensificaban. Apretaba la mano de Vénus, su cuñada, quien había estado a su lado desde que llegaron al hospital.

- Todo va a salir bien, Tit - dijo Vénus, tratando de calmarlo. - Eres fuerte.

Tit sonrió a pesar del dolor. - Gracias por estar aquí, Vénus. Solo desearía que Otto también estuviera aquí.

Vénus suspiró. Había intentado llamar a su hermano innumerables veces, pero sin éxito. Otto estaba con su padre, Cyrus, en un lugar con señal débil para el celular.

- Lo sé, Tit. Estoy intentando comunicarme con él. - Vénus tomó el celular de nuevo y marcó el número de Otto una vez más. La llamada fue al buzón de voz. - Nada aún. Seguiré intentando.

La médica entró en la habitación, revisando los monitores y la situación de Tit.

- Estás casi listo, Tit. Lo estás haciendo muy bien - dijo la médica, sonriendo de manera alentadora.

Tit respiró hondo y se esforzó por mantener la calma. - Solo desearía que Otto estuviera aquí - repitió.

Vénus salió de la habitación por un momento, esperando conseguir mejor señal para el celular. Finalmente, una videollamada de Otto apareció en la pantalla.

- ¡Vénus! ¿Qué está pasando? - preguntó Otto, luciendo preocupado.

- ¡Otto! ¡Gracias a Dios que logré hablar contigo! Tit está en trabajo de parto. ¡Necesitas venir ahora! - dijo Vénus rápidamente.

Otto se alarmó visiblemente. - Iré lo más rápido posible. Estoy en camino.

Vénus regresó a la sala y tomó la mano de Tit nuevamente. - Otto está en camino, llegará a tiempo.

Tit suspiró aliviado. - Gracias, Vénus.

- No estás solo, Tit. Vamos a traer a Oti al mundo juntos - dijo Vénus, con una sonrisa alentadora.

El tiempo parecía arrastrarse, pero finalmente Otto entró en la sala de partos, jadeante y con los ojos brillantes de preocupación y alegría.

- ¡Tit! Estoy aquí - dijo, corriendo hacia su lado y tomándole la mano.

Tit sonrió, las lágrimas rodando por su rostro. - Otto, sabía que vendrías.

- Nunca me perdería esto por nada en el mundo - respondió, besando su frente.

Con Otto a su lado y Vénus brindando apoyo, Tit sintió una nueva ola de fortaleza. Poco después, los llantos de un recién nacido llenaron la habitación, y Oti llegó al mundo, sano y lleno de vida.

- Bienvenido al mundo, Oti - dijo Tit, emocionado.

Otto miró al pequeño bebé en los brazos de su pequeño omega, con lágrimas en los ojos. - Es perfecto.

Vénus, observando la escena, sonrió satisfecha. - Felicidades, Tit. ¡Lo lograste!

Tit pasó algunos días más en el hospital debido a complicaciones surgidas después del parto. Otto estuvo constantemente a su lado, aunque no estaba al tanto de todos los detalles sobre la gravedad de la situación. Cuidaba de Tit y de Oti, siempre preocupado pero intentando mantener la calma.

Finalmente, llegó el día del alta. Tit, sosteniendo a Oti en brazos, parecía exhausto pero aliviado. Otto lo ayudó a subir al auto, acomodando cuidadosamente al bebé en el asiento junto a él.

- Estoy tan feliz de finalmente ir a casa - dijo Tit, con una débil sonrisa.

- Yo también, cariño. Necesitas descansar - respondió Otto, tratando de ocultar la preocupación que aún sentía.

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