Entre secretos y sombras - Nicholas Alexander Chávez

Pactos Silenciosos

Las luces de neón titilaban en las calles desiertas mientras caminábamos en silencio. Jake no había dicho una palabra desde que dejamos el bar, y aunque el aire frío cortaba mis mejillas, la tensión que sentía a su lado era aún más intensa. Cada paso que daba me acercaba más a un mundo del cual no sabía si podría salir.

—¿A dónde vamos? — pregunté finalmente, incapaz de soportar más el silencio.

—A un lugar donde podrías encontrar algunas de las respuestas que buscas — respondió Jake, lanzándome una mirada que mezclaba misterio con un destello de diversión —. Si te atreves a seguirme, claro.

Sus palabras me hicieron tensar los hombros, pero no podía retroceder ahora. No después de lo que habíamos empezado. Las sombras en las calles vacías se alargaban, y por un momento me sentí atrapada en su mundo, aislada del resto del universo.

— No soy del tipo que se acobarda fácilmente — dije, intentando igualar su tono.

Jake soltó una risa suave, un sonido bajo que parecía más íntimo de lo que debería haber sido. Su mirada se desvió hacia mí, evaluando cada uno de mis movimientos, como si mis palabras le divirtieran.

— Eso ya lo sabía, _____ — dijo, en un susurro que me hizo estremecer —. Por eso te elegí para este pequeño.... juego.

Las palabras flotaban en el aire entre nosotros, cargadas de un doble significado que me costaba descifrar. Sabía que Jake jugaba conmigo, que su coqueteo era tan calculado como todo lo que hacía, pero no podía negar que cada mirada suya despertaba algo dentro de mí, una sensación de peligro y deseo mezclados.

Finalmente, llegamos a un edificio que parecía abandonado desde hacía años. La puerta de metal oxidado crujió cuando Jake la abrió, revelando una oscuridad espesa.

—Después de ti— dijo, con una inclinación ligera de cabeza y su sonrisa burlona en el rostro.

Di un paso adelante, consciente de que estaba entrando a lo desconocido, pero sintiendo su mirada clavada en mí, como si disfrutara observando mi lucha interna. Una vez adentro, el aire estaba denso, cargado de humedad y un leve olor a óxido.

—Esto no es solo un juego, Jake— dije, dándole la espalda por un segundo—. Si lo es para ti, te estás equivocando de persona.

Jake se acercó, su respiración rozando mi oído.

—Tal vez sea un juego — susurró, con un tono lleno de picardía—, pero uno en el que ambos podemos ganar, si sabes cómo jugarlo.

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Un capítulo corto jeje. Espero les haya gustado seguiré subiendo más capítulos en estos días. c: