Everlasting {ChanBaek||En edición}

Capítulo 6: Walk on Memories

— Cuando me dijeron de la inauguración de esta cafetería y acerca de quién era el dueño creí que era una broma. Pero es cierto, Kim Minseok está frente a mí.

Sonrió sutilmente y apartó la mirada de su viejo libro para alzar la vista y ver a aquel hombre alto frente a él. Sin que siquiera le hubiese hecho la invitación a sentarse este lo hizo, haciendo que recordara los viejos tiempos.

— Mucho tiempo sin verte, Chinhwa, ¿cómo has estado? Los asuntos de la Asamblea te han tenido muy ocupado, ¿no? — mencionó ladeando el rostro, haciendo que su largo y oscuro flequillo cayera sobre sus ojos.

Cuando pretendió apartarlos, el hombre sentado frente a él estiró su mano helada y tomó con suavidad sus cabellos para apartarlos y despejar su vista.

Minseok soltó una risilla, pues resultaba demasiado obvio que aquel hombre de ojos color oro y sonrisa coqueta estaba recordando sus viejos tiempos juntos.

— ¡Ni me lo recuerdes! — respondió echando su espalda contra el respaldo de la silla mientras soltaba una risita exhausta—. Toda esta semana nuestro líder Shinji ha estado paranoico —el vampiro se cruzó de brazos, terminando por alzar un poco su ceja—. Y quizá tú tengas una idea de la razón, ¿verdad?

Cuidadosamente cerró su viejo libro que dejó sobre la mesa y, dándose unos segundos en los que dio un trago a su latte, regresó la mirada a Chinhwa que se mostraba curioso y como si tuviera muchas cosas por decirle.

— ¿Qué podría saber yo? Tú eres quien está dentro de la Asamblea —mostró una pequeña sonrisa cuando ese alto rió sutilmente.

— Tan sutil y reservado como siempre —los ojos claros del vampiro bajaron hasta su libro, donde notó como este se quedó mirando el objeto por más tiempo de lo que él hubiera deseado—. Y muy aferrado al pasado, ¿no lo crees?

Minseok acarició la pasta roída de su libro sintiendo que su corazón se aceleraba ante los recuerdos que se encerraban entre sus páginas; la melancolía siempre llegaba a él cuando recordaba, así que optó por mirar a Chinhwa y dedicarle una pequeña sonrisa.

— Recordar es lo que me ha mantenido todas estas décadas —respondió con simpleza.

Pero su vida era todo, menos simple.

— Te diría que lo superaras y que vivieras tu vida en lugar de estar encerrado en el pasado, pero te conozco, no argumentaré porque no quiero que sigas creyendo que me gustas —el alto se cruzó de piernas con una actitud más digna y él, sin poderlo evitar rió.

— Créeme que desde hace mucho me quedó claro que no te gusto más —ladeó su rostro mirando a su amigo con cariño—. Pero bueno, ¿qué haces aquí? ¿Sólo viniste a verme? —cuestionó porque sabía que no era así, lo conocía y tenía un presentimiento de que había algo más.

Chinhwa tomó su taza de latte y la olfateó, para después hacer una mueca de asco y regresarla a la mesa.

Luego de eso le miró, teniendo una expresión más seria.

— Shinji —inició, y Minseok se tensó un poco al escuchar ese nombre por segunda vez en esa conversación—. Lo encontró.

Un suspiro abandonó sus labios al mismo tiempo que cerraba sus ojos sintiendo como la tensión en su cuerpo aumentó.

¿Era lo que él creía?

— ¿Te refieres a...? —preguntó, Chinhwa asintió enseguida.

— Me refiero a él —confirmó y no pudo evitar sentir una angustia en su pecho, más cuando Junmyeon lo supiera—. Cuando estuvo encerrado de niño después del asesinato que cometió, Shinji sospechó de él, pero no encontró un indicio de que pudiera ser ese bebé y por mucho tiempo pareció olvidarse de su existencia. Sin embargo, hace cuatro días recibió una llamada de un integrante de los Lupus con una información demasiado interesante, pero imagino que ya sabes a qué me refiero, ¿no?