"La vida es un constante sube y baja, una montaña rusa que nunca se detiene. Algunas veces estamos en la cima y otras, estamos luchando por salir del fondo. Pero, lo más importante y que he aprendido en la vida, es qué, el verdadero poder lo tenemos...
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𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨.
Me recosté en el sillón de la sala de espera, observando fijamente el pasillo que daba a la habitación de Carlos. En estos momentos estaba dormido, y aunque su descanso me tranquilizaba, el pensamiento de dejarlo solo me inquietaba.
Su familia había decidido regresar al lugar donde se estaban quedando para cambiarse de ropa por petición mía, y Ernesto, a última hora, tuvo que partir de nuevo a la empresa a resolver algo urgente en nombre de Carlos. Así que aquí estaba, de guardia, vigilando a la persona que ocupaba cada uno de mis pensamientos de manera incontrolable.
No me gustaba la idea de alejarme demasiado tiempo; aún si ellos no llegaban pronto, prefería esperar para asegurarme de que Carlos tuviera a alguien de confianza cerca.
Cerré los ojos por unos segundos, dejándome llevar por el silencio casi absoluto del lugar. El cansancio me pesaba más de lo que quería admitir, pero justo cuando empezaba a perderme en el sueño, el eco de unos pasos en el pasillo me devolvió al presente. Abrí los ojos y, al enfocarme, vi que se trataba del detective Masson y su compañero, el agente Roux.
Los reconocí al instante.
Mi corazón dio un vuelco y mi cuerpo se tensó involuntariamente. Ellos eran los encargados de las investigaciones sobre el accidente de Carlos, y su presencia aquí no presagiaba nada bueno.
—Charles... Buenas tardes —saludó el castaño (Masson) con su voz tranquila y profesional.
—Hola... —devolví el "saludo", sin saber que más decir. Todos nos quedamos en silencio alrededor de unos segundos hasta que decidí volver a hablar —Eh, me imagino que quieren hablar sobre algo ¿No?
—Eh, sí —respondió ahora el rubio (Roux).
—¿Podemos hablar aquí? —les pregunté —Es que estoy cuidando de Carlos y no quiero moverme —me expliqué.
—Claro, no hay problema —accedieron ambos, tomando asiento justo a mi lado.
—Por cierto, nos alegra saber que Carlos por fin despertó —dijo Masson, rompiendo el silencio que se había instalado entre nosotros nuevamente.
Asentí, tratando de mantenerme sereno.
—Sí, gracias. Todos estamos felices de que esté mejorando —sonreí un poco forzado. No podía ignorar la sensación de que venían con algo importante —Pero bueno, ¿De que quieren hablar? Soy todo oído.
—Oh, es sobre los avances del caso —contestó Roux.
—¿Tienen alguna novedad? —pregunté, tragando saliva y yendo directo al grano.
Ambos policías se miraron entre sí. Luego, el castaño asintió con la cabeza antes de contestar, con ese tono meticuloso que usaba siempre.
—Tenemos algunos avances. Las grabaciones del estacionamiento en sí no fueron útiles, pero... —hizo una breve pausa, como si eligiera las palabras —Las cámaras de los edificios frente a la empresa de Carlos captaron algo interesante.
