Capítulo 12: Black and white but looks like red (Parte 1)

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Su vida había dado un giro de ciento ochenta grados para el cual no estuvo listo. Temía del futuro, no lo negaba, mas no dudó ni un segundo en abrazar y aceptar su destino.

Había vivido por más de veintiún años en un círculo de autocompasión, de complacencia en un intento por cumplir las expectativas de todos mientras trataba de sanar por la pérdida de Eunsang. Nació como un alfa, como el único hijo de sangre del gran líder Park Chanho, su padre, la tercera generación del Clan Lupus. Su puro nacimiento marcó su destino, ser líder, algo que jamás le molestó y, por el contrario, desde que tuvo uso de razón se preparó para ello, para ser uno de los mejores guías que su manada algún día pudiera tener.

Pero la pérdida de su mejor amigo ensombreció su camino, lo hizo sólo cumplir con lo demandado mientras él vivía casi sin alma, únicamente funcionando como se suponía que debía hacerlo, sin rechistar, sin quejarse de nada, incluso quedándose callado cuando su padre le recordaba de vez en cuando que tenía que encontrar a una linda omega que le diera muchos cachorros para que su linaje continuara.

Ese era un sacrificio que sabía nunca podría cumplir por dos razones: no le gustaban las mujeres y, la más importante, ya había encontrado su pareja destinada, Baekhyun, quien jamás podría darle un hijo por el simple hecho de ser hombre.

Ese detalle no pudo ser más insignificante para él en ese momento, tenía cosas más importantes en las que pensar, como el que probablemente a estas alturas ya todos lo consideraban un traidor. Ser consciente de eso hacía que su corazón doliera mucho, porque no había sido el líder que prometió sería, probablemente estaría decepcionando a toda su gente y era más que seguro que sus padres a esa altura ya supieran absolutamente todo lo que él había hecho.

Dar la espalda a la gente con la que creció hacía doler su pecho, pero más calaba en su corazón el mero pensamiento de que pudiera perder a Baekhyun.

Se permitió sonreír tenuemente mientras recargaba su cabeza en el marco de la puerta, y fue capaz de observar cómo ese hibrido lanzaba morusas de pan a las gaviotas que lo estaban rodeando. Lo escuchaba reír, hablar con las aves que hasta ya tenían nombre y le pareció increíble la manera en que esa simple risa hacia estallar su corazón en una alegría que no recordaba haber sentido antes, o al menos no en los últimos años. Lo hacía sentir vivo, libre, poderoso y de que era capaz de vencer cualquier obstáculo con tal de mantener a salvo a ese hombre, de tenerlo junto a él.

Por todo lo que sentía es que supo que no se arrepentía para nada haber escogido a ese chico por sobre todas las cosas.

Valía totalmente la pena.

- Cuida que no te picoteen las manos, te pueden lastimar -alzó un poco la voz, llamando la atención lobo mitad vampiro-. Mejor lanza la comida como hasta hace un minuto lo hiciste.

El de raíces rubias y puntas oscuras se sentó soltando una risilla, mientras elevaba su brazo al cielo permitiendo que las aves se alimentaran de su palma.

- ¡En la arena se pierde la comida! -respondió, soltando un ligero gritito-. ¡Yah, Suji! Con cuidado.

Chanyeol rió negando, y se quedó observando más a ese hombre aun siendo un poco difícil creer la verdad: que era hijo de Jonghyun, medio hermano de Jongin.

Jongin.

Cerró un momento sus párpados soltando un suspiro pesado. Definitivamente cuando este supiera la verdad, no se lo tomaría bien. No sabía si los instintos de Jongin estaban muy desarrollados para tener un presentimiento con Baekhyun o algo similar, pero desde que lo vio, un profundo odio se desarrolló en contra del híbrido y eso en verdad lo preocupaba. Si antes no se llevaban bien, ¿qué sería cuando supiera todo? Cuando se enterara que era hijo de su padre y de esa vampiro.

Everlasting {ChanBaek||En edición}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora