𝙏𝙝𝙚 𝙌𝙪𝙚𝙚𝙣 || 𝘾𝙝𝙖𝙚𝙣𝙣𝙞𝙚 [𝙊𝙈𝙀𝙂𝘼𝙑𝙀𝙍𝙎𝙀 𝙂!𝙋]

𝟏𝟗. 𝐖𝐡𝐚𝐭 𝐢𝐬 𝐥𝐨𝐯𝐞? (𝙇𝙄𝙎𝙊𝙊) 𝟭/?

Después de un agotador entrenamiento nocturno en el gimnasio, las luces del exterior parecían mucho más tenues, y el aire cálido y denso de la noche se aferraba a la piel como una manta sofocante. El agotamiento físico se apoderaba de los músculos de Nayeon, Dahyun y Lisa, que caminaban lentamente hacia un pequeño bar. Ese lugar, ubicado a apenas unos metros del gimnasio, era un espacio acogedor bajo una enorme carpa naranja que se ondeaba suavemente con la brisa nocturna. Para ellas, este bar representaba un oasis de calma y relajación después de tantas horas de entrenamiento y sudor, un lugar donde podían dejar de lado las exigencias del día y simplemente disfrutar de una buena comida y un trago.

Al llegar al bar, el ruido sutil de vasos tintineando y conversaciones susurradas llenaba el aire. La luz amarillenta, cálida y suave, escapaba por las rendijas de la carpa, creando sombras danzantes en el suelo. Mientras las tres chicas cruzaban la entrada, Nayeon alzó la voz con familiaridad.

—¡Tía, estamos aquí! —dijo, sonriendo ampliamente mientras levantaba una mano para captar la atención de la dueña del bar, que era nada más ni nada menos que una pariente cercana a su familia.

—¡Chicas, pasen! —respondió la mujer con entusiasmo, agitando su mano mientras continuaba secando un vaso con su paño blanco. Su rostro mostraba la misma calidez de siempre, y los ojos brillaban de reconocimiento al ver a su sobrina y sus amigas. Para ella, siempre era un placer verlas, y como de costumbre, ya tenía en mente prepararles algo delicioso.

Mientras Nayeon, Dahyun y Lisa se adentraban en el pequeño y acogedor bar, el ambiente tranquilo y relajado contrastaba con la energía vibrante del gimnasio. Sin embargo, algo capturó la atención de Nayeon, quien, con una mirada atenta, notó a una clienta sentada en una de las mesas más alejadas. Esta mujer, con el rostro ligeramente enrojecido y los párpados pesados, tenía tres botellas de soju vacías dispersas a su alrededor y un plato casi intacto de almejas frente a ella.

—¿N-No es esa la señorita Jisoo? —murmuró Dahyun, deteniéndose abruptamente al reconocer el rostro desaliñado de la mujer.

El nombre resonó en la mente de las tres chicas como un eco. Kim Jisoo, una figura conocida, famosa y admirada, pero alguien que nunca imaginaron encontrarse en un lugar como ese, tan alejado de los lujosos bares que ella frecuentaría, tan distante de los estándares de alta sociedad que solía representar. Era extraño, casi surrealista.

Jisoo levantó la vista, sus ojos vagamente desenfocados por el alcohol, pero con una chispa de reconocimiento luchando por emerger. Al notar a las tres jóvenes de pie, observándola con sorpresa, frunció el ceño un instante, intentando recordar.

—Mmm... ¿De dónde las conozco...? —balbuceó Jisoo, ladeando ligeramente la cabeza mientras sus dedos jugueteaban distraídamente con el borde de su vaso.

Nayeon, todavía atónita, dio un paso adelante, con una mezcla de emoción y confusión en su voz.

—¡Somos del gimnasio Team Black! —exclamó, tratando de ayudar a la memoria de Jisoo a retomar el control.

De repente, los ojos de Jisoo se iluminaron en reconocimiento, y su sonrisa, un poco torpe pero sincera, se extendió por su rostro.

—¡Ooohhh, es verdad! —dijo con entusiasmo, su voz un tanto arrastrada—. Cierto que el gimnasio está muy cerca de aquí... ¡HOOOLAA!

Nayeon, Dahyun y Lisa intercambiaron miradas, todavía sorprendidas. ¿Qué hacía Jisoo aquí, bebiendo sola? Y más importante aún, ¿por qué no había estado en el gimnasio esa noche, como solía hacerlo días atrás?

—¿Está tomando sola? —preguntó Nayeon, su voz teñida de una ligera preocupación—. ¡No vino hoy a ver a la Doctora Jennie!

Por un momento, el rostro de Jisoo se ensombreció. Su mirada se perdió en las botellas vacías frente a ella, y un suspiro pesado escapó de sus labios.