El Juego Final

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Perspectiva de _______

La oscuridad no era solo física; era emocional, un manto que se había instalado sobre mí desde el momento en que entendí que Isabella no era solo un obstáculo más. Ella había planeado todo meticulosamente, moviendo sus piezas hasta llevarme aquí, a este momento donde la incertidumbre y el miedo podrían quebrarme... si se lo permitía.

Pero no lo haría.

—No te escondas más, Isabella —grité, mi voz resonando en la fábrica vacía—. Si todo esto es sobre mí, entonces ven por mí de una vez.

El eco de mis palabras se extinguió, pero no hubo respuesta inmediata. Solo el silencio. La oscuridad comenzaba a asfixiarme, la incertidumbre de lo que vendría a continuación. Pero entonces, un suave roce de tela, casi imperceptible, me indicó que no estaba sola.

Cerré los ojos por un segundo, concentrándome en mi respiración. Debía mantener la calma. Sabía que Isabella era peligrosa, pero si me dejaba llevar por el pánico, perdería.

Un ruido seco, como un disparo lejano, hizo que me girara hacia la izquierda. Fue entonces cuando sentí el calor en mi piel, una herida que apenas noté hasta que la sangre comenzó a gotear de mi brazo. Maldición. Ella estaba jugando conmigo.

—¿Te duele, _______? —La voz de Isabella resonó desde algún lugar a mis espaldas—. Solo es el principio.

Llevé la mano a mi herida, tratando de contener el sangrado. Podía sentir que era superficial, pero el dolor empezaba a hacer mella en mi concentración. Sabía que Isabella no me mataría inmediatamente. Su estilo era más sádico; quería desarmarme psicológicamente antes de hacer su jugada final.

—¿Dónde estás? —gruñí, tratando de mantener la calma mientras mis ojos buscaban desesperadamente su silueta en la penumbra.

De repente, un destello de movimiento a mi derecha, y su figura apareció por un breve segundo, solo para desaparecer de nuevo entre las sombras.

—Estoy justo donde quiero estar —respondió ella, su voz cada vez más cerca.

Tomé una decisión rápida. Si iba a ganar esto, debía cambiar las reglas del juego. No podía seguir actuando como la presa. Tenía que convertirme en la cazadora.

Avancé hacia el origen del sonido, moviéndome sigilosamente entre los escombros que cubrían el suelo de la fábrica. No podía permitir que Isabella controlara la situación por más tiempo. Mi respiración era lenta y controlada, cada paso calculado. Recordé las lecciones que había aprendido como investigadora, cada misión que me había llevado al borde, siempre al filo de la navaja.

Entonces, la vi. Una sombra que se movía lentamente hacia el centro de la sala. Isabella estaba confiada, y ese era su error. Yo también sabía jugar su juego.

Tomé impulso y corrí hacia ella. La sorpresa en sus ojos fue lo que me dio la ventaja. Mi cuerpo la impactó con fuerza, ambos cayendo al suelo. El cuchillo que sostenía salió volando de sus manos, chocando con un sonido metálico contra el cemento.

Nos revolcamos en el suelo, luchando por el control. Sentí sus uñas clavarse en mi piel, su furia palpable. Pero algo en mí, una furia acumulada por meses de incertidumbre y miedo, me dio la fuerza que necesitaba.

Logré colocarme sobre ella, inmovilizando sus brazos con las rodillas mientras jadeaba bajo mi peso.

—¿Crees que puedes vencerme? —escupió, su voz goteando veneno.

—No, Isabella —le respondí con una calma que no sentía—. Ya lo hice.

Con un último empujón, desarmé cualquier resistencia que quedaba en ella. La lucha había terminado. Pero mientras la inmovilizaba, sus ojos se encontraron con los míos, y por primera vez vi algo que no había visto en todo este tiempo: miedo.

—Jake nunca te amará —susurró, una sonrisa maliciosa cruzando su rostro—. Y cuando todo esto termine, tampoco tú lo harás.

Ignoré sus palabras, sabiendo que sus últimos intentos de manipulación no iban a afectarme. Pero algo en el fondo de mi mente comenzaba a inquietarme. ¿Qué más sabía Isabella que yo no?

Perspectiva de Jake

Mientras _________ se enfrentaba a Isabella, yo me mantenía en la entrada de la fábrica, luchando por mantener la calma. Sabía que, si intervenía en el momento equivocado, podría empeorar las cosas. Pero cada grito, cada golpe resonante me hacía querer lanzarme al centro de la pelea.

Fue entonces cuando vi a Jeremy, debilitado pero consciente, tratando de incorporarse. Me acerqué a él rápidamente, ayudándolo a sentarse contra una pared.

—¿Lo lograron? —preguntó, su voz apenas un susurro.

—_______ está enfrentando a Isabella —respondí, mis ojos fijos en la pelea al otro lado de la sala.

Jeremy asintió lentamente, pero pude ver en su mirada que había algo más que quería decirme. Algo que no había revelado antes.

—Jake... —comenzó, tosiendo entre palabras—. Hay algo que no sabes. Isabella no está sola en esto. Nunca lo estuvo.

Mi corazón se detuvo por un instante.

—¿De qué hablas?

—Hay... alguien más. Alguien que ha estado moviendo los hilos desde el principio. Isabella es solo... una pieza del rompecabezas. Pero hay una fuerza más grande detrás de todo esto. Y si no lo detenemos... ninguno de nosotros saldrá vivo de aquí.

Mis pensamientos corrían a mil por hora. No podía ser. ¿Había alguien más? ¿Algo que ni siquiera yo había visto venir?

—¿Quién? —pregunté, mi voz ronca.

Jeremy cerró los ojos por un momento, como si las palabras le costaran más de lo que imaginaba.

—Marco... —murmuró finalmente, antes de caer inconsciente en mis brazos.

Marco. Todo de pronto tenía sentido.


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Les regalo otro capitulo, espero les guste muchooooooooooo. c:

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⏰ Última actualización: 19 hours ago ⏰

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Entre secretos y sombras - Nicholas Alexander Chávez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora