Juegos de Engaños

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La semana había sido extraña. Después de la confusa despedida de Jake, las cosas no habían vuelto a la normalidad. El recuerdo de su beso seguía acechando los pensamientos de ______, pero a la vez sentía una distancia creciente. Algo estaba cambiando, y aunque no podía ponerle nombre, sabía que no era bueno.

Salí del trabajo, esa tarde con la sensación de que alguien me estaba observando. Sacudí la cabeza, diciéndome que solo era paranoia, pero cuando giré la esquina para dirigirme al café donde solía detenerme, un hombre se me acercó con una sonrisa amigable.

—Disculpa, ¿tienes la hora?—pregunté al extraño, mostrando una calma inesperada. Era atractivo, de aspecto amable, con ojos que transmitían una extraña familiaridad. Asi que me limité a revisar mi reloj.

—Son las cinco y media.

—Gracias—respondí, haciendo una pausa como si quisiera decir algo más.—Soy Mark, por cierto. Trabajo en la zona. Te he visto varias veces por aquí.

Lo miré un poco desconcertada, pero mi tono era amistoso, y después de los días tensos que había tenido, me pareció agradable hablar con alguien que no estaba involucrado en el mundo complicado de Jake. Así que sonreí ligeramente.

_________—respondí, presentadome con naturalidad. Quizás, una conversación casual era justo lo que necesitaba para despejar la mente.

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Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, Jake estaba lejos de relajarse. La tensión que había sentido últimamente con Marco lo mantenía en alerta máxima. Sabía que el criminal era astuto y haría lo posible por lastimar a ________ para afectarlo a él. Y por eso, había tomado una decisión drástica: usar a Isabella como carnada.

Sentado en su auto, observaba cómo Isabella bajaba del coche y caminaba hacía la entrada de un club exclusivo donde sabía que Marco solía frecuentar. A pesar de su complejo pasado con ella, sabía que Isabella era perfecta para esta misión. Ella haría lo necesario para mantener a _____ fuera del radar de Marco, aunque eso significara hacerle creer que todavía estaba involucrada con Jake.

La voz de Isabella resonó en su mente: "No me gusta hacer esto, Jake, pero si es lo que necesito para mantenerte a salvo, lo haré."

Jake apretó los dientes. No le gustaba usar a Isabella, pero tampoco podía arriesgarse a perder a _____. Lo que no sabía era que mientras él tejía su red para protegerla, Marco ya había tomado otro camino.

Mark, o más bien Marco bajo un nuevo nombre, estaba jugando su carta con sutileza. _____ no tenía idea de quién era realmente, y cada vez que sonreía, el plan de Marco avanzaba un paso más.

—Te gustaría un café—preguntó Mark, señalando la cafetería que ambos tenían a la vista.

Dude un segundo, pero luego acepté. Quizás un café con alguien nuevo no era tan mala idea.

Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana, la luz del atardecer bañando el pequeño café con un brillo dorado. Mientras el sonido de las tazas y las conversaciones llenaban el aire, me permití relajarme por primera vez en días. Mark—o más bien Marco—mantuvo una conversación ligera, hablando de su "trabajo" en la zona, de como solía pasar por ese mismo café después de horario laboral.

—¿Y tú? —preguntó él, observándola con interés genuino —. ¿Trabajas por aquí o solo eres una amante del buen café?

Yo solo me limité a sonreí, un geste que había sido esquivo en las últimas semanas. La pregunta era simple, pero venía en el momento justo. Jake había monopolizado su mente, y aunque no lo admitiría en voz alta, estar con Mark le ofrecía un respiro.

Entre secretos y sombras - Nicholas Alexander Chávez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora