Capítulo 8: Remember

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Después de aquel encuentro, Minseok creyó que quizá todo fue producto de su imaginación. Creyó que quizá su añoranza por la fecha había sido tal, que su mente le había hecho una jugarreta en la que cada hombre que tenía frente a él tenía un rostro y una voz igual a la de Chen. Por eso pensó que incluso Jongdae era sólo una invención de su mente.

Sin embargo, cuando al día siguiente de su encuentro e incluso varios días después Kim Jongdae comenzó a ir diariamente a su cafetería ya fuera solo o acompañado, comprendió que no, él no estaba alucinando ni imaginando nada.

En verdad ese hombre existía.

Al inicio de todo se mantuvo al margen. Solamente era capaz de verlo a la distancia mientras atendía a sus clientes, y una parte de él estaba angustiada y desesperada por correr hacía él para ver si una vez más podría sentirse como en casa con el recuerdo de ese hombre.

Pero por otra, su mente desechaba esos deseos al gritarle una sola cosa: ese hombre no era Chen.

Y Minseok lo sabía.

Había conocido a Chen cien años atrás, cuando él tenía dieciocho y el otro diecinueve. Había sido en una noche igual de fría y terrible a como cuando él había llegado a la casa de Junmyeon a las afueras de Gales, después de que tuviera que huir de su casa cuando una turbe furiosa de personas llegó hasta ella con fervientes deseos de matarlos al haberse enterado de que su padre era un vampiro, y él un hibrido de humano y chupasangre.

Aun podía recordar las antorchas, las estacas de madera y a su madre humana corriendo a toda prisa hacia él, gritándole que tenía que huir, que tenía que dejar Yorkshire e irse a Gales en donde podría encontrar a un amigo de su padre.

Recordaba nítidamente su desesperación y negativa a dejar a su madre que seguía viva, pero cuando un arma fue disparada y su madre cayó al suelo con una herida de muerte en la cabeza, tuvo que huir para tratar de salvar su vida que en ese entonces era mortal, pues aún no había bebido sangre humana que era lo que despertaba a su mitad vampiro y a la inmortalidad.

Después de esa noche, había viajado y vagado por una semana entera perdido, sin dinero, cansado y hambriento. Pero al final, había dado con el amigo de su padre, Junmyeon, quien no dudó en acogerlo en su casa.

En esa época aun no existía el Tratado de Pacem, pero era capaz de recordar como el rubio le hablaba de esa idea como si fuera la solución a todos los problemas y conflictos entre las razas que habitaban el mundo.

Y él también lo creyó así, creyó fervientemente en los ideales de ese vampiro. Por eso, cuando el mayor le dijo que tendría que viajar al parlamento en Londres que estaba en pláticas para promulgar esa ley, él se puso feliz y lo alentó a irse sin que tuviera que preocuparse por él; podía cuidarse solo.

Llegado el tiempo Junmyeon se fue en su carruaje, dejándolo solo en esa enorme casa que colindaba con el bosque a las afueras de la ciudad. Esa era la primera noche en la que se quedaba solo desde hacía semanas, y fue esa misma noche en la que Chen tocó a la puerta de su nuevo hogar con desesperación.

Por un instante había vacilado, tenía miedo de que los habitantes de su viejo pueblo lo hubiesen encontrado y llegado hasta ahí con ganas de terminar lo que antes no pudieron. Pero cuando abrió sólo un poco la pesada madera de caoba y miró al exterior por una pequeña rendija, su corazón se estrujó y abrió la puerta de par en par para tomar en brazos a aquel humano mal herido que sangraba sobre la pequeña escalinata de entrada que estaba abarrotada de nieve y, además, del escarlata de su sangre.

Minseok sabía que era arriesgado meter a un humano a casa, podría haber muchos riesgos si alguien se enteraba y malinterpretaba las cosas. Aun con esos riesgos lo hizo, y no había dudado en nada para lavar ese cuerpo mallugado y curarlo para después arrastrar un colchón a la sala de estar, y así colocarlo frente a la única chimenea que había en aquella casa.

Everlasting {ChanBaek||En edición}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora