Capítulo 9: The son of the moon and blood (Parte 1)

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Cerró la puerta a sus espaldas, y una sonrisa se dibujó en sus labios mientras negaba y veía los colores que adornaban la comisaria, así como ese gran letrero que decía Bienvenido. Miró a Kyungsoo a su lado, quien palpó su brazo elevando al igual que él sus comisuras.

— ¿Qué te digo? Todos te extrañaron. Te extrañamos.

El omega se alzó después de hombros y se unió a sus compañeros para tomar una pequeña corneta y tocar esta mientras parecían tomar sus posiciones.

— ¡Bienvenido al trabajo, Chanyeol! —gritaron los oficiales y personal administrativo con alegría, mientras caminaban a él con un pastel y no pudo evitar pensar cuán exagerados eran.

Más porque no sabían la verdad, a excepción de los integrantes de su manada.

 ¡Por favor! Sólo fueron unos días —negó aun sonriendo, aunque ahora se sintió avergonzado cuando comenzaron a cantarle una canción de bienvenida—. Vamos, ¡ni siquiera en mi cumpleaños hicieron tanto escandalo!

Exclamó separándose de la puerta topándose con Mino, quien traía un gorro de fiesta para ponerlo en su cabeza. Por un momento se negó ya que no quería lucir ridículo, pero al ver la mirada de todos y pensar que habían organizado eso para él terminó accediendo, sintiendo como el hilo de elástico apretó la piel bajo su mandíbula.

— En tu cumpleaños trabajaste, pero ahora estuviste dos semanas ausente, nunca estuvimos tanto tiempo sin ti —se acercó Yeri, la psicóloga criminalista mientras le echaba una mirada a Mino quien resopló y se cruzó de brazos—. ¿Sabes la tortura que fue que se hiciera cargo de todo tu trabajo en tu ausencia? Se le subió un poco a la cabeza.

La cambia formas señaló a su colega, quien volvió a resoplar de forma infantil.

— ¿Cuándo superarás que yo siempre estuve bien y tú equivocada?

Chanyeol se sintió un poco confundido con ese comentario por lo que miró a Kyungsoo, quien negó y rió bajo para después leer de sus labios un se trata de un caso mudo que le hizo tener más contexto. Al ver que no era algo grave sonrió, y siguió a sus amigos uniéndose a los demás que ya lo esperaban en un escritorio.

— En ese caso tienen que festejarme todos los días, ¿no les parece justo? —comentó con su ego un poco inflado, entretanto veía como le colocaban unas velas a su pastel.

— Tienes prohibido volverte a ir tanto tiempo —comentó ahora Kyungsoo, siendo él de los pocos que supo el real significado de sus palabras—. Mejor acércate y pide un deseo para luego partir el pastel y alimentar a los lobos, que tenemos mucho trabajo pendiente —se cruzó de brazos y arqueó la ceja ante la clara orden que Soo le había dado, pero en lugar de molestarlo le dio gracia, por lo que sin hacerlos esperar se inclinó hacía el pastel, cerró sus ojos y pensó en su deseo.

¿Qué es lo que más deseaba en este mundo? Eunsang, esa hubiera sido su respuesta semanas atrás, la misma que se iba en cada soplo de vela de los últimos veintiún años de su vida, en los que anheló ver una vez más esa sonrisa y mirada del lobo que había muerto en sus brazos.

Pero ahora, en este momento de su vida había una nueva necesidad que crecía en su corazón a pasos agigantados, sin ningún tipo de control que casi lo hizo enloquecer en los últimos días que estuvo lejos de esa criatura; lo único que lo mantuvo cuerdo, fue la promesa de reencontrarse y el recuerdo de cuando lo tuvo entre sus brazos.

Baekhyun, ese era su nuevo deseo, su nuevo anhelo y en quien estaba poniendo su fe. Quería protegerlo, mantenerlo a su lado y que ese hombre tuviera sus mismas ansias de estar a su lado. Y así lo era porque lo sentía.

Everlasting {ChanBaek||En edición}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora