La puerta del apartamento se cerró con un suave clic, resonando por el espacio silencioso. El reloj en la pared marcaba las once de la noche, pero Katsuki Bakugo apenas sentía el cansancio en su cuerpo. Había sido un día largo, como muchos otros, y sin embargo, cuando sus ojos encontraron la figura que lo esperaba en la sala, cualquier vestigio de agotamiento desapareció.
Izuku estaba de pie junto al sofá, vestido con un pijama simple, pero cómodo. Sus rizos verdes estaban desordenados, caían sobre su frente de una manera que le daba un aire despreocupado. Sus ojos brillaban con esa calidez que sólo él sabía mostrar, una mezcla de amor, alegría y ese cariño incondicional que siempre lo hacía sentir, a pesar de que Bakugo jamás lo admitiría en voz alta, vulnerable. Aun así, no podía evitarlo; esa mirada lo envolvía y lo hacía sentir en casa.
Izuku sonrió apenas notó que Katsuki lo observaba desde la entrada. Esa sonrisa no era como las que le dedicaba al mundo, esas llenas de esperanza y determinación; no, esta era diferente, más suave, íntima. Era la sonrisa que reservaba solo para él, para las noches tranquilas como aquella, donde no había villanos, ni misiones, ni expectativas aplastantes. Solo ellos dos, en la seguridad de su hogar.
—Tardaste un poco más hoy —murmuró Izuku, dando un paso hacia él, con esa dulzura que siempre parecía envolverlo.
Bakugo soltó un gruñido suave, sacándose la chaqueta mientras dejaba caer su bolso en el suelo. Su cuerpo se tensó apenas un segundo cuando Izuku cerró la distancia entre ellos, pasando una mano por su espalda baja, en un gesto tan familiar que logró desarmar cualquier tensión que pudiera haber acumulado a lo largo del día.
—Había más papeleo del que esperaba, maldita sea —respondió con un gruñido, aunque sin dejar de corresponder a la cercanía. Sus brazos, como por inercia, rodearon la cintura de Izuku, tirando suavemente de él hasta que sus cuerpos estuvieron completamente juntos.
Izuku rió suavemente, una risa baja, casi musical. Siempre le hacía gracia cómo Bakugo se quejaba de los días largos, aunque ambos sabían que disfrutaba de su trabajo más que cualquier cosa en el mundo. Era el orgullo de ser un héroe, de estar haciendo lo que siempre había querido, lo que brillaba detrás de esas palabras gruñonas.
—Podrías tomarte un día libre —sugirió Izuku, aunque sabía de antemano la respuesta.
—¿Y qué haría con un maldito día libre? —Bakugo bufó, bajando la mirada para encontrar los ojos verdes de su esposo—. Además, eso me dejaría con más papeleo el día siguiente. Es una pérdida de tiempo.
—Siempre tan terco —bromeó Izuku, apoyando su frente contra el pecho de Bakugo, respirando profundamente el aroma a pólvora y algo que solo podía describir como Katsuki, familiar y reconfortante.
Bakugo dejó escapar un suspiro largo, profundo, y pasó sus dedos por los suaves rizos de Izuku, ese gesto que había aprendido con el tiempo que lograba calmarlo tanto a él como a su omega. No dijo nada durante unos segundos, solo se permitió sentir el peso reconfortante de Izuku contra su cuerpo, esa calidez que siempre lo hacía sentir en paz.
—Hueles bien —murmuró finalmente, su voz más suave de lo que había sido en todo el día.
Izuku sonrió contra su pecho.
—Es porque tú estás aquí.
Ese simple comentario, aunque cargado de esa dulzura que a veces lo volvía loco, hizo que su pecho se apretara ligeramente. Había algo en la forma en la que Izuku siempre lograba que incluso los momentos más simples se sintieran importantes. No era solo la rutina de volver a casa después de un día largo; era la certeza de que Izuku siempre estaría ahí, con esa sonrisa, con esos brazos abiertos para él.
![](https://img.wattpad.com/cover/375452612-288-k565802.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Oneshot's BakuDeku
FanficOneshot que se me ocurren. Mpreg. Omegaverse. Fantasía. Fem.