𝙔 𝙣𝘶𝘦𝘷𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝙚𝘯 𝙤𝘵𝘳𝘰 𝙚𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰 • Lang x Din •

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𝙔 𝙣𝘶𝘦𝘷𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝙚𝘯 𝙤𝘵𝘳𝘰 𝙚𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰

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𝙔 𝙣𝘶𝘦𝘷𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝙚𝘯 𝙤𝘵𝘳𝘰 𝙚𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰

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Lang se apoyó contra el marco de la puerta, con una sonrisa traviesa en su rostro. – Din, ¿qué tal si salimos a beber esta noche? – preguntó, girando las llaves en su dedo.

Din levantó la vista de su teléfono, su expresión era una mezcla de diversión y aprensión. – Lang, la última vez que salimos a beber terminamos en otro estado a las seis de la mañana. ¿Te acuerdas de eso?

Lang se rió, acercándose y rodeando el cuello de Din con sus brazos. – ¡Oh, vamos, fue una aventura! Además, esta vez seré más cuidadosos.

Din suspiró y sacudió la cabeza. – No lo sé, Lang. Tengo trabajo mañana y realmente no quiero que se repita lo de la última vez.

Lang hizo un puchero, dándole a Din su mejor mirada de gato abandonado. – ¿Por favor, Din? Sólo un trago y luego nos vamos a casa. Yo prometo.

Din vaciló y su resolución se debilitó ante la mirada suplicante de Lang. – Está bien – admitió – pero sólo un trago. Y seguiremos este plan.

El rostro de Lang se iluminó de emoción. - ¡Sí! Lo prometo, sólo un trago. ¡Gracias bebe! – Le dio un rápido beso a Din antes de recoger su chaqueta. - ¡Vamos!

Al entrar en su bar favorito, fueron recibidos por el sonido familiar de las conversaciones y el tintineo de vasos. Encontraron un rincón acogedor y pidieron sus bebidas, riendo y recordando sus aventuras pasadas.

- ¿Vio? Eso no está tan mal – dijo Lang, tomando un sorbo de su bebida. – Nos estamos divirtiendo y no hemos hecho ninguna locura.

Din sonrió y se relajó en la noche. - Usted tiene razón. Eso es legal.

Pasaron las horas y, a pesar de sus mejores intenciones, un trago se convirtió en dos, luego tres. Antes de que se dieran cuenta, estaban bailando y cantando al ritmo de la música, la noche se disolvió en una confusión de risas y alegría.

Cuando el reloj marcó la medianoche, Lang se inclinó hacia Din y le susurró al oído. – Vayamos a algún lugar nuevo, sólo por un rato.

Din, sintiendo los efectos del alcohol y la emoción de la noche, asintió. – Está bien, pero esta vez no acabemos en otro estado.

Salieron del bar a trompicones, de la mano, listos para cualquier aventura que les aguardara. Mientras deambulaban por las calles de la ciudad, sus risas resonaban en la noche, se dieron cuenta de que sin importar dónde terminaran, mientras estuvieran juntos, siempre sería una aventura que valdría la pena vivir.

𝗘𝗇 𝗹𝖺 𝗺𝖺ñ𝖺𝗇𝖺 𝘀𝗂𝗀𝗎𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾.


Todo dicho y hecho, Lang y Din estaban nuevamente en otro estado. Ambos estaban apoyados en la cama de un hotel. Al despertarse con resaca del día anterior, Din miró alrededor de la habitación desconocida y comenzó a reír. "No debería haber confiado en ti otra vez, Lang", dijo, con la voz ronca de tanto reírse.

Lang, todavía aturdido, abrió los ojos y parpadeó un par de veces antes de darse cuenta de dónde estaba. – Espera… ¿Estamos en otro estado otra vez? – preguntó, con una mezcla de sorpresa y diversión en su voz.

Din asintió, frotándose la frente. - Si estamos. Supongo que tu promesa de "sólo un trago" no funcionó del todo.

Lang se volvió hacia Din con una sonrisa traviesa en el rostro. – Pero fue divertido, ¿no? Y mira, otra aventura para nuestra colección.

Din suspiró, pero no pudo evitar sonreír. - Usted tiene razón. Al menos nunca hay un momento aburrido contigo.

Lang se rió, acercándose y dándole a Din un beso en la mejilla. – Prometo que la próxima vez podremos controlarnos… o al menos intentarlo.

Din puso los ojos en blanco, todavía sonriendo. – Dices eso cada vez. Creo que estoy empezando a acostumbrarme a nuestras aventuras inesperadas.

Se levantaron lentamente, sintiendo aún los efectos de la noche anterior. Mientras se preparaban para el viaje de regreso, no pudieron evitar reírse y recordar los momentos divertidos que habían compartido.

– Entonces, ¿listo para otro viaje de regreso a casa? – preguntó Lang, tomando las llaves del auto.

Din sonrió y sacudió la cabeza. – Contigo, Lang, siempre estoy listo para lo que venga.

Al salir del hotel, de la mano, sabían que sin importar a dónde los llevaran sus aventuras, lo más importante era que estaban juntos.

One-Shots YeosMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora