"La vida es un constante sube y baja, una montaña rusa que nunca se detiene. Algunas veces estamos en la cima y otras, estamos luchando por salir del fondo. Pero, lo más importante y que he aprendido en la vida, es qué, el verdadero poder lo tenemos...
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𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨.
El ajetreo de las personas corriendo de un lado a otro con sus maletas, las voces en los altavoces anunciando vuelos y el murmullo de la gente corriendo era lo único que se podía escuchar en aquel lugar.
Sí, me encontraba en el aeropuerto junto a Esteban.
Estábamos despidiendo a Alex, quien iba de regreso a Italia. Uno de los gemelos, Jenson para ser exactos, al parecer había tenido un pequeño incidente en la escuela y Alex como buena madre, decidió volver de inmediato para estar presente.
Para ella era difícil estar lejos de sus hijos, pero tenía una carrera que terminar y a fin de cuentas, lo hacía por ellos y su futuro. Desde la perdida de su esposo, le había tocado verdaderamente duro y gracias a Dios, contaba con el apoyo de su familia y también el nuestro.
Su semblante era de preocupación y con total razón.
Esteban y yo nos acercamos a despedirnos, acababan de anunciar su vuelo.
—Los voy a extrañar —dijo mientras nos abrazaba.
Me gustaban mucho sus abrazos, eran tan cálidos y maternales.
—Buen viaje, Lex. Cuídate mucho —dijo Esteban con una corta sonrisa —Dale un abrazo de nuestra parte a mi precioso Sonie y dile que lo queremos mucho.
Yo asentí.
—Y no te olvides de mi hermoso Rocky, dile que también lo queremos mucho y lo extrañamos. Bueno, los extrañamos ha ambos —añadí.
Alexandra nos sonrió en grande, a pesar de verse algo apagada.
—No se preocupen, les daré todos sus mensajes a los niños. Gracias por todo chicos, de verdad.
Antes de marcharse, Alex se volvió hacia Esteban. Su expresión se volvió un poco más seria.
—Estie, por favor cuida a Charles. Asegúrate de que siga tomando su medicamento y que no falte a ninguna cita médica.
Mi corazón se sintió triste. Ellos Realmente se estaban preocupando de más por algo que no valía.
—Si, lo haré. No te preocupes —respondió Esteban, mirándome de reojo.
Alex volvió hacia mí, sus ojos brillaban demostrando su inmenso cariño.
—Charles, estoy orgullosa de tí. Sé que este camino no es fácil, pero me alegra que hayas decidido dar este paso. Dejar atrás el cigarro fue un gran comienzo, pero empezar a cuidarte ha sido el más importantes. Te quiero.
Intenté sonreír, aunque por dentro me sentía como si fuese un fraude.
