El juego de Jake

217 19 4
                                    

Las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia, pero Jake apenas las notaba. Desde la ventana de su oficina en lo alto de un rascacielos, su vista se perdía entre los callejones oscuros y las sombras que acechaban por debajo. Era icónico, pensaba, que desde ahí arriba todo pareciera tan ordenado cuando en realidad, controlaba un caos que pocos se atreverían siquiera a imaginar.

Era el líder. El que todos temían, y el que susurraban en las sombras, "Jake Parker". Su nombre, su presencia, provocaba miedo. Pero también fascinación. Sabía que su poder no venía solo de lo que había construido en la organización, sino de su capacidad para manipular, seducir, y mantenerse siempre dos pasos por delante de cualquiera que intentara desafiarlo. Era un juego peligroso, pero uno en el que se movía con maestría.

La reunión de esa noche había terminado hacía apenas unos minutos. Los hombres que se habían sentado frente a él no eran más que peones, mercenarios a los que pagaba bien para que se mantuvieran en línea. Pero Jake sabía que, detrás de cada uno de ellos, había algo más profundo. Todos tenían ambiciones, y era su trabajo mantenerlas controladas. Una palabra equivocada, un gesto malinterpretado, y todo su imperio podía derrumbarse. No podía permitirse errores.

Encendió un cigarillo, dejando que el humo llenara la habitación, mientras repasaba mentalmente los eventos recientes. Sabía que ______ Smith estaba cada vez más cerca de descubrir la verdad, y eso lo inquietaba. Por más que intentara mantenerla a salvo, ella no dejaba de meterse en problemas. Y peor aún, no podía evitar la atracción que sentía por ella. Sabía que debía mantenerse frío, distante, pero ______ lo desarmaba de maneras que nadie más podía.

El sonido de su teléfono vibrando sobre la mesa lo sacó de sus pensamientos. Tomó el dispositivo, y un mensaje parpadeó en la pantalla: "Marco quiere una reunión. No puede esperar más."

Un escalofrío recorrió su cuerpo. Marco. Ese nombre siempre era un recordatorio de que, por mucho control que tuviera, había fuerzas que podían destruirlo. Marco no era un aliado, pero tampoco un enemigo abierto. Era algo peor: un oportunista, esperando el momento adecuado para apuñalarlo por la espalda. Y esa reunión no prometía nada bueno.

Mientras apagaba el cigarillo, Jake pensó en cómo debería manejar la situación. No era solo Marco lo que complicaba su vida ahora; ______ estaba demasiado cerca de verdades que él preferiría que no supiera.

El recuerdo del beso que le había robado la noche anterior le vino a la mente. Ella estaba dormida, ajena a su toque, pero él no había podido resistirlo. Había algo en ella que lo atraían de una manera peligrosa. Ese beso no había sido solo un acto de deseo, sino una muestra de lo que sentía por ella, aunque jamás lo admitiría. ______ era diferente. No era como las otras mujeres que había conocido, aquellas que caían fácilmente bajo su encanta. Ella era fuego. Y él, un hombre acostumbrado a jugar con las llamas, sabía que, si no tenía cuidado, ese fuego podría consumirlo.

"¿Qué diablos estoy haciendo?" murmuró para sí mismo, frotándose la sien con frustración.

Antes de poder entrar más en sus pensamientos, la puerta de su oficina se abrió de golpe. Uno de sus hombres entró apresuradamente, su expresión tensa.

—Jake, tenemos un problema. Uno de los nuestros ha desaparecido. Los hombres de Marco la tienen.

El líder frunció el ceño.Sabía lo que eso significaba: la reunión ya no era una opción. Era una trampa.

Se puso de pie, su silueta proyectándose amenazadora en la pared. Jake no era solo un líder por su carisma o su capacidad para manipular; era temido porque, cuando la situación lo exigía, sabía exactamente cómo manejar las cosas. Frío, calculador, sin remordimientos.

—Reúnan al equipo—ordenó, su voz baja pero firme—. No vamos a esperar a que Marco haga su movimiento.

Mientras se preparaba para la confrontación, su mente seguía volviendo a ______. Sabía que mantenerla lejos de todo esto era lo mejor, pero, ¿por cúanto tiempo más podría protegerla sin que las piezas se le escaparan de las manos?

El juego había comenzado, y las apuestas nunca habían sido tan altas. Y, como siempre, Jake estaba dispuesto a ganar sin importar el costo.


-------------------------------------------------------------------------------------

Hola hola jeje les dejo otro capítulo de esta hermosa historia. Lo mejor está por venir 🤭Hasta aquí el capítulo de hoy. Las quiero demasiado 💕

Entre secretos y sombras - Nicholas Alexander Chávez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora