Había pasado un mes desde que Claudia recibió las indicaciones del doctor de mantenerse en reposo. Sin embargo, la espera se le hacía cada vez más larga y pesada. El deseo de salir, de sentirse como la mujer activa y dinámica que siempre había sido, la estaba consumiendo. Así que, un soleado sábado por la mañana, decidió que era el momento de hacerse un regalo a sí misma: una salida de compras para preparar su armario y capturar recuerdos antes de la llegada del bebé.
Se vistió con cuidado, eligiendo un vestido cómodo que le quedaba bien y acentuaba su pancita de embarazo. Al mirarse en el espejo, sonrió al ver cómo su figura había cambiado. Aunque sabía que su cuerpo estaba en transformación, en lugar de sentirse insegura, encontró belleza en esos cambios. Era un recordatorio constante de la vida que llevaba dentro.
Claudia salió de su departamento sintiéndose renovada. El aire fresco de la mañana la envolvió, y cada paso que daba la llenaba de energía. Se dirigió a su centro comercial favorito, un lugar donde podía perderse entre las tiendas, disfrutar de un café y, sobre todo, mimarse un poco. Mientras caminaba, se sintió emocionada al pensar en todas las cosas que quería comprar para ella y, por supuesto, algunas cosas para el bebé.
Al llegar, se dedicó a explorar las tiendas, mirando vestidos, blusas y accesorios que podría usar durante su embarazo y más allá. Se probó varias prendas, disfrutando del proceso. El vestidor se convirtió en su pequeño refugio, donde podía admirar su figura con orgullo.
Mientras se miraba en el espejo, se dio cuenta de que esos momentos eran importantes. Necesitaba recordar cómo se sentía en este tiempo, con su pancita creciendo, con la emoción de convertirse en madre mezclada con el deseo de seguir siendo ella misma. Así que decidió tomar algunas fotos. Sacó su celular y comenzó a capturarse en diferentes ángulos, sonriendo y riendo ante el espejo mientras se acariciaba el vientre.
—Esto es para ti, pequeño —murmuró, dirigiéndose a su vientre mientras acariciaba suavemente la piel estirada—. Quiero que sepas que cada día que pasa me siento más emocionada por conocerte.
Tras un tiempo de probarse ropa, Claudia se sintió satisfecha. Había encontrado algunas piezas que la hacían sentir bien y que, a la vez, se adaptarían a su nueva vida como madre. Se dirigió a la caja, donde pagó con gusto, sintiéndose más ligera y feliz.
Luego de las compras, decidió que era hora de un merecido almuerzo. Se dirigió a un restaurante que le encantaba, conocido por sus ensaladas frescas y deliciosos platos saludables. Mientras esperaba su comida, se sentó cerca de una ventana, disfrutando de la vista y el ambiente vibrante del lugar. Sacó su celular nuevamente y revisó las fotos que había tomado, sonriendo al recordar lo que había vivido en el vestidor.
Cuando llegó su plato, se deleitó con cada bocado, sintiéndose plena. Mientras comía, no pudo evitar pensar en el futuro. El bebé estaba tan cerca, y aunque a veces sentía una oleada de ansiedad, en ese momento solo había felicidad. Sabía que esas pequeñas salidas para cuidarse a sí misma eran igual de importantes que cualquier preparación para la llegada del bebé.
Después de comer, decidió tomarse un momento más para sí misma. Salió a la terraza del restaurante, donde el aire fresco y el sol la envolvieron de nuevo. Claudia respiró hondo, sintiéndose agradecida por poder disfrutar de esos momentos. Decidió tomar una foto del paisaje, capturando no solo el momento, sino también su estado emocional.
—Voy a recordar esto —dijo en voz baja, mientras la brisa le acariciaba el rostro—. Quiero que sepas que cada día es especial.
Mientras posaba para la foto, sintió una ligera patadita en su vientre, como si el bebé también quisiera ser parte de esos recuerdos. Se rió suavemente, sintiendo una oleada de amor hacia esa pequeña vida que estaba tan cerca de conocer.
ESTÁS LEYENDO
Caminos Paralelos: El Amor y la Búsqueda de Claudia y Jesús
عشوائيClaudia Sheinbaum y Jesús María Tarriba, dos estudiantes de física que se conocen en la Facultad de Ciencias de la UNAM en la década de los 70. A lo largo de un año y medio, su relación florece mientras comparten su pasión por la ciencia y sus sueño...