Everlasting {ChanBaek||En edición}

Capítulo 5: True lies

— ¡Te dije que no era buena idea ir al Ayuntamiento! Nada teníamos que estar haciendo ahí — entornó los ojos ante las quejas de su amigo—. Ahora por tu culpa se nos ha hecho demasiado tarde, no tendré casi tiempo para dormir y, para rematar, no veo ningún taxi a nuestro alrededor y no tengo mi jodido celular como para pedir uno porque Chanyeol me tiene malditamente castigado — Sehun terminó y él lo único que hizo fue seguir caminando como si no lo escuchara—. Perfecto, ¿ahora me ignoras?

Se cruzó de brazos y ladeó su cabeza dedicando una mirada seria a Sehun. Comprendía su molestia, tenía razones para estarlo y en reclamarle, pero si era franco, no tenía el humor de aguantarlo, no con todo lo que estaba dentro de su cabeza.

— ¿Crees poder guardar silencio un segundo? Estás haciendo que me dé una jaqueca.

Sehun resopló y fue su turno de cruzarse de brazos.

— En lugar de callarme, deberías darme tu móvil para pedir un taxi — espetó extendiendo la mano a él, y luego terminó soltando una risa y pegar la palma de su mano a su propia frente—. ¡Oh, cierto! No tienes batería — soltó el humano en una risa de frustración—. Vaya noche.

— No es mi culpa que se me olvidara el cargador en casa —se defendió él, acomodando su bolso de gimnasio sobre el hombro—. Además, ya tengo un plan, no debes preocuparte.

Su mejor amigo entrecerró sus ojos no muy convencido.

— ¿Cuál es? — preguntó con perspicacia.

— El apartamento de Chanyeol que tiene aquí en Seúl, tengo una copia de su llave así que deja de parlotear tanto, que realmente no estoy de humor.

Jongin dio un par de palmaditas en el hombro del humano tratando de sonreírle un poco, antes de darse media vuelta y continuar su camino borrándose todo rastro de sonrisa de sus labios. Había ruido, mucho ruido en su cabeza. Era desordenado y abrumador al punto de llegar a ser doloroso; quería enmudecerlo, olvidar todo, callar esas voces que se reproducían una y otra vez en su mente, pero no podía.

No sabía cómo.

— ¡Jongin! — escuchó los pasos de su amigo corriendo detrás de él, hasta que le alcanzó y tomó de su muñeca haciendo que ambos se detuvieran —. Aun si vamos allá, aún tenemos que caminar varios kilómetros y después de lo que vimos en el Ayuntamiento, realmente no me siento tranquilo. ¿No crees que es mejor idea regresar con Chanyeol y Kyungsoo? Me sentiré más seguro con ellos e, incluso, quizá nos puedan traer al apartamento o regresar a la manada, ¿no lo crees? — Sehun añadió y él logró ver el nerviosismo en su mirada, también lo percibía en su esencia—. En verdad ya no quiero seguir vagando a esta hora en la calle.

Exhaló profundamente. Aunque no quiso, escuchar ese par de nombres de alguna forma lo inquietó, e hizo que su propio lobo se sintiera incomodo y profundamente traicionado, decepcionado.

Y era curioso. Lo era porque el nombre de Kyungsoo durante toda su vida había significado paz y su hogar, ese lugar donde él siempre se refugiaba, donde quería estar sabiendo que sería protegido, amado, atesorado sin importar nada. Sin embargo, ahora, simplemente no sabía exactamente qué sentir.

Porque ese hombre le había engañado, lo traicionó y, saber eso, le hacía sentir furia y tristeza, una profunda melancolía que estaba mezclaba con la confusión, pues ahora no sabía qué sería de su vida, de sus sentimientos, de todo.

— No, no vamos a regresar, ellos están ocupados —soltó reanudando la marcha viendo como el humano se empezó a quejar—. Tú ya viste como nos corrieron de ahí, ¿o no? Además, están ocupados en una escena del crimen, tal vez ya ni siquiera estén ahí — giró su rostro a su amigo viendo que este en verdad estaba muy asustado. Eso le hizo sentirse un poco mal por él, así que aligeró su actitud y el entrecejo que ya había tenido fruncido—. Sabes que no debes preocuparte por nada, ¿verdad? Yo estoy contigo, nada ni nadie te hará daño, lo prometo.